PUTAS Y ALCOHOL
DAVID TORRES
El
presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ha concedido una entrevista a un
periódico alemán en la que nos acusa a los países del sur (España, Italia,
Portugal y Grecia), de gastarnos el dinero del rescate en alcohol y putas. No
lo ha dicho exactamente así, para ser exactos sus palabras fueron: “Uno no
puede gastarse todo el dinero en copas y mujeres, y luego pedir que se le
ayude”. Sin embargo, sospecho que al juntar los términos en ese contexto
-“dinero”, “copas” “mujeres”, “gastar”- Dijsselbloem se estaba refiriendo a la
prostitución, casi seguro. No sé, a lo mejor se refería a otra cosa con eso de
gastar dinero en mujeres”; probablemente los neoliberales denominen el viejo
negocio de alquiler de carne humana con uno de esos vistosos neologismos a los
que son tan aficionados.
De
hecho, Dijsselbloem también ha explicado la crisis del euro con un estilo
neoliberal muy novedoso: “En la crisis del euro, los países del norte se han
mostrado solidarios con los países afectados por la crisis”. En efecto, no hay
más que ver de qué modo tan solidario ayudaron los banqueros alemanes a los
griegos antes de que el BCE interviniera para maquillar la deuda griega. Esta
maniobra anteriormente era familiarmente conocida como “dar por culo”, luego
pasó a llamarse “un griego”, pero ahora, según Dijsselbloem, se llama
“solidaridad”. Probablemente a Dijsselbloem le traicione su subconsciente
holandés, obnubilado por los farolillos del Barrio Rojo de Amsterdam, donde las
mujeres ofrecen su cuerpo según las leyes del libre mercado. No ha andado muy
fino Dijsselbloem en su caracterización de los latinos como puteros
descontrolados cuando la gran contribución de Holanda a la cultura es la
liberalización del puterío y de los fumaderos de opio.
Agrupar
a los países del sur de Europa según el máximo común divisor de juerguistas y
borrachos se ha convertido en todo un clásico neoliberal. Lo de las mujeres de
pago es una propina de Dijsselbloem, quien, como buena parte del Eurogrupo,
sigue anclado en prejucios cinematográficos que reducen Grecia a Zorba, España
a Alfredo Landa e Italia a Totó. Menos mal que el accidente de aviación más
grave de los últimos años en el continente fue por culpa de una aerolínea
alemana -Germanwings, filial de la Lufthansa- porque llega a ocurrir lo mismo
en unos vuelos de saldo españoles, italianos o griegos que mantuvieran a un
empleado perfectamente incapaz para abaratar costes y todavía estaríamos
aguantando el chorreo.
Hablando
de aerolíneas de bajo coste, este fin de semana estuve en Londres y la noche
del viernes me tocó soportar un viaje en el tren de Gatwick con doce noruegos
borrachos que no pararon de vocear, de emborracharse y de ofrecer licor a todo
el vagón. Fue una experiencia sumamente ilustrativa aunque yo me cuidaría mucho
de sugerir que todos los escandinavos comparten las mismas aficiones, ya que el
sábado vi también hordas de ingleses borrachos, de rusos borrachos y de
alemanes borrachos. Entre Schäuble, De Guindos, Sapin y Dijsselbloem, el
Eurogrupo por sí solo está produciendo otra película de humor: La cena de los
idiotas.
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