SÁNCHEZ, LOS SAHARAUIS Y UNIDAS PODEMOS
El
golpe del presidente fue frío, rápido y alineado con una correlación
internacional de fuerzas en la que, primero EE.UU. y después Alemania,
asumieron la realidad del poder marroquí
PABLO IGLESIAS
Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Pedro Sánchez, presidente del Gobierno.
No hace falta haber leído El príncipe, aunque nunca viene mal, para saber de la importancia de conocer a tus enemigos, a tus amigos, a tus aliados y a tus adversarios.
Más allá de las chorradas y cuñadeces que presentan al padre de la política como ciencia, como una suerte de personaje perverso, el Maquiavelo que enseña las reglas psicológicas y la autonomía de la política como arte de la correlación de fuerzas es absolutamente complementario respecto al Maquiavelo republicano de los Discorsi.
¿Por qué les
introduzco este artículo que promete tanto en el título, con este rollo de
profe de Políticas que se acaricia la barba mientras entorna los ojos en esa ridícula
pose mefistofélica de quien pretende hacer creer que pensar políticamente es un
esfuerzo físico equivalente a levantar pesas? Pues porque a veces, ciertamente,
pensar es trabajoso (porque implica recordar) aunque no haya que poner cara de
gilipollas y también porque la lectura de los clásicos en general (y de
Maquiavelo en particular) es como hacer pesas; mantiene el cerebro fuerte y
hermoso.
“Aunque el engaño
sea detestable en otras actividades, su empleo en la guerra es laudable y
glorioso, y el que vence a un enemigo por medio del engaño merece tantas
alabanzas como el que lo logra por la fuerza” escribe el florentino. El
presidente del Gobierno español encarna bien esta virtud política, y el 18 de
marzo volvió a sorprender a propios y extraños asestando una puñalada certera
al derecho de los saharauis a ser libres mediante el ejercicio del derecho a la
autodeterminación, que les reconoció la ONU el 29 de abril de 1991 con la
resolución 690.
El golpe de Sánchez
fue frío, rápido y alineado con una correlación internacional de fuerzas en la
que, primero EE.UU. y después Alemania, asumieron la realidad del poder
marroquí. En la política internacional cuenta la fuerza, no el Derecho. Quien
lo niegue o es un ingenuo o es un hipócrita. Queda por resolver el misterio de
si la estocada está pactada con Argelia, para que no afecte al suministro del
gas. Cabe pensar que sí. De otro modo el presidente y su ministro de Exteriores
no habrían demostrado la prudencia imprescindible para ejercer las magistraturas
que ejercen. Y se les podrá criticar que no sean de izquierdas, pero no que
sean estúpidos.
La puñalada de
Sánchez también sorprendió a los partidos del espacio UP y a Yolanda Díaz. Esta
vez la vicepresidenta tomó distancia del presidente en la política exterior.
Esta vez siguió la línea de UP de manera inequívoca: “Reafirmo mi compromiso
con la defensa del pueblo saharaui y con las resoluciones del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas. Toda solución al conflicto debe pasar por el
diálogo y el respeto a la voluntad democrática del pueblo saharaui. Seguiré
trabajando en eso”. Pie en pared y codos. Esta vez no hay disonancia con
Podemos y con el PCE. Buena noticia.
“Uno debe de ser un
zorro con el fin de reconocer las trampas y un león para ahuyentar a los
lobos”, escribe Maquiavelo. Ojo con Sánchez y con toda la corte de voces que,
desde diferentes lugares y medios “progresistas”, dirán que, por coherencia,
Unidas Podemos debe salir del gobierno.
Gerardo Tecé sí
debió de leer a Maquiavelo y escribió ayer: “Entre gobernar con Unidas Podemos
y repetir elecciones, eligió repetir elecciones. Es bueno recordarlo para
entender algunas cosas. Algunos líderes sólo son de izquierdas cuando no se les
deja espacio para ser otra cosa”. Es evidente que Sanchez preferiría gobernar
sin UP lo que queda de legislatura aunque, lógicamente, no puede decirlo y es
perfectamente consciente de que pagaría un alto precio si les echara del
Gobierno.
Pero sus aliados
mediáticos intentarán favorecer las tensiones en el espacio de UP y habrá
aprendices de brujo que “en nombre de” estarán encantados de suministrar cizaña
fresca a las plumas y tertulianos ávidos de agitar las “luchas internas”. No
les salió bien del todo la jugada de presentar a Yolanda Díaz y a Alberto
Garzón como “los buenos” de la película en el tema del envío de armas a Ucrania
frente a “los malos”: Ione Belarra, Irene Montero y Enrique Santiago. Pero lo
intentaron. Esta vez está siendo distinto. Pie en pared. Codos.
Si Sánchez quiere
sacar a UP del Gobierno puede hacerlo mañana mismo. Tiene el poder de decidir
que el Gobierno pierda 34 diputados imprescindibles y que ERC y Bildu se
replanteen las cosas. Pero creo que UP no debe caer en provocaciones. Opino que
hay que defender sin complejos el derecho de autodeterminación del Sáhara en el
marco del Derecho internacional y explicar, con tranquilidad, que el PSOE es un
socio de gobierno necesario para hacer políticas progresistas pero que no es
necesariamente una fuerza política de izquierdas, aunque sus bases electorales
y militantes sí lo sean. Pie en pared. Codos.
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