El viejo viñedo aún respira aires de libertad.
Graciliana Montelongo Amador.
Comentó un hombre de pelo blanco y de
manos gastadas. Cuando estaba leyendo los titulares del periódico que tenía
entre las manos. Sentado en un banco y bajo la sombra de un árbol. Avisan de
nuevos recortes. En las páginas
interiores, advierten de que los más perjudicados serán los ancianos. Pero
también, en otra sección habla del aquí
y el ahora, que es tan incierto, como el mañana. No sabemos qué va a pasar. Los
estudiantes no saben si podrán continuar. Los maestros, desconcertados, no
saben si seguirán en sus puestos de trabajo. Los médicos se ven desbordados.
Los agricultores sufren la peor de las plagas (no sólo, la de la papa) el desinterés
total, por parte de algunos gobernantes.
Está claro, que la mirada de ellos, no
es la misma mirada que la nuestra.
Mientras, nos hablan de alternativas
razonables… Pero ¿a qué se refieren con estas alternativas? Será que van a
tomar la alternativa razonable, de recortar en sus propios sueldos. De
desprenderse de los gastos superfluos, que se producen en sus viajes,
recepciones, indumentaria y más cosas…
Hace unos días, un hombre tenía cita en el hospital para hacerle
un electrocardiograma. Todo era normal, hasta que la enfermera le comunica al
paciente, que no le puede hacer el electro. Porque no dispone de una maquinilla
para rasurarle el pelo del pecho, y así, poder fijar las ventosas sobre la piel. Que ella lo siente, y
que vuelva otro día.
El paciente expresó:
-
No puedo volver otro
día. ¿Cómo es que no tienen aquí, una simple maquinilla desechable?
La enfermera le contestó:
-Es que las compañeras y yo, a veces las
compramos, pero no siempre podemos…
El hombre tomó una decisión. Salió del hospital. Compró un paquete de maquinillas y regresó al centro. La enfermera utilizó una, y le devolvió al
paciente el resto. Pero el hombre le
dijo:
-
Déjelas aquí, para otra persona, que igual que a mí, le
pueden hacer falta.
¿Serán, de estas alternativas, de las que hablan los políticos?
El hombre viejo, cerró el
periódico. Se incorporó de nuevo y
comentó a los compañeros que comparten la misma sombra:
-
Del viejo viñedo,
se saca la mejor cepa. Para producir el nuevo fruto. Más fuerte.
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