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viernes, 8 de noviembre de 2013

LA DIOSA MADRE EN LAS ISLAS CANARIAS, capitulo II

LA DIOSA MADRE EN LAS ISLAS CANARIAS

Volumen IV

CAPITULO-II

REFERENCIAS SOBRE ASTRONOMÍA Y 
  EL CALENDARIO GUANCHE


Eduardo Pedro García Rodríguez
Continuación de la entrega anterior.

El Calendario guanche sería bastante exacto y complejo ya que constaba de 365 días al año, contados desde un solsticio de verano hasta su repetición al año siguiente.

Es muy probable que este calendario se basara en el “nacimiento heliaco” de Sirio, la estrella más brillante del cielo, que en aquella época aparecía por el horizonte poco antes del amanecer el día del solsticio de verano.

Si esto sucedía así como parece más que probable, explicaría perfectamente que fuera éste último el día señalado para comenzar el cómputo del ciclo anual (S.G.C.A.), es decir el primer día del año guanche.”

Otras fuentes –continúan los autores – serían las construcciones de los viejos guanches, sus inscripciones de cualquier tipo y cualquier otra manifestación que pudiera tener una aplicación o finalidad astronómica. De todas las culturas antiguas de la cuenca mediterránea, la egipcia fue la que más prestigio tuvo. Esta civilización africana influyó decisivamente sobre todas las demás y en particular sobre la griega, influencia que fue fundamental para el desarrollo de ciencia y la cultura del entonces “barbaro” occidente europeo.

No es de extrañar que la astronomía guanche tenga bastante similitud con la egipcia, no por pura casualidad sino porque el mundo “bereber” influye de tal manera en dicha civilización y viceversa, que a principios del primer milenio A.C. se instaura la Iª dinastía faraónica mazigia de Egipto.

Los viejos guanches tuvieron, con toda probabilidad, una idea bastante precisa de los movimientos del Sol, la Luna la Estrella Sirios y posiblemente de Venus y otros planetas. En este aspecto, sus observaciones astronómicas, su sistema de cómputo del tiempo y su calendario – los numerosos testimonios de cronistas e historiadores así lo atestiguan – sorprenden por su extraordinaria precisión.

Es fundamental el aporte de la oralidad cultural, fruto de la pervivencia. El análisis de esta información, así como de los textos que hablan de la cultura aborigen, escritos tras la conquista y referidos concretamente a los conocimientos astronómicos de los antiguos guanches, permiten relacionar y describir datos sobre la Astronomía precolonial, aún pendiente de una exhaustiva investigación. Creemos que de ningún modo se debe minimizar o menospreciar la importancia de los cómputos ni de cualquier otro elemento medible o calculable.

Pensamos que lo importante y extraordinario de los conocimientos astronómicos de nuestros antepasados y sus manifestaciones –calendario, la geometría de las inscripciones, de las pintaderas, de los epigramas líticos de reticulado lineal, etc., no es únicamente el saber en sí mismo, sino sobre todo el carácter funcional que desempeñaban en cuanto a los requerimientos y necesidades de subsistencia, además de su especifica visión del mundo. (Francisco García Talavera y José M. Espinel Cejas, 1989:93-94)

Durante el transcurso del año y desde que tiene lugar el nacimiento heliaco, Sirio se desplaza, noche tras noche, hasta producir su ocaso heliaco, fenómeno tras el cual quedará invisible durante un largo periodo de tiempo hasta su siguiente aparición (nacimiento heliaco), durante el amanecer del siguiente solsticio de verano...El año, como señalan Marín de Cubas, Gómez Escudero, Chil y Naranjo, Bethencourt Alfonso, Álvarez Delgado y otros, afirman que el año nuevo guanche comenzaba con el solsticio de verano, es decir, hacía el 21 de junio, día en que se encienden desde tiempo inmemorial, hogueras rituales por toda la geografía del Archipiélago. Esto explica el hecho de que los pastores y campesinos, aún hoy, rescindan y contraigan los contratos anuales por “San Juan señalado”, festividad pagana católica con que el clero sincretizó el año nuevo guanche. Esta práctica está documentada desde los primeros tiempos de la conquista, en que los contratos entre guanches y de estos con los europeos e incluso con el Cabildo de la isla, se celebran por estas fechas, según están recogidos en diferentes actas del antiguo Cabildo de la isla de Tenerife. Por otra parte, creemos que las construcciones denominadas “Morras” “Majanos” o “Pirámides”, las cuales están extendidas por todas las islas, aunque en la actualidad el mayor número de ellas subsisten en las islas de Tenerife y en la de La Palma, cumplían funciones no solamente rituales, sino también astronómicas como tendremos oportunidad de ver en el capitulo correspondiente.

Por su parte, el insigne canario de corazón y catedrático de la Universidad de La Laguna don Rafael Muñoz Jiménez, en un artículo en el que rebate unos planteamientos que sobre el calendario guanche realiza el astrofísico J. Jiménez González, nos dice: “...Nuestro investigador parte de un primitivismo exagerado de los aborígenes: sólo algunas sociedades complejas lograron desarrollar una teoría matemática que exigía un estudio y observación sistemáticos a lo largo de varias generaciones. Es dar por sentado que el aborigen canario pertenecía a una sociedad simple. ¿Porqué  simple?, ¿por el hecho de no tener la industria del metal? Concedo que no fuesen capaces de desarrollar una “teoría matemática”, para llegar a conclusiones de precisión de decimales; pero no que no fueran capaces de realizar un estudio y observación sistemáticos a lo largo de varias generaciones.

Porque el calendario ha sido el resultado de observaciones verificadas, no por un individuo, sino a lo largo de muchas generaciones. Y negar esto a un pueblo que se fija en los cielos, que es capaz de observar el movimiento del sol en el solsticio de verano, como veremos después, que adora al sol, a la luna y a las estrellas es negar la propia esencia del mundo mágico del primitivo.

Hay algo que no entiendo de las palabras de Jiménez González: se debería ajustar el calendario a las variaciones climáticas anuales que dependen del sol; estas palabras completan otra frase suya, también citada anteriormente: si el mes se contabiliza por las 4 fases lunares de 28 días, el año no acaba teniendo 12 meses sino 13, sobre un monto total de 364 días. Esto es claramente comprensible si-además-atendemos a las características geográficas del archipiélago; concretamente a su localización en latitud y longitud, desigual de los lugares de procedencia de los conquistadores.

¿Se refiere a las lunaciones, a la visión de la neomenia y las distintas fases? Es cierto que las fases lunares se ven en distintos momentos, dependiendo de la latitud y longitud del lugar. Pero se ven. En Canarias el sol sale una hora después que en la Peninsula;[1] pero sale y después se pone, aunque la duración de la insolación esté sometida a variaciones sustanciales respecto a las tierras situadas en latitud más al norte.

Quizás se refiera a que el calendario agrícola, el que marca las distintas actividades del campo sea distinto al de los conquistadores. Pero no veo que relación puede tener la luna con ello. Ni siquiera cuando dice que el ciclo lunar coincide con la menstruación de las mujeres, rodeada de diversas consideraciones mágicas y rituales en muchas sociedades (Jiménez, 1990:101). Supongo que se refiere a la duración del periodo menstrual, no a que coincida con el ciclo lunar.”

El autor, continúa desarrollando su tesis y más adelante expone: “Es cierto que Marín y Cubas es ya un historiador tardío, pero dispuso de documentos que no tuvieron a mano otros autores, redactados en el siglo XVI por contemporáneos de la conquista, ya que muchas de las noticias que nos trasmite el códice de 1867 aparecen redactadas en presente real y no en presente histórico lejos de los hechos narrados (Régulo en Marín, 1986:29).

Si el año de los aborígenes comenzaba con el solsticio estival, la consideraciones que se deducen de ello tienen una importancia considerable: el año comienza en esa fecha en los calendarios griegos y egipcio.

Los egipcios comenzaban el año bajo el signo de Cáncer, como se puede  ver en el Zodiaco que hay en la pronaos del templo de Denderah: al lado de Sothis, y antes de Cáncer, figura una diosa que derrama agua, símbolo de la inundación (Bouché-Leclerq, 1989:137, nota 2).

Hay una hipótesis subyugante: es posible que los bereberes procedieran de Egipto, que comenzaban el año con el solsticio de verano; al llegar al norte de África adoptan los nombres latinos  de los meses, pero haciendo comenzar su año con el mes de enero. Así pues, el junio norteafricano era llamado enero; julio de denominaba febrero agosto era el marzo guanche.” (R. Muñoz Jiménez, 1995:122-3)






 (1) SOLSTICIO DE VERANO: Fiesta de la Sol. Comienzo del año guanche. Suelta de los machos. Culminación de la cosecha. Hoy pervive cristianizada en la festividad de San Juan.

(2) WEÑESMER, DÍA CENTRAL DEL VERANO: Fiesta del “Pasto” o de la canícula. Hoy pervive cristianizada en la Fiesta de la Rama en Agaete, la festividad de la Virgen de Candelaria en todo el Archipiélago.

(3) EQUINOCCIO DE OTOÑO: Comienza el período de siembra (sementera). Día central del “Pasto” o primer gran periodo estacional del año guanche.

(4) DÍA CENTRAL DEL OTOÑO: Comienza a aumentar el frío y la humedad. Se matan los cochinos para el invierno, finaliza la sementera.

(5) SOLSTICIO DE INVIERNO: Día central del año guanche. Nacimiento y cría del ganado “nuevo”. Comienzo del “Verde”. Estación de la abundancia...

(6) DÍA CENTRAL DEL INVIERNO: Período de mayor frío y humedad. Fiesta del “Verde”. Hoy cristianizada en San Antonio Abad.

(7) EQUINOCCIO DE PRIMAVERA: Marca del ganado. Esquile de las ovejas. Comienzo de la maduración de los cultivos. Día central del “Verde” o segundo gran período estacional del año guanche.

(8) DÍA CENTRAL DE LA PRIMAVERA: Los días se hacen más cálidos. Comienzo de la recolección y posterior trilla. (F. García Talavera et al. 1989:114)

EL SISTEMA DE NUMERACIÓN EN LA SOCIEDAD GUANCHE: Tal como exponen los investigadores canarios Francisco García Talavera y José M. Espinel Cejas en su obra ya citada, y a pesar de que la cita puede resultar un poco larga, no dudamos en insertarla debido a su incuestionable valor como testimonio de que nuestros antepasados no estaban inmersos en un neolítico cultural, tal como nos han venido indicando insistentemente los estamentos dominantes de la cultura colonial: “Estamos convencidos de que el sistema de numeración empleado por nuestros pastores precoloniales  tenía que ser amplio y perfecto, como afirmaba Álvarez Delgado en su obra “Sistema De numeración Norteafricano”, premio Antonio Nebrija del Consejo Superior de Investigaciones Científicas español (C.S.I.C.). Es más, estamos seguros de que los antiguos pastores canarios utilizaron este sistema de cómputo duodecimal para el ganado, al igual que para el cálculo astronómico y los juegos, por dos razones principales:

La primera es que este sistema tiene connotaciones prácticas y mágicos religiosas, relacionadas con la necesidad de computar las lunaciones y determinar las estaciones, labor ésta de vital importancia, pues un aprovechamiento perfecto de las estaciones del “El Verde” para la reproducción y la cría del ganado, era la única garantía para la continuidad del rebaño, del cual dependía la comunidad para su supervivencia.

La segunda razón es la irrefutable prueba de la pervivencia. Actualmente el sistema de numeración en base doce (12) pervive entre los pastores canarios que, aún conociendo y dominando también el de base 10, al igual que los pastores precoloniales, emplean para el ganado el duodecimal.

En la isla de El Hierro, por ejemplo, los pastores aún operan utilizando el sistema duodecimal, el mismo que se empleó para el desarrollo de la mayoría de las variantes del juego de la Dama. Esta persistencia en el uso, confirma su desenvolvimiento práctico y es un testamento más de la herencia cultural guanche, cuya presencia ha perdurado de forma sutil en nuestro Archipiélago, pese a la sistemática y brutal política “cultural” de españolización.

SISTEMA DECIMAL: Es pues la pervivencia (continúan exponiendo los autores) una vez más, la prueba de nuestra tesis: los antiguos canarios utilizaron, desde el punto de vista matemático, al menos, dos sistemas de numeración: uno era el duodecimal, originado en la astronomía y aplicado posteriormente en otras labores de cierta importancia sociocultural para la supervivencia de la comunidad, como pueden ser la ganadería, los ritos y los juegos de reflexión. Estos últimos, en la mayoría de los casos, con connotaciones rituales mágicas y religiosas.

El otro sería el decimal, recogido y trasmitido por algunos europeos como el piloto Nicoloso da Recco, de la expedición portuguesa de 1341, o el ingeniero italiano al servicio del rey de España Leonardo Torriani (s.XVI), durante su estancia en las islas.

Este sistema fue recogido en la lengua de los antiguos canarios, y es ampliamente estudiado y analizado en su obra “Sistemas de numeración Norteafricano” del profesor Juan Álvarez Delgado y “Aproximación al sistema de numeración Canario” de Ignacio Reyes García (obra lamentablemente inédita).[2] Ambos autores desconocían la pervivencia del sistema en base 12, ampliamente extendida entre nuestros pastores. Si este tipo de numeración, ha llegado hasta nuestros días, ha sido porque sin duda alguna ofrece ventajas prácticas en el pastoreo. Entre dicha ventajas estaba un mayor número de divisores y múltiplos, lo que permite un mejor desenvolvimiento práctico. (Francisco García-Talavera et al, op. cit:96-98)

Actualmente, un importante sector de la sociedad canaria está empeñada en recuperar el ancestral calendario guanche como vinculo con una de las múltiples facetas de sus señas de identidad. Cada año son más los canarios que al atardecer del día 21 de la primera luna (correspondiente al 21 de junio del calendario gregoriano) se concentran en las playas de nuestras islas para celebrar la llegada del nuevo achano o año nuevo guanche, encendiendo las hogueras sagradas y practicando los baños rituales en las playas, al tiempo que se produce una comunión con la Diosa-Madre, regeneradora de la vida tanto humana como animal y vegetal. Ante la brusca interrupción del calendario guanche por parte de los colonizadores, y la total destrucción por parte de éstos de las tarhas que registraban el tiempo, es decir, la casi total aniquilación de los sistemas de computo del tiempo usada por la sociedad guanche, no han llegado hasta nosotros datos que nos permitan una continuidad del calendario primitivo, por ello, un gran sector de la población ha optado por la continuidad del calendario a partir de una segunda época o periodo, la cual se ha fijado a partir del día 21 del primer sela (mes lunar) del primer año de la segunda época, equivalente al 21 de junio del año 2000 del calendario gregoriano. En la elaboración del mismo han intervenido los mazicólogos Derimán Ichazagua y Aknar n- Ayt Unaga, así como Guaire Adarguma Anez’ Ran n Yghasen, en la parte de investigación histórica.
LOS DÍAS DE LA SEMANA  EN LA LENGUA NEOCANARIA. En neocanario -la lengua mazígica insular moderna- los nombres de los días de la semana son los siguientes:
(USFAN N TSÁSEFT: los días de la semana
Asmezwar,       lunes
Assani,             martes
Aswiskerad,      miércoles
Aswiskuz,          jueves
 Aswismus,         Viernes
Aswisdis,         sábado
 Aswisa,           domingo
            Estos nombres, acuñados en Taknara, están compuestos, respectivamente, por as-, apócope de ásef, 'día', y los siete primeros ordinales mazigios (="bereberes") en su forma masculina, algunos de los cuales han sido también abreviados con la supresión de una o más letras. (Este procedimiento de creación léxica mediante reducción vocálica y/o consonántica  -por asimilación o supresión de una o más letras en los vocablos compuestos- viene siendo también utilizado en el Continente.) 
Los indicados ordinales, y, entre paréntesis, los cardinales mazigios también en su forma masculina, son éstos:
                        amezwaru,    primero                         ( yan o yun, uno )
                        sani o wis-sen,  segundo                    ( sen o sin, dos )
                        wis-kerad,   tercero                             ( kerad o krad, tres )
wis-kuz,    cuatro                                 ( kuz, cuatro )
wis-semmus,   quinto                          (semmus, cinco )
wis-seddis,  sexto                                (seddis o ses, seis )
 wis-sa,   séptimo                                  (sa, siete )
(La partícula wis está compuesta por el soporte de determinación wi y el funcional s.)
Como se ha visto, el plural de ásef, 'día', es usfan. Con el numeral cardinal sa, 'siete', y ásef se ha compuesto, también en Taknara, el vocablo neocanario tasáseft, 'semana', cuya forma de anexión es, como se indica más arriba, tsáseft. El plural de este vocablo es tisasfin.
El vocablo ásef, 'día', es un derivado de la raíz F, con la que están formados numerosos términos que designan, respectivamente, el fuego, la luz y el sol, como por ejemplo, afa, 'fuego'; tafawt, 'luz'; tafuyt, 'luz solar'; tasafut, 'antorcha'; 'linterna'; tasfiwt, 'lámpara'; etc. En la mayoría de los dialectos mazigios esa F se ha asimilado a la -s- en la voz ásef, dialectos en los que sólo se emplea la forma ass (cuyo plural es ussan) para designar el día.
 Ásef, o ass, designa en mazigio tanto el día de 24 horas como la parte del mismo en que el Sol está sobre el horizonte. Para los mazigiohablantes, el día comienza a la caída de la noche, y se compone de una noche y un día. Así, pues, la noche del miércoles es la del martes al miércoles, y no la del miércoles al jueves
 Y para concluir, en neocanario esta misma lengua es denominada taknart taynayt, literalmente la lengua canaria nueva, pero también podríamos denominarla taknarnayt (voz compuesta de ambos vocablos mazígios con la supresión del primer diptongo). (Aknar n- Ayt Unaga, 2003. Comunicación personal)

CALENDARIO LITÚRGICO GUANCHE



Junio-Julio, primera lunación, o mes del  Sol Joven.  (Comienzo del Año Nuevo Guanche el 21 de junio) (31 días)

Julio-Agosto, segunda lunación, o mes de recogida de las Miéses.   (31 días)

Agosto-Septiembre, tercera lunación, o mes del  Weñesmer. (31 días)

Septiembre-Octubre, cuarta lunación, o mes del Pasto.  (30 días)

Octubre-Noviembre, quinta lunación, o mes del Sol Tibio.    (30 días)

Noviembre-Diciembre, sexta lunación, o mes del Baifo.  (30 días)

Diciembre-Enero, séptima lunación, o mes del Sol Anciano  (30 días)

Enero-Febrero,  octava lunación, o mes de La Luz  (30 días)

Febrero-Marzo, novena lunación, o mes de El Verde  (30 días)

Marzo.Abril, décima lunación, o mes de Magek  (30 días)

Abril-Mayo, décima primera lunación o mes de Tinnit (Chaxiraxi)  (31 días)

Mayo.Junio, décima segunda lunación o mes de Los Frutos  (31 días)

LOS DÍAS DE LA SEMANA  EN LA LENGUA NEOCANARIA: En neocanario -la lengua mazígia insular moderna- los nombres de los días de la semana son los siguientes:
(USFAN N TSÁSEFT: los días de la semana
Asmezwar,        lunes
Assani,              martes
 Aswiskerad,       miércoles
Aswiskuz,            jueves
 Aswismus,           viernes
 Aswisdis,             sábado
 Aswisa,                domingo

Estos nombres, acuñados en Taknara, están compuestos, respectivamente, por as-, apócope de ásef, 'día', y los siete primeros ordinales mazigios (="bereberes") en su forma masculina, algunos de los cuales han sido también abreviados con la supresión de una o más letras. (Este procedimiento de creación léxica mediante reducción vocálica y/o consonántica  -por asimilación o supresión de una o más letras en los vocablos compuestos- viene siendo también utilizado en el Continente.) 
Los indicados ordinales, y, entre paréntesis, los cardinales mazigios también en su forma masculina, son éstos:
                        amezwaru,    primero                           ( yan o yun, uno )
sani o wis-sen,  segundo                        ( sen o sin, dos )
wis-kerad,   tercero                                 ( kerad o krad, tres )
            wis-kuz,    cuatro                                     ( kuz, cuatro )
                        wis-semmus,   quinto                               (semmus, cinco )
                        wis-seddis,  sexto                                      (seddis o ses, seis )
wis-sa,   séptimo                                        (sa, siete )

El conjunto de los meses del calendario lunar es designado por los pastores y agricultores mazigio-hablantes como Ayyuren n ujenna (“los meses del cielo”) y el de los meses del calendario solar (juliano) ayyuren n takka) (“los meses de la tierra”). La denominación de cada uno de los meses del calendario mazígico de Taknara que proponemos es el siguiente:

ADIREN N WAYYREN N USEGGAS S TEKNARNAYT


(LOS NOMBRES DE LOS MESES DEL AÑO EN NEOCANARIO)

Want’ijamaynut        [

Wanmendi                 [

Wanyesmar              [

Want’iludi                  [

Wanil                          [

Wanghiyd                  [

Want’ijussur             [

Wanfuy                      [

Wanzegza (w)                        [

Wanmayak                [


Wanzar =wanrad’     [
(La partícula wis está compuesta por el soporte de determinación wi y el funcional s. )
Como se ha visto, el plural de ásef, 'día', es usfan. Con el numeral cardinal sa, 'siete', y ásef se ha compuesto, también en Taknara, el vocablo neocanario tasáseft, 'semana', cuya forma de anexión es, como se indica más arriba, tsáseft. El plural de este vocablo es tisasfin.
El vocablo ásef, 'día', es un derivado de la raíz F, con la que están formados numerosos términos que designan, respectivamente, el fuego, la luz y el sol, como por ejemplo, afa, 'fuego'; tafawt, 'luz'; tafuyt, 'luz solar'; tasafut, 'antorcha'; 'linterna'; tasfiwt, 'lámpara'; etc. En la mayoría de los dialectos mazigios esa F se ha asimilado a la -s- en la voz ásef, dialectos en los que sólo se emplea la forma ass (cuyo plural es ussan) para designar el día.
 Ásef, o ass, designa en mazigio tanto el día de 24 horas como la parte del mismo en que el Sol está sobre el horizonte. Para los mazigiohablantes, el día comienza a la caída de la noche, y se compone de una noche y un día. Así, pues, la noche del miércoles es la del martes al miércoles, y no la del miércoles al jueves.
            Y para concluir, en neocanario esta misma lengua es denominada taknart taynayt, literalmente la lengua canaria nueva, pero también podríamos denominarla taknarnayt (voz compuesta de ambos vocablos mazígicos con la supresión del primer diptongo.)
Al comenzar el akano (año) litúrgico guanche con el solsticio de verano el 21 de junio del calendario gregoriano, el mes guanche queda insertado en dos meses del calendario gregoriano, los cuales son los siguientes:
Meses.                                  Nombre guanche.                  Nombre en Castellano.
Junio-Julio.                   Want’ ijamaynut Magek              Sol Joven.
Julio-Agosto.                Wanmendi                                     Mieses.
Agosto-Sepiembre.     Wanyesmar                                               Weñesmer.
Septiembre-Octubre.      Wanil                                           Pasto.
Octubre-Noviembre.      Wan’iludi Magek                                    Magek Tibia.
Noviembre-Diciembre.  Wanghid                                      Baifo.
Diciembre-Enero.         Want’ ijussur Magek                   Sol Anciana.
Enro-Febrero.                            Wanfuy                                         La Luz.
Ferbrero-Marzo.             Wanzegza                                               El Verde.

Marzo-Abril.         Wanmayk                                                     Magek
Abril-Mayo.           Tanit                                                  Chaxiraxi.
Mayo-Junio.          Wanzard=Wanrad                           Los Frutos.
ARQUEOASTRONOMÍA GUANCHE: Uno de los trabajos mejor elaborados sobre la astronomía del pueblo guanche lo es sin duda el llevado a cabo por el Observatorio Astronómico de Agache, del cual por su indudable interés nos permitimos transcribir algunos párrafos.
¿QUE ES LA ARQUEOASTRONOMIA?: La arqueoastronomia es una rama de la astronomía y de la arqueología, cuya función es estudiar las orientaciones de las diferentes construcciones o lugares sacralizados, de las antiguas civilizaciones; para determinar el grado de conocimiento astronómico de esas civilizaciones que nos han precedido, su calendario, y cosmogonías (esto último estudiado por la etnoastronomía) Pero todo ello con un rigor científico, sin necesidad de tener que explicar las construcciones por medio de la visita de civilizaciones extraterrestres, ni de sacralizar unos fenómenos periódicos. Quien no se ajuste a estas premisas, está  negando a su propia especie, la capacidad de la creatividad, y subvalorando su tesón, imaginación y poder de reflexión.



[1] Aunque el autor no específica a que Península se refiere, suponemos que se trata de la Península Ibérica.

[2] Esta inestimable obra del profesor Reyes García, esta editada por la editorial Baile del Sol, en su ”Colección Deslenguado”. 1998, con el título “Estudio Etnolingüístico de los antiguos numerales Canarios”.

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