miércoles, 24 de junio de 2015

ESPAÑA HA MUERTO. UNA BANDERA GIGANTE CUBRE SU FÉRETRO

ESPAÑA HA MUERTO. UNA BANDERA GIGANTE CUBRE SU FÉRETRO

POR PEDRO ANTONIO HONRUBIA HURTADO
Pedro Sánchez y una bandera de España tamaño XXL, de las que tanto gusta poner al PP en todos los pueblos y ciudades donde gobierna, como recordando, unos y otros, en un caso y el otro, aquello de que esa bandera es suya, y lo será siempre, con todo lo que representa. Como excusa no pedida, en fin, de una acusación manifiesta: la de una España que se muere y a la que PSOE y PP, ahora de la mano de su muleta Ciudadanos, hacen esmeradamente de sepultureros. España se muere… no, no, es falso… pero toma bandera. Para que veas lo viva que está y lo mucho que se mueve bajo tus pies, aunque tú allí, quieto, con tus cosas, tus problemas, tus dolores, tu vida empobrecida y arrebatada, sacrificada en nombre de esa España que muere, no sientas el movimiento.

Pero España se muere, sí. Y se muere sin remedio. La España del régimen del 78 que a su vez es heredera de la España de Franco, la misma España de siempre. La de los Reyes Católicos y su cruz, espada y sangre. La de la expulsión de los judíos y los andalusís. La de la quema de libros en la plaza de Bib-Rambla de Granada. La del Santiago matamoros luego reconvertido en Santiago mataindios. La del imperio en el que nunca se ponía el sol que fue perdiendo una a una casi todas sus principales colonias. La de la Italia meridional en cuya relaciones de servidumbre impuestas al pueblo como modo de relacionarse con la corona española se hizo posible el nacimiento de la mafia. La de restauración, la eterna restauración que siempre lleva al mismo y apestoso sitio. La España de Cánovas y Sagasta, la del pucherazo, el pelotazo, el robo de tierras al pueblo trabajador, la de la Iglesia caduca y carcomida como referente moral de lo “civilizado”, la de la Guardia Civil, los grises y la UIP. La de la persecución al pueblo gitano y el genocidio nacional-católico. La de la armada invencible caída en desgracia, los hidalgos empobrecidos y la picaresca. La del relato sin fisuras contado por la derecha desde Don Pelayo hasta Don Mariano, pasando por los diversos reyes, godos y no godos, Borbones y Austrias, todos envueltos en la misma bandera que ahora es la viva imagen de su entierro en el basurero de la historia. La que cubrirá su féretro.

La bandera con la que Pedro Sánchez quiere anunciar el inicio de su reinado, pero con la que ha anunciado, sabiéndolo o no, la defunción de su partido, dicen que en algún tiempo republicano. Recuerdo que cuando salió elegido Pedro Sánchez un amigo y yo coincidimos en que era el mejor de los tres candidatos posibles, no para los intereses del PSOE, sino para liquidar al PSOE. Lo veo ahora delante de esa inmensa bandera española y pienso: ya no hay vuelta atrás. El PSOE ha muerto. Morirá sepultado en votos de PODEMOS-Unidad Popular o lo hará, con éxito electoral, arrastrado a un espacio ideológico, unas formas y un proyecto, que nada tiene que ver con el PSOE tradicional, siquiera con el de estos últimos 40 años. Podrá ganar unas elecciones, pero han enterrado un partido que incluso ganando quedará en la cuerda floja a la espera del último y definitivo golpe. Los honestos militantes de izquierdas que todavía perduran por ese partido, que los hay, están a tiempo de migrar hacia espacios donde se puedan sentir más identificados. Ese ya no es su partido. Y no es algo de lo que extrañarse, no. El PSOE es el partido por excelencia del régimen del 78, su viva imagen, su fiel reflejo, su centro político. Si el régimen se va hundiendo sin remedio, el PSOE debía ser, por pura coherencia histórica, el primero en ponerse a la cabeza del suicidio colectivo. Ya lo ha hecho. Votaron en primarias a su sepulturero y ahora están cavando el hoyo de su entierro. La duda ahora es saber si el entierro será digno o aguantarán, penando, durante muchos años más como muertos vivientes.

Como decía aquel anuncio del canal plus… Morón y Rota para los americanos, la soberanía económica para los mercados y la Merkel, y el “plus pa el salón”. Llenan de banderas de España gigantes las calles de las ciudades y los pantallones de sus actos, pero se olvidan de todo lo demás, de lo importante, de lo único importante. Que no todos los años España gana un mundial. Para ellos España es eso, una bandera, una pulsera, una pantalla gigante, una marca, un instrumento de marketing, siendo generosos, y un instrumento de opresión, de imposición, de negación de todo lo que no se identifique con lo anterior, de personas y pueblos, cuando no lo son tanto -que es lo cotidiano-. España ya no es para ellos su gente, su pueblo, la vida de sus “españoles”. Y luego se extrañan de que seamos millones los que no nos reconocemos ni nos podremos reconocer jamás en esa España, de que piten al himno por decenas de miles, de que reneguemos de ella de un lado a otro del estado. Antes eramos solo los rojos separatistas, pero es que cada vez son más los que, incluso sintiéndose españoles, no se pueden reconocer en eso que los excluye, los maltrata y los deja fuera. Son españoles pero no masoquistas, tampoco tontos.

Todavía, eso sí, azuzarán todo lo que puedan los sentimientos irracionales de la gente para echarlos contra el libre derecho a decidir de los pueblos, intentando enfrentar a unos pueblos con otros, y junto a las banderas gigantes que nos invaden por doquier creerán que están cerrando el círculo victorioso del “patriotismo”. Qué ineptos, qué necios. Su España está muerta. Muerta, muerta. Muerta y camino del entierro. Con la bandera solo podrán cubrir el féretro, con los odios irracionales sembrar el miedo. Pero el miedo no resucita a los muertos. Sobre todo cuando ya son millones quienes lo han perdido: ya lo han echado en el ataúd donde se echará pronto también el cuerpo del régimen del 78.

Sin miedo, los pueblos y las personas se levantan contra el odio porque ya no aguantan más esa España, unos en lucha por su soberanía nacional, otros en lucha por su bienestar existencial, por su existencia del día a día, por su pan, su techo, su trabajo, su dignidad, y ninguno de esos, ni pueblos ni personas, cabe en esta España moribunda que el PP-PSOE-Ciudadanos se empeñan en enterrar. Ni los “separatistas” ni los españoles que luchan por una vida digna, cabemos en esa España de bandera XXL. España ya solo son ellos. Ya no hay dos Españas. Hay una España, la de ellos, y un montón de millones de personas a los que en nombre de esa España y sus símbolos se los deja fuera de toda posibilidad de sentirse parte de ella.

España es un cadáver andante como lo son PP y PSOE. Ellos la van a enterrar, y a no mucho tardar lo veremos. Solo espero que los andaluces y andaluzas sepamos estar a la altura del momento, porque de lo contrario nos arrastrán con ellos. Y eso para Andalucía, que ya está en el pozo, sería el caos absoluto.

Nunca antes en la historia aquello del ¡Viva España! tuvo menos sentido. De viva nada. Nada de nada…

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