EL ORIGEN DE LOS CONFLICTOS EN
IRAK, SIRIA, UCRANIA…
POR NICOLA HADWA Y SILVIA DOMENECH
La actual estrategia de Estados Unidos de hacer prevalecer su hegemonía frente a Rusia y China creando el “caos” en el mundo, no nace con la Administración de Biden. Si bien una parte de sus fundamentos teóricos se remiten a la fase expansionista de ese país – como el Destino Manifiesto y la Doctrina Monroe -, y se desarrollan en los años de la Guerra Fría, es en los años 90 del siglo XX, con un orden mundial económico y político-militar caracterizado por la unipolaridad, que los neoconservadores norteamericanos logran reforzar sus acciones para hacer prevalecer la hegemonía norteamericana en todas las áreas del mundo. Situación, no obstante, que no duro mucho ya que hacia la primera década del siglo XXI, Estados Unidos dejaba de ser el árbitro global exclusivo de las relaciones internacionales.
Mantener
el mundo unipolar bajo el control hegemónico norteamericano, o lo que es lo
mismo, preservar el reino o imperio estadounidense, sin embargo, sigue
constituyendo su objetivo primordial. Y con Biden los neoconservadores
llevan las riendas del poder. Para conseguirlo “cortan” cualquier cabeza, no
importa dónde ni cómo. Esta es la situación de hoy. Para confirmarlo sólo hay
que mirar alrededor y ver lo que está sucediendo en la mayor parte de los
rincones del mundo.
Aclarando
algunos términos
Asumimos
la noción de hegemonía norteamericana, como el dominio que
tiene sobre otros estados el que, pudiera decirse, desde la Segunda Guerra
Mundial y hasta hoy es el principal actor de las relaciones internacionales:
los Estados Unidos. Dominio que es el resultado de las relaciones de poder que
en las sucesivas fases de expansión capitalista han configurado este sistema
geopolítico facilitando su desarrollo y obstaculizando el de otros países.
Ese
dominio es ejercido también sobre la base de los intereses y de la ideología
imperialista que conforman al mundo capitalista como un bloque
histórico general, cuya dirección se dirige a la reproducción de la
dinámica hegemónica. El bloque, denominado por algunos autores “Sistema
Occidental”, está conformado básicamente por Estados Unidos, la Unión
Europea y Japón –además de Canadá, Australia, Nueva Zelanda–. El rol central de
esa extensa área corre a cargo de Estados Unidos y su histórica socia especial:
Gran Bretaña. La Unión Europea y Japón (respectivamente los límites oeste y
este del continente euroasiático) son la periferia de la zona con una
importante función geoestratégica respecto de la masa continental eurasiática[1]. La hegemonía
estadounidense – señala Samir Amin, reconocido economista y científico
egipcio – exige que sus aliados accedan a seguir la estela
norteamericana sin ningún tipo de crisis emocional. ni aspavientos
sobre «cultura»… Esto significa a su vez que todos los discursos con
los que los políticos europeos alimentan a su audiencia sobre el poder
económico de Europa no tienen una trascendencia real. Al situarse
exclusivamente en el terreno de las disputas mercantiles, sin un proyecto
propio, Europa está vencida de antemano. Y Washington sabe esto muy bien[2].
La
corriente política ideológica que sostiene la concepción de la exigenciade
la hegemonía norteamericana es el neoconservadurismo[3] la
que, independientemente de los sujetos de distintas generaciones que la
representan, ha tenido y tiene una idea común: la “grandeza
nacional” y su necesidad para satisfacer el interés nacional estadounidense.
Para
los neoconservadores norteamericanos la grandeza nacional supone no sólo la
hegemonía, sino también necesariamente la unipolaridad. Lo
que se traduce en que, para ellos, mantener la hegemonía significa que Estados
Unidos debe ser el único polo de poder real en el sistema de
relaciones internacionales. Su liderazgo está basado, en
consecuencia, no sobre el equilibrio de poder que reconoce a otros actores en
igualdad de condiciones, sino sobre el constante uso disuasivo y preventivo del
poder militar. Premisa que requiere que ese país sea quien
establezca, sin reparo de ningún tipo, las reglas del orden mundial y que
esté preparado para hacerlas cumplir[4]. Ese es su objetivo,
sea cual fuere el ropaje con el que se presente y/o las características de las
políticas que adopte para la organización y gestión dentro del sistema
internacional actual, sean éstas unilaterales o multilaterales.
Conservar
el poder hegemónico de Estados Unidos supone, por ende, su dominio de
determinadas zonas de la geografía global y, en consecuencia, el ejercicio
del poder para asegurar su espacio vital, concepto
definido como el área geográfica que los estados buscan conquistar y
controlar para su propio desarrollo.
Las
concepciones
Es
en los primeros años de la década del 90, en el marco de la desaparición de la
URSS y del campo socialista europeo, que ve la luz en Estados Unidos la Guía
de política de Defensa para el período fiscal 1994-1999[5]. La misma
contiene una declaración de política sobre la misión de Estados Unidos en la
era posterior a la Guerra Fría para mantener la hegemonía
norteamericana. El proyecto fue elaborado por Paúl Wolfowitz –
conocido defensor de una política exterior agresiva, de la supremacía militar
estadounidense, así como de las políticas de la entidad sionista – quien era
entonces subsecretario de Defensa para Política (1989-1993), siendo
entregado a Richard Cheney, en ese momento secretario de
Defensa (03/1989-01/1993) del gobierno de George H. W. Bush.
En
esta Guía se habla de una nueva estrategia de defensa que posibilite un
nuevo orden mundial sostenido por los Estados Unidos, donde ese país sería la
única superpotencia que establecería alianzas coyunturales, según los
conflictos. La ONU e incluso la OTAN estarían cada vez más en una posición de
no intervención[6]. Se defiende en ella, asimismo, el derecho de
ese país a intervenir cuando y donde lo crea necesario, así como la idea de que
los Estados Unidos deben mantener una posición unipolar permanente, lo que
lograría mediante la expansión de su poder militar. En Oriente Medio y el
suroeste de Asia debían seguir siendo la potencia exterior predominante,
reafirmando sus compromisos con Israel.
Para
finales de esa misma década los neoconservadores crean un grupo de
expertos o think tank que se llamó “Proyecto para un Nuevo
Siglo Americano” (PNAC por sus siglas en inglés). El PNAC, en el año
2000, publica su documento clave: Rebuilding America´s Defenses (Reconstruyendo
las Defensas de América, léase Estados Unidos)[7].Una estrategia para preservar
y extender el orden mundial unipolar y expandir hacia el futuro el liderazgo
global de Estados Unidos. O, en otras palabras, para garantizar el “reino
estadounidense” o quizás debía decirse el gran imperio norteamericano, basado
en su predominio militar.
En
el PNAC participaron un grupo de figuras como William Kristol, Robert
Kagan, Thomas Donnelly, Richard Perle, John Bolton, los ya mencionados Paul
Wolfowitz y Richard Cheney, y muchos otros[8]. Figuras que tenían en común el
compartir la idea de que Estados Unidos tenía que aprovechar el momento para
promover su poder e intereses y extender un orden internacional favorable a su
seguridad y su dominio a todo el planeta. Figuras que han estado vinculadas y
han sido, y algunos aún lo son, activos personajes públicos de la derecha
conservadora de su país, desempeñado importantes cargos en el gobierno y en su
toma de decisiones[9].
Esta
estrategia, sin embargo, no era la primera presentada por los neoconservadores
para preservar un liderazgo. En 1996 había sido publicada otra para asegurar
otro “reino”: A Clean Break: A New Strategy for Securing the
Realm (Una ruptura limpia: una nueva estrategia para asegurar el reino
– refiriéndose a la entidad sionista)[10], conocido como Clean Break.
El
Clean Break fue elaborado bajo la dirección de Richard Perle – miembro y luego
presidente, con Bush hijo, del Comité Asesor de la Junta de Política del
Departamento de Defensa de los Estados
Unidos (1987-2004) -, y estaba dirigido al estrenado entonces
primer ministro Benjamín Netanyahu. Su título, altamente sugestivo y
explicativo: las “nuevas condiciones” para asegurar el “reino
sionista”, no es más que la expresión de las convicciones de los
neoconservadores/futuros miembros del PNAC de que una línea dura por parte de la
entidad sionista contra los palestinos y contra otros países árabes era lo que
más convenía a los intereses estratégicos de Estados Unidos, tal y como luego
expresaron en la carta que dirigieron al presidente Bush en abril del 2002[11].
Desplegar una estrategia de desestabilización, manipulando las diferencias
étnicas, religiosas y rivalidades regionales – aspectos a los que responderá la
creación de Al Qaeda y otros grupos terroristas – y, consecuentemente, a
mantener la región sumergida en desequilibrios y conflictos sin dudas, era
ideal para Washington.
Se
trata entonces, se podría decir, de afirmar dos “reinos”. O, en otras palabras,
asegurar la hegemonía mundial del “reino estadounidense”, o sea, el
imperialismo norteamericano y, en particular su hegemonía en el Medio Oriente a
través de la hegemonía regional de su aliado, el “reino sionista”.
Para
el año 2000 Paúl Wolfowitz es ya Subsecretario de Defensa de Estados Unidos
bajo las órdenes del secretario de Defensa (01/2001-12/2006) Donald
Rumsfeld, uno de los arquitectos clave de las guerras de décadas en Irak y
Afganistán, el cual – apoyado por Richard Cheney, que no es sólo ya
vicepresidente (01/2001-01/2009) del gobierno de George W. Bush, sino
también el encargado de su “Plan Energía”, crea en octubre de 2001 la
llamada Oficina de Transformación de la Fuerza (Office of Force Transformation,
OFT), con el almirante Arthur K. Cebrowski al frente.
Esta
nueva visión[12], denominada “Doctrina Rumsfeld-Cebrowski” parte de un
conjunto de conceptos estratégicos que fueron expuestos por Thomas
Barnett[13], asistente de Cebrowski en OFT. Así, se plantea que, para mantener
la hegemonía mundial, Estados Unidos debe dividir el mundo en
dos partes: De un lado estarían los estados estables que gozan de los
beneficios del sistema, son los que constituyen el Núcleo Funcional o Núcleo
del mundo. Esta sería, según esta visión, la parte que tiene funcionalidad,
pues allí es dónde la globalización está llena de conectividad de red,
transacciones financieras, flujos de medios liberales y seguridad colectiva. Y
estaría constituida por América del Norte, gran parte de América del Sur, la
Unión Europea, la Rusia de Putin, Japón y las economías emergentes de Asia
(sobre todo China e India), Australia y Nueva Zelanda y Sudáfrica.
La
otra parte constituye “la Brecha” (Gap en inglés). Está formada por
el resto del mundo: la Cuenca del Caribe, prácticamente toda África, los
Balcanes, los Cáucaso, Asia Central, Medio Oriente y Sudoeste de Asia, y gran
parte del Sudeste Asiático obviando, claro está, valores atípicos excluidos
geográficamente de su enfoque como es, por ejemplo, la entidad sionista,
aislada en la Brecha. En ellael caos alcanza proporciones tan espantosas que
nadie piensa ya en resistir sino sólo en sobrevivir. Dado este escenario, se
afirma que los Estados estables (Núcleo) no deben tratar directamente con
los países que formaban parte de Gap o “tanque” de recursos, y sólo tendrían
acceso a ellos recurriendo al ejército estadounidense. ¿Cuáles son, entonces,
los puntos claves de esta “nueva” visión?
· No
sólo derrocar a gobiernos progresistas ni robar el petróleo y el gas
de las regiones que los poseen, sino y sobre todo destruir sistemáticamente
toda la estructura estatal en los países que conforman la Brecha, haciéndolos
retroceder a la era del caos, de manera que nadie pueda oponerse
en ellos a la voluntad de Washington.
· La
guerra sin fin. Desatar guerras contra regiones enteras del mundo,
e iniciar muchas guerras, manteniéndolas todo el tiempo posible, y no
guerras contra tal o más cual país, ni de ganarlas o evitarlas.
· Bloquear
el surgimiento de cualquier competidor potencial a la hegemonía estadounidense,
particularmente las “naciones industrializadas avanzadas”.
En
otras palabras, para seguir siendo la primera potencia mundial y garantizar
tanto para sí como para sus aliados la explotación de los recursos naturales de
los países pobres sin obstáculos políticos, los Estados Unidos tendrá que recurrir a la guerra. Para ello deben reconstruir
y fortalecer su fuerza militar.
En septiembre
de 2002 el Congreso aprueba, consecuentemente, “la Estrategia de Seguridad
Nacional” en la cual se consagra, entre otras cosas, el llamado ataque
preventivo, bajo el principio de defensa propia. Lo que significa que los
Estados Unidos se asignan a sí mismos el derecho del uso unilateral de la
fuerza donde lo consideren conveniente. Acción que ha sido duramente criticada
desde el ángulo jurídico, llegando incluso a considerarse ilegal[1]. Carta blanca,
asimismo, en sus manos para instalar sus bases militares en muchos países sin
autorización de sus gobiernos, constituyendo de hecho una invasión, como en
Irak y Siria. Pero también ejemplos claros y lastimosos de la incapacidad de
las organizaciones internacionales y en particular, de la ONU, para oponerse al
imperio, jugando sólo el rol de observar como todos y cada uno de los
principios de su carta fundamental son atropellados impunemente en medio del
silencio Internacional.
De
ese modo, desaparecido el campo socialista europeo y desintegrada la URSS, fue
el entorno geoestratégico que se encuentra en el área que se extiende
desde Pakistán, a través del Cuerno de África hasta Marruecos y las
estratégicas zonas del norte de África, Asia Occidental y Asia Central, el que
constituyo una prioridad para los estadounidenses, convirtiéndose en el
escenario principal para el despliegue de su poderío militar. En octubre
del 2001 los Estados Unidos invaden Afganistán – fue el primer paso. Luego
vinieron otros países, Irak, el Líbano, Libia, Siria… Las
ideas del Clean Break y del PNAC, simbiosis de los planes sionistas y de los
neoconservadores norteamericanos para la dominación del mundo, así como las
Doctrinas Wolfowitz y Rumsfeld-Cebrowski fueron decisivas en la elaboración
y puesta en práctica de la concepción del «Nuevo Oriente Próximo” o Gran Medio
Oriente.
En
el 2006, con los fracaso particularmente en Irak y en el Líbano, tanto el PNAC
como la OFT fueron disueltas. Pero sus concepciones, si bien dejaron de ser las
dominantes, no desaparecieron[14]. Tres años después los directores del
proyecto PNAC, William Kristol y Robert Kagan fundan el think tank “The
Foreign Policy Iniciative” (La Iniciativa de Política Exterior, FPI) para
ejercer influencia, esta vez sobre el futuro gobierno de Obama, abogando por el
aumento de tropas en Afganistán y un papel activo de Estados Unidos en Siria.
Será disuelto en el 2017. El “Nuevo Capítulo” de Obama vendrá acompañado del
giro hacia la región asiática.
Con
la Administración de Biden los neoconservadores están de nuevo en el poder. El
objetivo es el mundo (y no sólo Rusia y China, sino que también, como dijo la
actual subsecretaria de Estado de Biden, “Fuck the EU!”[15]),
y sus concepciones de nuevo son las dominantes.
*
Fuente: El artículo se basa en lo fundamental en lo planteado en el
epígrafe del mismo nombre del Capítulo 12 del libro de los autores que lleva el
título: El Proceso de Penetración, Ocupación y Destrucción de
Palestina. Fundamentos, Etapas y Perspectivas, publicado de forma
independiente en abril del 2023.
Notas
[1] Mary
Ellen O’Connell. The Myth of Preemptive Self-Defense. https://www.nyccriminallawyer.com/wp-content/uploads/2014/07/oconnell.pdf;
Iraq war was illegal and breached UN charter says Annan. https://www.theguardian.com/world/2004/sep/16/iraq.iraq.
[1] Tiberio
Graziani. Una aproximación geopolítica a la crisis económica del sistema
occidental. Revista EURASIA. https://www.surysur.net/una-aproximacion-geopolitica-a-la-crisis-economica-del-sistema-occidental/.
[2] Samir
Amin. ¿Globalización o apartheid a escala global? https://www.nodo50.org/csca/agenda2001/samir_amin-durban-01.html.
[3] Esta
corriente nace hacia finales de los años 30 y se fortalece a partir de la
década del 60. Es, sin embargo, sobre todo durante la presidencia de Ronald
Regan y, luego, desde finales de los 90, en la de George W. Bush que sus
representantes ocupan altos cargos en el gobierno incidiendo de forma
importante en sus decisiones, especialmente de política exterior.
[4] Charles
Krauthammer. «The Unipolar Moment», Foreign Affairs, 1990. Citado en: David Ray
Griffin. Neoconservative imperialism on September 11 and attacks against
Afghanistan and Iraq. https://www.globalresearch.ca/neocon-imperialism-9-11-and-the-attacks-on-afghanistan-and-iraq/4961.
[5] El
documento fue filtrado a los medios y publicado por primera vez por el New York
Times en 1992. Poco después, muchas de las amenazas específicas mencionadas en
el documento fueron reescritas con un lenguaje más general. Ver: Defense
Planning Guidance FY 1994-1999 (DOG). https://www.archives.gov/files/declassification/iscap/pdf/2008-003-doc1.pdf.
[6] Ver:
Paúl Labarique. Paúl Wolfowitz, el alma del Pentágono. 24 Febrero de 2005.
http://www.voltairenet.org/article123982.html.
[7] Project
for the New American Century/Foreign Policy Initiative/. Rebuilding America’s
Defenses. https://ia903100.us.archive.org/32/items/RebuildingAmericasDefenses/RebuildingAmericasDefenses.pdf.
[8] Ver
la Lista de firmantes y colaboradores del PNAC en: List of PNAC Signatories and
Contributing Writers. January 9, 2017. https://militarist-monitor.org/list_of_pnac_signatories_and_contributing_writers/.
[9] Un
ejemplo puede ser el vínculo Richard Cheney-Victoria Nuland-Robert Kagan-Antony
Blinken. Victoria Nuland, símbolo de la ideología neoconservadora es
la actual Subsecretaria de Estado de los Estados Unidos. Ha trabajado durante
cuatro administraciones como pilar del Departamento de Estado asesorando, entre
otros, al vicepresidente Richard Cheney durante la guerra de Irak. Hillary
Clinton la nombró portavoz del Departamento de Estado y luego fue enviada a
Ucrania a organizar el golpe de Estado. Su esposo es Robert Kagan, cofundador
de PNAC y de su sucesor bajo Obama, Iniciativa de Política Exterior (FPI).
Conocido neoconservador que fue uno de los primeros y firmes defensores de la
acción militar en Siria, Irán, Afganistán e Irak. Ha escrito varios artículos
junto con Antony Blinken, actual Secretario de Estado en la Administración de
Biden, sus familias son muy cercanas y ha sido su consejero aunque no tiene
cargo ni despacho. Ver: Peter Isackson. The Curious Reign of the New Queen
Victoria (Nuland). Fair Observer. https://www.fairobserver.com/devils-dictionary/the-curious-reign-of-the-new-queen-victoria-nuland/.
[10] A
Clean Break: A New Strategy for Securing the Realm. https://www.palestineremembered.com/Acre/Articles/Story1351.html.
[11] Ver:
PNAC (2002). “Letter to President Bush on Israel, Arafat and the War on
Terrorism”, PNAC Website, April 03, 2002. http://web.archive.org/web/20070814184031/http:/www.newamericancentury.org/Bushletter-040302.htm.
[12] Para
ampliar el tema, ver: Thierry Meyssan. La doctrina
Rumsfeld-Cebrowski. https://www.voltairenet.org/article213166.html;
Thierry Meyssan. El proyecto militar de Estados Unidos para el mundo. 22
agosto 2017.https://www.voltairenet.org/article197560.html.
[13] Thomas
Barnett. Why the Pentagon Changes Its Maps. Esquire, March 2003. https://www.esquire.com/news-politics/a1546/thomas-barnett-iraq-war-primer/.
[14] Ver:
«The neocons return». Brattleboro Reformer. September 24, 2009. https://www.reformer.com/local-news/the-neocons-return/article_e6b94721-53ef-52a0-bcec-8457e2885029.html.
[15] Frase
pronunciada por Victoria Nuland, subsecretaria de Estado de los Estados Unidos
referida a la Unión Europea, en la famosa llamada telefónica interceptada con
el embajador estadounidense en Ucrania Geoffrey Pyatt en febrero de
2014. Ver: Bob Dreyfuss. The Not-So-Secret Ukraine Phone Cal. The Nation, Febrero
10, 2014. https://www.thenation.com/article/archive/not-so-secret-ukraine-phone-call/
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