3.000 NIÑOS
JOSU AIZPURUA
La anacrónica
salvajada ukraniana, nos evita centrarnos en los que en nuestras propias
narices está sucediendo, y comprender que una misma causa es la que nos
hace un MUNDO hostil, incomprensible, desigual hasta lo inaceptable.
El capitalismo, de Estado o de particulares, no ha sido la solución a una Humanidad soportable, y ha propiciado que las “brechas” históricas, se acrecientes, se consoliden, y se invisibilicen desde el Poder. Las Castas se han atrincherado en sus fuerzas represivas, han creado un bello mundo de clase poseedora, y han abandonado la idea de mejorar las condiciones de vida y trabajo de la otra clase: los desposeídos.
Como decía Alfonso
X de Castilla (sin León), los esclavos, siervos, ilegítimos, mujeres, etc., son
de peor condición que los nobles y clérigos. Y en esas seguimos. Y los partidos
hispanos de derecha no son capaces de progresar en Humanidad ni DDHH.
¿Esta quebrando el
siglo XXI? Intentan que vuelva a ser una copia del XX, con guerras, brechas, y
una comunicación abducida por la Casta, que los beneficiados y necios, aceptan
a pies juntillas. ¿Han oído algo de lo que quiere Rusia, de lo que sufren sus
jóvenes en el frente? No hay sitio para ellos pues los medios solo tienen orden
de dar los sufrimientos ukranios. Y el cómico, sin afeitar, sale por todos los
rincones. El bigote se lo recorta, pero la barba es necesaria para el papel.
Y aquí en nuestras
islas coloniales, 3000 niños (Menas), observan con estupor el trato a los
migrantes ukranios que contrasta con el suyo. Unos y otros sufrirán la
tragedia, pero la huella será diferente.
Mi madre, niña
vasca evacuada a Francia, nunca pudo olvidar la tragedia vivida, y sólo en
algún anochecer de confidencias me contó algo de lo allí sufrido. Nunca pudo
superarlo.
Y tampoco lo harán
estos 3000, que los hacinan, los esconden, los olvidan y esperan a sus 18 años
para tirarlos en la calle ¿su pecado? ser negros. ¿El de mi madre?: ser vasca.
Me comentaba uno de
ellos que ya no puede mirar al mar, pues ve a su hermano ahogarse y a todos los
que allí murieron y “ve” sus manos pidiendo auxilio. Los relatos de mi madre me
hacen comprender mejor su angustia.
Yo veo fariseísmo
inducido en este fervor ukranio; la buena gente no distingue entre migrantes
blancos o negros, solo los racistas lo hacen. Tenemos la obligación moral de
buscar la formación de los 3000, de prepararlos para su vida, de darles
consuelo y arroparlos como a niños que son. ¿Lo estamos haciendo?
El trato a los 3000
mide y es una prueba del humanismo canario para con los que vienen de donde
vinieron sus ancestros, y la actitud del Gobierno canario, es sucursalista,
indigna, y genuflexa ante el Poder de la Casta.
Yo no compraría un coche de segunda mano a Zelensky, pero a Putin ni le entraba en el concesionario.
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