TRUMP: LA IMPOTENCIA Y LA FURIA
ATILIO BORÓN
El fiasco en que ha
terminado la bochornosa operación del autoproclamado “presidente interino” de
Venezuela y el revés que la mafia anticastrista y sus operadores (los Marco
Rubio, Ileana Ros-Lehtinen, Bob Menéndez y compañía) sufrieron en el referendo
constitucional cubano han exacerbado la beligerancia del gobierno de Estados
Unidos. Derrotado en ambos escenarios ahora está considerando aplicar la
sección 110 del Tercer Capítulo de la Ley Helms-Burton, misma que establece un
bloqueo integral sobre Cuba y que es eufemísticamente denominada "Ley para
la Libertad y la solidaridad democrática cubanas.”
Esta monstruosidad
jurídica, atentatoria de la legalidad internacional, instituye una “prohibición
de la importación y el comercio de productos cubanos” y según allí se estipula
se “se prohíbe la entrada de mercancías a los Estados Unidos y su comercio
fuera de los Estados Unidos, si esas mercancías: (1) son de origen cubano; (2)
están o estuvieron en Cuba o se transportaron desde ese país o por su conducto;
o (3) se confeccionan o derivan en su totalidad o en parte de cualquier
producto que se cultive, elabore o fabrique en Cuba.”
Visto lo anterior
queremos compartir una propuesta concreta para la militancia antiimperialista:
Si la Casa Blanca avanza en la aplicación de esta legislación injerencista en
contra de Venezuela, Cuba, Nicaragua o cualquier otro país será imprescindible
e impostergable organizar un boicot a escala internacional para contrarrestar
esa agresión. Nada mejor que un llamamiento
a los pueblos del mundo para que
se abstengan de comprar cualquier producto -sean bienes como, en lo posible,
servicios- de origen estadounidense, que, tal cual lo establece la Helms-Burton
para Cuba estén o hayan estado en Estados Unidos o fueron transportaron desde
ese país o por su conducto; o se confeccionan o derivan en su totalidad o en
parte de cualquier producto que se cultive, elabore o fabrique en Estados
Unidos.
Ante la inoperancia
de las Naciones Unidas y la complicidad de los gobiernos de los países
europeos, serviles hasta el hartazgo con el Nerón americano -capaz de incendiar
un continente con tal de favorecer los negocios de sus amigos, aliados y las
megacorporaciones de su país- es el deber de la hora organizar una
contraofensiva para desbaratar esta nueva arremetida imperial.
Las discusiones y
acuerdos tomados en la Asamblea Internacional de los Pueblos recientemente
reunida en Caracas han señalado que este es el camino. Es preciso comenzar a
transitarlo cuanto antes y aplicarle a Washington la medicina que con tanta
alevosía aplica en contra de Cuba. Más que nunca es necesario recordar las
preclaras observaciones de José Martí cuando advertía que “estos tiempos no son
para acostarse con el pañuelo a la cabeza, sino con las armas de almohada… las
armas del juicio, que vencen a las otras.
Trincheras de ideas
valen más que trincheras de piedra.” Y remataba su razonamiento de esta manera:
“¡los árboles se han de poner en fila, para que no pase el gigante de las siete
leguas.” No desoigamos el consejo del Apóstol y pongamos manos a la obra.
Veremos cuánto tiempo aguanta el imperio un boicot internacional. Cuba
sobrevivió a 60 años de bloqueo. Estados Unidos no soportaría ni un año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario