POR EDUARDO SANGUINETTI,
FILÓSOFO
La
sucesión de pasajes operada por el “Indio” Solari, en la presentación de sus
recitales, llegan a un punto extremo de paroxismo en Olavarría (Pcia. de Buenos
Aires), escenario del espectáculo que ha reunido a más de 300.000 espectadores…
seres que acudieron desde los más diversos puntos de Argentina y Uruguay… donde
el “Locus Solus” del estadio operó de aglutinante por la invitación del Indio,
un Bosco del Tercer Milenio, a su cortejo titubeante, en el que la sombra de la
‘parca’ merodeó desde el inicio de esta performance.
Los
comentarios y artículos que he leído estos días acerca de lo acontecido,
escritos con las peores intenciones y desconocimiento total y absoluto de la
significancia y significado que se asimilan a la figura del “Indio” Solari y su
pasado, unido sin dudas a la banda “Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota”,
que ha sido líder indiscutida, luego de la muerte de mi amigo Luca Prodan,
punta de lanza del denominado espacio alternativo, que ha nacido en el
denominado “Underground”, que en Argentina, tuvo sitial de honor en los 80 y al
que en mi calidad de performer, fui uno de sus mentores, entre el exilio y el
nomadismo.
Nadie
en Argentina, mal que le pese a los dinosaurios en puestos de poder, que en
aquellos años de dictadura y democracia adquirida en beneficio de unos pocos,
amantes de la música ligera y publicitada hasta el hartazgo, que hoy se
regodean insultando degradando al Indio Solari, quien, ha quedado un tanto
fuera de foco, de lo que pudo ser en otras décadas… devenido en un personaje
congelado en el tiempo y en la portada de la revista Rolling Stones del diario
La Nación, un punto de inflexión, de quien se pensaba podía llevar a cabo la
creación de un nuevo paradigma del rock and roll de denuncia, desde la cultura
popular, original y sin red… me quedo con la actitud de mi estimado “Skay”
Beilinson músico de fuste de la banda y de “La Negra Poly” Carmen Castro,
manager de los “…Redondos…”. Recuerdo las palabras de “Skay” cuando la banda se
separa: “Todo se terminó cuando nos dimos cuenta de que uno de nosotros se
quería apropiar de ese proyecto tan hermoso que fue Patricio Rey, que había
nacido como la comunión y el aporte de muchos artistas y no los deseos de uno
solo”.
En
el Estadio Chateau Carreras, de Córdoba, tuvo lugar el último concierto de la
banda, por varias cuestiones: la muerte de un fanático en el show cordobés fue
el detonante de las desigualdades entre el “Indio” y “Skay”.
Al
show le siguieron varios meses de silencio, hasta que finalmente, “Skay” y la
“Negra Poly” anunciaron que “al menos por un tiempo”, Patricio Rey permanecería
en silencio.
Y
remontándome a inicios de los 80 del siglo XX, frente a las representaciones de
identidad nacional movilizados por la dictadura, para promocionar valores de
patriotismo, la alternativa de la cultura rockera, se apropia de los valores de
patria y se comienza a construir la “identidad nacional alternativa”, asimilada
a los principios de derechos humanos, democracia y cultura popular.
Los
recitales masivos se convierten en espacios de denuncias y críticas al
establishment… tal instancia deviene en los espacios del “Underground”, donde
se movilizan los nuevos valores, puestos en juego, ante una cultura congelada
en términos neoconservadores excluyentes, por definición.
El
movimiento “Underground” comienza a gestarse en Buenos Aires a mediados de los
80, definido en nueva identidad distante del rock “New Romantic” y del “Rock de
los 70”.
El
“Under” tuvo sus espacios de reunión, en el mítico “Cemento” dirigido por Omar
Chabán y el “Parakultural” con Omar Viola al frente de dicho sitio, de
tendencia más teatral y vodevilesca, donde la diversidad tuvo un punto de
inicio muy concreto… miles de jóvenes acudían a estos centros, donde sus
sentimientos de creciente escepticismo, que agrietaba las alianzas entre las
esferas civiles y políticas… recordemos que la democracia había retornado hacía
un año y tanto, luego de siete años de dictadura cívico-militar.
El
‘no future’ semi-anárquico del Punk, el escepticismo del ‘Dark’ se resignifican
en un contexto donde la Ley de Obediencia Debida y El Punto Final, redefinen
las relaciones entre el poder político y la sociedad civil… inicio de la
descomposición de identidad entre juventud y democracia, conformándose una
cultura de alternativa, enfrentada a la oficial, y un frente político difuso,
pero preciso en sus fines, ir tras el horizonte de la “Patria Posible”, sin
homologarse al posmodernismo neoliberal, que venía arrasando desde el ‘afuera’,
intentando conformar con la espontaneidad de cierta candidez original un frente
de resistencia a lo impuesto por los poderes hegemónicos de la moda y el
consumo extremo.
Lo
‘alternativo’ derriba los límites de clase, para convertirse en un consumo cultural
hegemónico: la transgresión de los límites, el rechazo desilusionado a los
valores vigentes ultraliberales y conservadores, cuando se pensaba que no había
nada que conservar… se define de ese modo la inmersión institucional del
“Underground” como espacio alternativo de cultura y del arte, en relación con
el Estado omnipresente, mal que le pese a los rentados informantes mercenarios
de corporaciones mediáticas, que manipulan y desdibujan lo que ha sido y lo que
es el acontecimiento histórico, en este caso del Indio Solari, y su
circunstancia, hoy desdibujada por “recién llegados publicistas del PRO de
Macri y su Time Warp”… El Indio Solari, quien no pudo visualizar el enorme
caudal de poder que poseía, frente a la tentación de convertirse en una “celebrity”
más, de la fauna de Don Nadies, que configuran el espectro de la banalidad y
vacuidad, que conforman la denominada cultura del tercer milenio… los millones
que concurrían a sus recitales, con ánimos participativos, están siendo
difamados e injuriados por los medios oficialistas del gobierno espantoso que
dicta y rige en Argentina.
El
universo inventado por los Redonditos de Ricota era tan único, tan propio, tan
intransferible, que no se podía imponer por radio, no se podía contagiar a
través de operativos promocionales, ni menos podía triunfar en países y en
audiencias ni siquiera familiarizadas con su mística… los argentinos y
uruguayos supieron adherir y asimilarse a esta mística, que quien pretenda
interpretarla es reduccionista, pragmático y bastante estúpido… no se puede
domesticar con el lenguaje una expresión que emerge de las entrañas, del sentir
de millones de personas, no fanatizadas, simplemente aunadas en una ceremonia
“secreta”, vaya a saber por qué… quienes intentan convertir una expresión
cultural en un “artículo de uso”, con modos y maneras donde el intelecto
pretende penetrar en los cuerpos de los fieles que se asimilan a esta mística,
diluyen su historiola, antes de comenzar a intentar describir lo
indescriptible: la imagen de la unidad y la hermandad, de estos cientos de
miles convocados por una voz interior que los llamaba, que los llama.
No
compro, no vendo al Indio, solo me remito a llevar a cabo, cual práctica
teórica-crítica, un intento de romper jerarquías y tratar a los más dispares
depredadores y fans de Solari, en este caso, con la misma radical importancia y
erudición… y la consecuente capacidad de pasar de lo estrictamente académico a
aquello que nunca quiso serlo. Pero, especialmente, mi relación siempre
comprometida con la coyuntura social y política: del Estadio Centenario a
Olavarría… del balbuceo normativo del ridículo Macri a la adhesión entusiasta
de Calamaro… en fin, todas las voces… todas.
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