lunes, 20 de marzo de 2017

“NO LO SOÑÉ”



“NO LO SOÑÉ”
POR EDUARDO SANGUINETTI,
 FILÓSOFO
La sucesión de pasajes operada por el “Indio” Solari, en la presentación de sus recitales, llegan a un punto extremo de paroxismo en Olavarría (Pcia. de Buenos Aires), escenario del espectáculo que ha reunido a más de 300.000 espectadores… seres que acudieron desde los más diversos puntos de Argentina y Uruguay… donde el “Locus Solus” del estadio operó de aglutinante por la invitación del Indio, un Bosco del Tercer Milenio, a su cortejo titubeante, en el que la sombra de la ‘parca’ merodeó desde el inicio de esta performance.

Los comentarios y artículos que he leído estos días acerca de lo acontecido, escritos con las peores intenciones y desconocimiento total y absoluto de la significancia y significado que se asimilan a la figura del “Indio” Solari y su pasado, unido sin dudas a la banda “Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota”, que ha sido líder indiscutida, luego de la muerte de mi amigo Luca Prodan, punta de lanza del denominado espacio alternativo, que ha nacido en el denominado “Underground”, que en Argentina, tuvo sitial de honor en los 80 y al que en mi calidad de performer, fui uno de sus mentores, entre el exilio y el nomadismo.

Nadie en Argentina, mal que le pese a los dinosaurios en puestos de poder, que en aquellos años de dictadura y democracia adquirida en beneficio de unos pocos, amantes de la música ligera y publicitada hasta el hartazgo, que hoy se regodean insultando degradando al Indio Solari, quien, ha quedado un tanto fuera de foco, de lo que pudo ser en otras décadas… devenido en un personaje congelado en el tiempo y en la portada de la revista Rolling Stones del diario La Nación, un punto de inflexión, de quien se pensaba podía llevar a cabo la creación de un nuevo paradigma del rock and roll de denuncia, desde la cultura popular, original y sin red… me quedo con la actitud de mi estimado “Skay” Beilinson músico de fuste de la banda y de “La Negra Poly” Carmen Castro, manager de los “…Redondos…”. Recuerdo las palabras de “Skay” cuando la banda se separa: “Todo se terminó cuando nos dimos cuenta de que uno de nosotros se quería apropiar de ese proyecto tan hermoso que fue Patricio Rey, que había nacido como la comunión y el aporte de muchos artistas y no los deseos de uno solo”.

En el Estadio Chateau Carreras, de Córdoba, tuvo lugar el último concierto de la banda, por varias cuestiones: la muerte de un fanático en el show cordobés fue el detonante de las desigualdades entre el “Indio” y “Skay”.

Al show le siguieron varios meses de silencio, hasta que finalmente, “Skay” y la “Negra Poly” anunciaron que “al menos por un tiempo”, Patricio Rey permanecería en silencio.

Y remontándome a inicios de los 80 del siglo XX, frente a las representaciones de identidad nacional movilizados por la dictadura, para promocionar valores de patriotismo, la alternativa de la cultura rockera, se apropia de los valores de patria y se comienza a construir la “identidad nacional alternativa”, asimilada a los principios de derechos humanos, democracia y cultura popular.

Los recitales masivos se convierten en espacios de denuncias y críticas al establishment… tal instancia deviene en los espacios del “Underground”, donde se movilizan los nuevos valores, puestos en juego, ante una cultura congelada en términos neoconservadores excluyentes, por definición.

El movimiento “Underground” comienza a gestarse en Buenos Aires a mediados de los 80, definido en nueva identidad distante del rock “New Romantic” y del “Rock de los 70”.

El “Under” tuvo sus espacios de reunión, en el mítico “Cemento” dirigido por Omar Chabán y el “Parakultural” con Omar Viola al frente de dicho sitio, de tendencia más teatral y vodevilesca, donde la diversidad tuvo un punto de inicio muy concreto… miles de jóvenes acudían a estos centros, donde sus sentimientos de creciente escepticismo, que agrietaba las alianzas entre las esferas civiles y políticas… recordemos que la democracia había retornado hacía un año y tanto, luego de siete años de dictadura cívico-militar.

El ‘no future’ semi-anárquico del Punk, el escepticismo del ‘Dark’ se resignifican en un contexto donde la Ley de Obediencia Debida y El Punto Final, redefinen las relaciones entre el poder político y la sociedad civil… inicio de la descomposición de identidad entre juventud y democracia, conformándose una cultura de alternativa, enfrentada a la oficial, y un frente político difuso, pero preciso en sus fines, ir tras el horizonte de la “Patria Posible”, sin homologarse al posmodernismo neoliberal, que venía arrasando desde el ‘afuera’, intentando conformar con la espontaneidad de cierta candidez original un frente de resistencia a lo impuesto por los poderes hegemónicos de la moda y el consumo extremo.

Lo ‘alternativo’ derriba los límites de clase, para convertirse en un consumo cultural hegemónico: la transgresión de los límites, el rechazo desilusionado a los valores vigentes ultraliberales y conservadores, cuando se pensaba que no había nada que conservar… se define de ese modo la inmersión institucional del “Underground” como espacio alternativo de cultura y del arte, en relación con el Estado omnipresente, mal que le pese a los rentados informantes mercenarios de corporaciones mediáticas, que manipulan y desdibujan lo que ha sido y lo que es el acontecimiento histórico, en este caso del Indio Solari, y su circunstancia, hoy desdibujada por “recién llegados publicistas del PRO de Macri y su Time Warp”… El Indio Solari, quien no pudo visualizar el enorme caudal de poder que poseía, frente a la tentación de convertirse en una “celebrity” más, de la fauna de Don Nadies, que configuran el espectro de la banalidad y vacuidad, que conforman la denominada cultura del tercer milenio… los millones que concurrían a sus recitales, con ánimos participativos, están siendo difamados e injuriados por los medios oficialistas del gobierno espantoso que dicta y rige en Argentina.

El universo inventado por los Redonditos de Ricota era tan único, tan propio, tan intransferible, que no se podía imponer por radio, no se podía contagiar a través de operativos promocionales, ni menos podía triunfar en países y en audiencias ni siquiera familiarizadas con su mística… los argentinos y uruguayos supieron adherir y asimilarse a esta mística, que quien pretenda interpretarla es reduccionista, pragmático y bastante estúpido… no se puede domesticar con el lenguaje una expresión que emerge de las entrañas, del sentir de millones de personas, no fanatizadas, simplemente aunadas en una ceremonia “secreta”, vaya a saber por qué… quienes intentan convertir una expresión cultural en un “artículo de uso”, con modos y maneras donde el intelecto pretende penetrar en los cuerpos de los fieles que se asimilan a esta mística, diluyen su historiola, antes de comenzar a intentar describir lo indescriptible: la imagen de la unidad y la hermandad, de estos cientos de miles convocados por una voz interior que los llamaba, que los llama.

No compro, no vendo al Indio, solo me remito a llevar a cabo, cual práctica teórica-crítica, un intento de romper jerarquías y tratar a los más dispares depredadores y fans de Solari, en este caso, con la misma radical importancia y erudición… y la consecuente capacidad de pasar de lo estrictamente académico a aquello que nunca quiso serlo. Pero, especialmente, mi relación siempre comprometida con la coyuntura social y política: del Estadio Centenario a Olavarría… del balbuceo normativo del ridículo Macri a la adhesión entusiasta de Calamaro… en fin, todas las voces… todas.

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