SINFONÍA DE LIBERACIÓN
MAITÉ CAMPILLO
Nadie
puede abrir semilla
En
el corazón del sueño
Ay,
cómo canta la noche, cómo canta
Que
témpanos de hielo azul levanta
Ay,
cómo canta la noche, cómo canta
Que
espesura de anémonas levanta
Ayyy, ayyyy, ayyyy
Así que pasen cinco años, de Lorca, fragmento del tercer acto; obra de teatro vanguardista (1933) drama en que el poeta desarrolla la tragedia del ser humano víctima de sus sueños y del tiempo.
Como semillas de
amapola van brotando a la luz sus pétalos rojos al son de su vuelo histórico,
dando forma al fondo marino el sentido profundo de sus alas, se deslizan
venciendo los falsos espejismos en tragedia del ser humano, deformando nuestra
evolución al son de la ley como un castigo: ¡Carbón ardiendo en el sitio del
pecado! (‘Bodas de sangre’, teatro lorquiano). No es tarea fácil resignarse por
ley a ser violada, que la injusticia de los “presuntos” padece y colma si por
alcohol si por enfermedad o ley de los valientes al amparo de sus leyes
denigrando a la mujer como al alcance de ‘TODOS’, objeto y capricho, acoso,
violación, crimen y explotación. Se trata de combatir y no contemplar la
miseria de su alienación y hacer añicos sus espejos de referencia y sus
campañas encubiertas desnaturalizando y globalizando el original -hoy
impersonal- que nos subyuga ‘mujer’ en rumbo sin frenos donde las jerarquías no
son un orden de cosas sino de clase. Se trata de ser lo que nunca se ha dejado
de ser sin perder identidad y más allá de las dificultades que impiden los
avances ir saliendo paso a paso. La comercialización sexual es un crimen donde
los tribunales empatizan con el agresor y sus medios ponen en duda tu identidad
poniendo el acento en la esclava sujeta a la especulación capitalista. Lucha
encarnizada, es la que estamos viviendo, destruyendo todos los símbolos, su
significado histórico y los hitos levantados y los logros conquistados sobre
costosas refriegas, donde la mujer pudo resaltar su conciencia y condición
sobre imposibles que se creyeron inalcanzables. Resalto el día en que de Euskal
Herria salieron a la calle miles de personas, mujeres en su gran mayoría en
Bilbo, Donosti, Iruña y Gasteiz por el derecho prohibido al aborto sin
restricciones (año 1983) La transición se encuentra en su apogeo dando palos de
ciego y, pese a que el dictador había muerto en 1975, su fundamentalismo se
mantenía, la mujer seguía sujeta a una opresión de religión y educación de
resultados nefastos sin poder decidir por si misma. Lo expuesto no es sino un
ejemplo de los miles de conatos que hubo, pueden imaginarse el pulso de lucha
que existió de huelgas por doquier y apuesta por los derechos, donde a
respuesta de la transición democrática, fue idéntica a la dictadura, reforzó la
represión. No eran suficientes los organismos creados por ésta, para destruir
el pulso del puño en alto, los miles de gritos ahuyentando la mala hora sobre
consignas reivindicativas, en las que se volcaron con toda su ferocidad las
fuerzas del franquismo: FOP y FA, para militarizar la situación aún más y
ejercer la ‘transición’ responden con zen <<El Plan ZEN: “o se está con
la democracia, la libertad, la seguridad” (o se está con el terrorismo):
luchando contra el capitalismo, contra el imperialismo, la OTAN, y el
nacionalismo español>>. Fue la primera de las medidas, de alcance
represivo sobre la sociedad civil que aprobó el PSOE. Así fue pues, el primer
brindis del primer gobierno “socialista” sobre medidas expansivas de mayor
alcance represivo.
Lanzan su vocablo
sobre fragmentos que interiorizan removiendo nuestras vidas del lado que les
permita, sobre la servidumbre de la mujer el confort de una paz duradera,
obligándonos a cagarnos en la siembra del vocablo que doblegar nos quiere y
aunque sin alternativa sobre el impacto sin miedo a ser oídas, hablo de lluvias
intensas si de piedras si de agua si de cántaros en derechos sin hallar
solución, contra las fuerzas tenebrosas enfangadas cerrando entradas y salidas.
Más que nunca nos imponen sumisión, las presuntas izquierdas; que como
Presidente: alaba su gobierno feminista, mientras algunos de sus ministros
consintiendo la gran mayoría, de lado a la chita callando, atrás y en frente
del ‘dirigente’ disfrutan alago mutuos y jueguecitos de guerra con tanques
reales. Y, a nosotras, nos imponen manos caídas frente a comunidades de su
mismo rango y poder, distorsionando el concepto trabajo, hijo, hija y mujer,
teniendo que aguantar por imposición cual si no supiésemos nuestra condición de
ser madre y mujer a la vez, a que decidan por nosotras no luchar sino asumir, y
de su lado votar y mendigar por una misma, a la espera de sus desajustes, donde
el vandálico se libra de todo mal amparado en la injusticia sin ley ni derechos
del lado de los “incontrolados sociales”, entre el hola que tal aguanta que
saldrás pronto y un divertimento de entierro en patente rancia de historia
pujante en nuestros días. No hablo del ‘día del amor’ ni de tener hijos que
refuercen su producción hablo del: ¡basta ya de seguir riéndose!, y luchar,
luchar contra sus guerras por la guerra y guerra por igual a la mujer en su
propio campo de batalla: derecho a su cuerpo a decidir por ella misma. Hablo
del engaño de hablar de producción y estabilidad de paz, apuntalando la guerra
a los demás sin derecho ni razón alguna, sino por el control único de su dominio.
Hablo de su explotación y sumisión, obligándonos a votar y apoyar conceptos
aberrantes contra los que luchabas en otro tiempo, como su concepto de
alienación en familia en prohibición del aborto y sumisión a la violación. No
hablo de paz, ni de tener hijos, para el Estado del Capital. Hablo de
emancipación sin doblegación a la esclavitud. Hablo de liberación sin tener que
mendigar un puesto de trabajo, ni una economía propia, que brinde el derecho a
la vida sin doblar la rodilla ante el patrón ni la iglesia ni por ley de
imposición. No creo en la democracia que habla de paz, preparando la guerra
mundial para matarnos entre hermanos. No creo en su estado del bienestar,
generando intermitente el desequilibrio social atentando contra la salud
pública, contra la educación y economía fomentando hambrunas, donde para
‘colmarlas de amor’ optarán porque te resignes a su paz y su caridad, pues
algún día te caerá en boca algún pedazo de tocino o queso untado en miel para
las ratas: sus tanques y cañones no hablan de paz hablan de obligaciones, de
guerra, donde morir como corderos.
Mienten como los
medios que no hablan de su ‘libertad de expresión’ sino de la del caudal del
amo, a través de sus redes sobre el orificio del cañón del engaño, apostando
del lado de la absolución definitiva sin paz ni vaso de agua ni vino ni pan
como fin de sus días de guerra sin rumbo… y el verso despierta su objetivo
contra las balas y, una bala mató al ave que posaba sobre la rama; el viejo
árbol se removió inquieto consciente que matar al ave, era asesinar más de dos
a la vez y, pensando se quedó, en cómo le ayudarían aquellos versos
constructores del poeta y, se maldijo, se maldijo una y otra vez haber olvidado
que la muerte achanta y maldijo la bala y se maldijo así mismo por no querer
aceptar ni ver la amenaza: repugnó la mente y mano que obedeció la orden y, se
castigó a sí mismo, al sentir el verso alejado del poeta, que tanto esfuerzo,
entrega y condescendencia había mostrado y, ahora sí, ahorita aunque ya tarde,
se pregunta una y otra vez del por qué asesinaron al ave proletaria: Al día de
la mujer trabajadora voz de clase en lucha contra la explotación capitalista,
borrando de ella lo más humano de la vida que nunca impuso ser imprescindible
ni más importante que una hormiga entre las demás hormigas laboriosas contra el
látigo y la bala desahuciando leyes y derechos, provocando humillaciones para
que caigas extenuada en sus garras enfangadas, floreciendo el despotismo,
contra la dignidad que reafirma sus vínculos que marcaron su sintonía
resplandeciente en versos de futuro.
Maité Campillo
(actriz y directora d` Teatro Indoamericano Hatuey)
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