miércoles, 18 de agosto de 2010

ANTONIO GARCIA GARCÍA, EL HOMBRE QUE VENCIO AL ODIO Y AL RENCOR.-

No se como conocí a Don Antonio García, ni tampoco creo que eso tenga ninguna importancia en estos momentos, pero siempre tuve la sensación de que lo conocía de toda la vida, que era un ser familiar, alguien cercano con el que se podía hablar de cualquier tema, que siempre estaba dispuesto para escucharte para darte algún consejo con su enorme sabiduría. Don Antonio García era único, albergaba dentro de si una profunda humanidad, una paz interior donde no había hueco para el odio y el rencor.

Estos días se nos fue, tuvo que partir hacia el mundo del recuerdo, dejándonos un profundo vacío a todos lo que lo queríamos y apreciábamos. Es la ley de la naturaleza, tenía 91 años y la perdida reciente de su esposa a la que siempre estuvo muy unido, creo que aceleraron su partida. Se fue acompañado de otro gran hombre, como fue Don Juan Marichal, pero como yo se que Don Juan hablará mucha gente, yo prefiero hablar de Don Antonio, porque entre otras cosas siempre lo tuve cerca y pude compartir con el gratos momentos, en los que aprendí muchísimas cosas y donde nunca le agradecí lo suficiente el tiempo que me dedicaba.

En aquellas reuniones clandestinas que se celebraban en la finca que se ubicaba donde hoy está la estación de guaguas de San Benito y miserablemente expropiada para tener que abandonarla años después o en un conocido molino de gofio donde también se celebraban estas reuniones pude escuchar por primera vez las palabras sabias de Don Antonio, pero aquello estaba lleno de izquierdosos donde se pensaba que el que mas gritaba tenía la razón y Don Antonio siempre hablaba bajo. Aquello pasó, murió Franco y los franquistas se hicieron demócratas de toda la vida y los demócratas de verdad como Don Antonio siguieron haciendo su vida, bien estudiando en la Universidad o bien asistiendo a clases de esperanto, pero sobre todo dedicando mucho tiempo a la familia y a los amigos. Creo que La Laguna en particular y Canarias en general tienen una deuda muy grande con Don Antonio García por todo lo que aporto a que la gente enterrara el odio y el rencor, conviviendo pacíficamente, pese a que había sufrido en sus carnes una cantidad enormes de injusticias, con encarcelamientos tortuosos, con días dolorosos en campos de trabajo y todo por nada, simplemente por ser un hombre bueno.

Durante años me lo encontraba por La Laguna y aprovechábamos múltiples ocasiones para hablar y con el aprendí lo que tuvieron que sufrir miles de seres humanos, por culpa del odio y la venganza de quienes injustamente hacían daño. Solamente tenía 17 años cuando fue detenido la primera vez, todo el mundo ignora los motivos, yo creo que hasta los inhumanos que lo llevaron a prisión, probablemente por que le gustaba leer, amaba los libros y creía desde muy temprana edad, que las palabras estaban echas para el entendimiento de los seres humanos. La burocracia franquista no se percató de que estaba en la cárcel y lo declaró prófugo, por lo que al ser puesto en libertad, de nuevo lo detienen por este motivo y lo mandan a campos de trabajo, en Marruecos o en la península, pero de estas cosas ya se ocuparon grandes historiadores como Ricardo García Luis o Ricardo Guerra, por citar solamente algunos de los historiadores canarios que recurrieron a el para hablar de la Guerra Civil Española. Más humana y más personal fue la biografía escrita por Cirilo Leal, que fue capaz de ablandar los corazones más duros. En más de una ocasión me planteé escribir acerca de la vida de Antonio García, pero cada vez que intentaba entrar en materia sentía verdadero pánico literario y mi pluma se empequeñecía ante la grandeza de su vida. Hoy me arrepiento de no haberlo hecho, quizá hubiera sido la mejor forma de homenajearlo, hay veces en la vida que uno se equivoca y está fue una de ellas.

Durante una década, mientras mantuve abierta en La Laguna la Librería Armiche, Don Antonio venía todos los días en la mañana y mantenía largas tertulias con todos los visitantes ilustres que me honraban con su visita, citarlos a todos sería casi imposible por lo que desisto del intento. Sentía verdadero cariño por María Teresa, la primera empleada que pude contratar y que duro unos cinco años y que seguro que desde Canada donde reside le habrá dolido este momento lutuoso. Igual podemos decir de Mary o las otras chicas que trabajaron allí. Todas lo querían. Pero es que era imposible no querer a Don Antonio. Tomamos muchos cortados en el J 4, regentado por Don Francisco –también recientemente fallecido-, hablábamos de literatura, de política y de los cambios que había dado La Laguna, era un gran admirador de Nivaria Tejera y de su novela El Barranco, yo creo que a media Laguna le regaló tan magnifico libro.

Don Antonio García García era sobre todo un hombre bueno, nunca le oí hablar mal de nadie, ni tan siquiera de aquellos que le habían llevado injustamente a la cárcel, ante cualquier exaltación o salida de tono siempre tenía una palabra de reflexión, una llamada a la concordia. Si iba a declarar al Parlamento acerca de los hechos ocurridos en el franquismo era porque se hiciera justicia con los demás, jamás reclamó nada para sí mismo, aunque si había alguien que merecía ser compensado era él, porque mas que nadie sufrió en sus carnes las tremendas injusticias de la dictadura. El se sentía plenamente compensado pudiendo disfrutar de su esposa, de sus hijos y de sus nietos y de sus matinales paseos por La Laguna, donde siempre fue querido y respetado por todo el mundo.

Don Antonio García García simboliza el perdón, la concordia, la convivencia pacifica, el amor en el más universal de los sentidos, el poder andar siempre con la cabeza alta, porque jamás hizo daño a nadie y sin embargo se cebaron con él y le arruinaron su vida, pero el supo sobreponerse a las injusticias y salió adelante con una fortaleza inigualable. Esa fue su gran VICTORIA. ANTONIO GARCIA GARCÍA supo representar y seguirá representando eternamente mejor que nadie LA VICTORIA DE LOS VENCIDOS.

ANGHEL MORALES GA

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