martes, 31 de julio de 2012

"EVITA: UNA PASIÓN ARGENTINA"


"EVITA: UNA PASIÓN ARGENTINA"



Eduardo Sanguinetti, filósofo y poeta rioplatense




Eva Perón, lider espiritual de la Nación Argentina, ´ingresa en la
eternidad´ el 26 de julio de 1952 a las 20.25: "el tiempo se detuvo."

La eternidad clausura el tiempo de la acción y la heroína habita un
universo santificado, aquel de un movimiento originario que la
arrastra hasta solidificarla en el cenit.


Un tiempo espiritual y monacal se abrió sobre los argentinos,
impregnando una zona intocable, palpitante de resentimientos, rodeada
de sacerdotes atroces, que aplican la dictadura a sus prácticas de
salvación, con adoradores del inmaculado poder, que activa el afecto
en las fuerzas populares.

El cuerpo y el nombre de Eva santificada por el Estado y glorificada
por sus fieles, porta sobre sí todo el peso de la farisea moral
cristiana, siempre en la incesante búsqueda del alma colectiva. El
mito es la forma política con la que se representa la eternidad: ese
tiempo curvado y cardinal que religa rebaños y los pacifica frente a
la promesa del símbolo que retorna acrecentando su fuerza en el
ritual.

Más allá de ser un personaje, Eva Perón representa, en la llama viva
de su propia de su propia pasión política, que siempre que se la
convoca o alude, es proyectada hacia un devenir, que es el registro
cabal del pueblo peronista.

Evita, como es nombrada y recordada mundialmente, funciona como
superficie de resonancia de la pregunta: ¿cuántas versiones hay de la
historia y cuántos relatos? Múltiples, la historia argentina prolifera
en historietas inacabadas, esperando interpretaciones que la
constituyan en monumento y se proyecten hacia el futuro. Evita es ese
cuerpo al que se le pide un único registro, se lo sanea de sus
dobleces y contradicciones hasta alcanzar esa fuerza homogénea de los
grandes relatos.

Los peronistas la convocan y recuerdan, en escrituras rituales
dibujadas en las paredes de Buenos Aires, en carteles que portan en
cuanto acto multitudinario se presenta en la paradigmática Plaza de
Mayo, con frases que se replican según pasan los años: "Evita vive",
"Evita montonera", "Evita es pueblo", "Santa Evita"...Eva Perón,
conocida popularmente como Evita, fue la poderosa mujer del General
Perón, murió de cáncer en 1952, en el apogeo de su poder y
popularidad, elevada a símbolo de una nación fragmentada. Sus
multitudinarias exequias se prolongaron en una profusa idolatría, que
se prolongan hasta este incierto presente, pleno de supercherías en
una democracia subdesarrollada.





4 comentarios:

  1. FANTÁSTICA ESTAMPA DE EVA PERÓN, EL PERONISMO Y LA POBRE ARGENTINA QUE NO DEJA DE LLORAR. SI VIVIERA, LO RECIBIRÍA CON UNA SONRISA.

    ResponderEliminar
  2. Van tras el humor...el relato y el relator comentando el relato...un acontecimiento de arte conceptual, cuasi metafísico.

    ResponderEliminar
  3. Excelente pintura de un tiempo pasado, donde existe todo un pueblo presente que no olvido.

    ResponderEliminar
  4. EVA TRASCIENDE FRONTERAS Y SE CONVIERTE EN EMBLEMA DE LA MUJER EN EL MUNDO.

    ResponderEliminar