LO QUE NO TE CUENTAN DEL PROYECTO DE ANTONIO BANDERAS EN MÁLAGA
DAVID BOLLERO
Se
ha armado mucho revuelo con la renuncia de Antonio Banderas a la hora de llevar
a término el proyecto que apoyaba para el viejo cine Astoria de Málaga. Se
andan recogiendo firmas en Change.org, incluso, y la madeja se ha liado tanto
(con acusaciones cruzadas de que Ciudadanos se lleva el proyecto a Sevilla),
que cabe una posibilidad entre un millón para que el alcalde malagueño, el
veterano Francisco de la Torre (PP), encauce una polémica de la que él es
causante en gran medida.
El
asunto se ha querido politizar y Banderas, en la carta que remitió a los
medios, omite detalles que debería haber incluido pero, claro, ya no podría
seguir interpretando el papel de víctima que está protagonizando. ¿Cuáles son
esas cosas que no cuenta? Porque contar si cuenta que arriesgaría tres millones
de euros de su bolsillo (uno menos de lo que le costó su casa de Londres y
siete menos de lo que suele ganar por película, según fue publicado cuando se
divorció de Melanie Griffith).
Por
posicionar el asunto, el proyecto de Banderas y el arquitecto José Seguí,
respaldado por Starlite, ganó el concurso de ideas y quedó segundo en la
votación popular. Se supone que la autoría de los proyectos era desconocida
tanto en uno como en otro caso. Pero hete aquí que cuando gana el concurso de
ideas y se hace público quién está detrás, es Antonio Banderas y el alcalde
viene a decir que no se exigirá ningún canon o alquiler a la empresa ganadora.
Ahí
surgió la primera sombra de trato de favor en un proyecto que, entre otras
cosas cuando salió a concurso, quería compensar de algún modo los 20,7 millones
de euros que pagó el Consistorio malagueño comprando el inmueble en 2010 a la
promotora Baensa, que prevía la construcción de pisos de lujo. De nuevo, la
segunda sombra de sospecha de “traje a medida” para Banderas, como lo han
calificado Málaga Ahora (Podemos) e Izquierda Unida: Tras reunirse con Banderas
y Seguí, De la Torre dijo que “lo natural” es que quien ganó el concurso de
ideas sea también quien se haga con el concurso público para desarrollar y
explotar la parcela del Astoria.
Ahí
es nada… para rematar, el regidor popular dijo que en los pliegos técnicos
habría que incorporar un requisito de valoración: que se cuente con “una
persona cualificada, con capacidad de proyección”. ¡Toma, qué casualidad! ¡Como
Antonio Banderas!
El
actor malagueño no cuenta nada de esto en su carta y eso dice muy poco de él.
Se trata, cuando menos, de torpezas políticas que tendrían que hacer entender a
Banderas las sospechas sobre algo turbio en todo este asunto, en lo que se ha
calificado de “ambicioso proyecto”, aunque 600 butacas tampoco parezcan avalar
demasiado esta ambición.
Tampoco
cuenta Banderas cómo el arquitecto, José Seguí, llegó a reunirse tanto con la
Junta de Andalucía como de Urbanismo en el Ayuntamiento de Málaga para
modificar el plan espacial del centro, porque de lo contrario no se ajustaría
ni a la altura ni al volumen de su proyecto. Más sombras de traje a medida.
Todo
esa cúmulo de despropósitos han hecho se embarre el tema, dando lugar a
oportunistas, como el diario ABC, en su infumable información y editorial de
hoy, carga contra los ‘Ayuntamientos del cambio’ acusándoles de acabar con la
inversión privada. El diario conservador escribe a golpe de euro, sin analizar
los nuevos proyectos de ciudad -recomiendo la lectura de informes de ONU
Habitat– o la gentrificación que nos asola.
Puestos
a mirar el euro, ABC también podía haber echado la mirada atrás, cuando hace
unos cuatro años el socio de Antonio Banderas en esta aventura, el arquitectura
José Seguí, fue condenado a una año de prisión por fraude fiscal. Al parecer,
Seguí ganó 1,4 millones de euros vendiendo sus participaciones en la
‘Urbanización Valle del Rosario SL’. Unas participaciones que nueve años antes
había comprado por unos 62.000 euros (a éste no aplicará la nueva sentencia
sobre plusvalías). Hace dos años, también sería condenada su pareja por los
mismos hechos, dado que también obtuvo ganancias de alrededor de un millón de
euros y no lo declararon a Hacienda.
Los
Seguí (José y su hermano Vicente) son pesos pesados en el urbanismo andaluz. Al
ahora socio de Banderas siempre se le ha vinculado con el PSOE, habiendo
realizado los PGOU (Planes Generales de Ordenación Urbanística) en diversos
municipios gobernados por los socialistas, como es el caso de Antequera, Ronda,
Córdoba y Jaén. No sólo eso, también es obra suya el el POT (Plan de Ordenación
Territorial Costa del Sol) de la Costa del Sol Occidental. Su hermano, Vicente,
fue delegado en Málaga de la Consejería de Obras Públicas de la Junta de
Andalucía entre entre 1990 y 1994, ha pasado por la Gerencia de Urbanismo y
llegó a participar en la elaboración del PGOU de Málaga a finales de los
setenta.
Pero,
de todo esto, ¿para qué se va hablar? Quedémosnos con que se está crucificando
gratuitamente a Antonio Banderas, que da más titulares y se despotrica más en
redes sociales. Así nos va, aborregados perdidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario