martes, 27 de julio de 2010

PRESENTACION



Sexta edición de El Credo Guanche (1967-1977)

de Ánghel Morales García

El próximo miércoles, día 28 de julio, a las 18:00 h.

en la Casa Elder

Calle del Castillo, de Santa Cruz de Tenerife

Ediciones Idea y Ediciones Aguere lanzan la sexta edición deEl Credo Guanche (1967-1977), de Ánghel Morales García.

Más de 8.000 son los ejemplares vendidos de esta obra, desde que viera la luz por primera vez en 1978. Se trata de una poesía mitinera, que intenta plasmar el dolor de una colonia, en los últimos años de la dictadura en la metrópoli.

Ediciones Idea y Ediciones Aguerelanzan la sexta edición de El Credo Guanche (1967-1977), de Ánghel Morales García, una obra de la que se han vendido más de 8.000 ejemplares en Canarias, desde que viera la luz por primera vez en 1978. El poemario se presenta el próximo miércoles, 28 de julio, en el salón de actos de la Mutua de Accidentes de Canarias, ubicado en la antigua Casa Elder (calle Robayna, nº 2). El acto comenzará con un breve concierto a cargo del guitarrista Domingo Corujo, inventor de la guitarra de cola. A continuación, intervendrán los escritores José Rivero Vivas y Jesús R. Castellano, quien también ha prologado el volumen, y el autor. Seguidamente, se dará a conocer el ultimo número de la revista Lúnula, dirigida por Jesús R. Castellano, editada por el Ateneo Obrero de Gijón, y que incluye una autobiografía de Ánghel Morales García.

El Credo Guanche (1967-1977), de Ánghel Morales García es, sobre todo, una poesía mitinera, de choque, que intenta plasmar el sufrimiento y el dolor de una colonia, en los últimos años de la dictadura en la metrópoli. El autor muestra su desesperación al comprobar cómo solamente unos pocos alzaban su voz contra el dictador que moría tranquilamente en su cama sin que nadie le inquietara, y cómo los amantas de la dictadura se hacen demócratas y siguen gobernando. Por eso, al poeta no le queda otra alternativa que seguir depositando sus denuncias sobre el papel, y seguir lamentándose ante el universo de los atropellos isleños. Seis ediciones de El Credo Guanche justifican la vigencia de estos versos; el paso de los años solamente mantiene sobre estas islas y sus habitantes un río doloroso de injusticias, pero Ánghel Morales todavía sigue mirando al horizonte, donde cree ver la futura libertad de su Patria Guanche.

Según Jesús R. Castellano, en el prólogo de esta obra, la apuesta de Ánghel Morales ante la vida «no es la de una víctima, sino la de un hombre que pelea, la de un poeta que no se queja, sino que afronta librar la guerra, y gane o pierda, sigue haciendo manar su voz clara, pura y firme. Aunque no pueda evitar que, a veces, el cielo se cubra de negros nubarrones, el poeta sabe que el anhelo nos traerá algún día el viento fresco de la mañana».

Ánghel Morales se presenta siempre «con los anhelos de la gente de abajo, la que en muchas ocasiones no tiene más riqueza que la palabra. Su verso es sencillo y claro, a veces herido, a veces reivindicativo, a veces airado, y casi siempre muestra lo obvio, lo que tenemos delante o en torno de nosotros, no en pocas ocasiones lo que menos vemos», explica Jesús R. Castellano.

Trayectoria

Ánghel Morales García (El Hierro, 1952) realiza estudios de Artes Gráficas y Periodismo. Ha trabajado para diferentes medios informativos de prensa, radio y televisión. Ha sido director de las revistas Archipiélago Canario, La Voz del Valle y Guía Semanal de Tenerife, entre otras, y autor de varias obras de teatro como Proceso al imperialismo yContaminación. Tiene publicados más de veinte libros. Sus títulos más destacados son: Demasiadas religiones para un solo Dios,Dios contra las religiones, Canarias es lo primero, Identidad, Harimaguada,Biografía de Parry II, Contra todo poder, Divagaciones de un loco, Ser curandero es fácil, Proceso al colonialismo y La vivienda típica canaria, entre otros. EnEdiciones Idea ha publicado: Adivinanzas eróticas, Relatos para quemar el odio yFilosofía del disparate en la colección Cajón de Sastre; Nación Canaria. Antología poética [1971-2007] en la colección Vid (Versos Idea), El Credo Guanche (1967-1977) en una coedición de Ediciones Idea y Ediciones Aguere.

En la actualidad, trabaja en una selección de artículos periodísticos, que verá la luz en la colección La Quinta Columna de Ediciones Idea, bajo el título La voz del Ánghel.

Para más información: Teléfono del escritor y periodista Ánghel Morales García: 676863442

Teléfono de la responsable de prensa de Ediciones Idea, Elena Morales: 646818316

www.edicionesidea.com


lunes, 26 de julio de 2010

ANGHEL MORALES GARCIA EN LA CASA ELDER EL DIA 28 DE JULIO A LAS 6 DE LA TARDE

DESDE EL MERIDIANO CERO… HACIA EL PUTO MUNDO (V)

Ánghel Morales

Mis libros

Cuarenta años emborronando folios dan para mucho, pero al final te das cuenta que no has conseguido casi nada. Ni jugué en la Primera División Inglesa, ni viajé al espacio, ni he ganado nunca un puto premio literario, me salva el que tampoco me he presentado a ninguno. Bueno, miento. Una vez gané un premio de poesía, con un poemario dedicado a la que era mi pareja en aquel entonces. El amor hizo en mí maravillas, como cantan en las iglesias. Cobré el premio y todo. Pero por aquel entonces llegó la ruptura sentimental y mandé una certificada pidiendo que no se publicara. ¡Qué capullo! Al final me hicieron devolver el dinero del premio. Una de las tantas veces que hice el idiota en la vida. Hoy cobraría el premio y que le den por el culo al desamor.

He tenido mucha suerte con mis libros, demasiada suerte, diría yo. Tengo 28 libros publicados, y de algunos se han hecho hasta seis ediciones. Dicen que soy uno de los autores más leídos de las islas en las últimas décadas. Tres con las que saques y llevo blancas. Tremenda satisfacción la mía. Millones de orgasmos de placer literario. Hoy día solamente quedan mis cuatro últimos títulos en las librerías, con algunos editores cabrones que no quieren reeditar mis libros. Yo ya cumplí. Que se jodan haciéndose bocadillos con los libros que no venden… de otros, claro.

Once libros solamente de poesía, que ya hay que juntar versos uno tras otro. Pero sigo diciendo que mis mejores poemas están sin publicar, están en manos de las mujeres que amé, pero solo a ellas les pertenecen. Cumplido el objetivo y roto el encanto, que los tiren a la papelera. Aprovecho para decir, que las mujeres y el alcohol marcaron mi vida. Ambos me vencieron. Con ellas pasé e intento pasar los momentos más agradables de mi vida. Con el alcohol fue una mezcla de tristeza y alegría, pero al final me venció, tuve que tirar la toalla. Mi abuelo decía: “Da rabia beber vino sin alegría”. Tenía toda la razón del mundo. Cuando uno bebe porque esta triste o amargado, el vino se convierte en hiel.

Hablando de mis libros, tengo títulos que me alegran mucho y a veces cuando los leo parece que no los escribí yo, que una mente más lúcida que la mía hizo posible este encanto. Otros sin embargo me repelen y pienso cómo hubo editores tan torpes que editaron tremenda porquería, pero bueno, qué le vamos a hacer. Dios es Grande y Alá es Pequeño.

El Credo Guanche, Nación Canaria, Identidad, Soneteando, Harimaguada, Desde el Meridiano Cero, Canarias es lo Primero, Salvar Canarias, entre otros son mis poemarios mas conocidos.

Ser Curandero es Fácil, Adivinanzas Eróticas, Relatos Para Quemar el Odio. Filosofía del Disparate, Contra Todo Poder, Divagaciones de un Loco, Biografía de Parry II, La Vivienda Típica Canaria, Dios Contra las Religiones, Demasiadas Religiones Para un Solo Dios y Viaje al Planeta Ummo son algunos de mis títulos mas conocidos en prosa.

También tuve la desgracia de presidir a los Libreros de Tenerife y casi termino suicidándome, pero me ayudó a conocer los bajos fondos y la suciedad que hay en el mundo de la cultura canaria, con oscuros manejos para proteger a los mismos, con amiguismos, con enchufismos y con puñaladas traperas. Fuerte mierda todo, fuerte mierda.

Capítulos anteriores:

Desde el Meridiano Cero... Hacia el puto mundo (IV)

Desde el Meridiano Cero... Hacia el puto mundo (III)

Desde el Meridiano Cero... Hacia el puto mundo (II)

Desde el Meridiano Cero... Hacia el puto mundo (I)

domingo, 25 de julio de 2010

ANGHEL MORALES GARCIA EN LA CASA ELDER EL DIA 28 DE JULIO A LAS 6 DE LA TARDE

DESDE EL MERIDIANO CERO… HACIA EL PUTO MUNDO (IV)

Ánghel Morales García

EL PROYECTO YURENA

La Cooperativa de Artes Gráficas Yurena fue uno de los proyectos culturales mas importantes que se han dado en Canarias, por lo menos en las últimas décadas, dándole la posibilidad a decenas y decenas de autores de publicar sus libros con muchísimas facilidades para ello, y muchos de los que hoy lideran el mundo de las letras en las islas tuvieron en Yurena la posibilidad de editar su primer libro. También las editoriales tuvieron una válvula de escape para poder publicar, ya que todas ellas pululaban en la precariedad económica. Unas acababan de nacer, como eran la Editorial Benchomo, la Asociación Cultural de las Islas Canarias o el Centro de la Cultura Popular Canaria, y otras nacieron a la sombra de Yurena, como fueron la Editorial Globo o Ediciones Aguere, pero, en definitiva, fue el gran despegue de la edición en el Archipiélago. Tuve la posibilidad de ser el gerente de este proyecto, que además sirvió para que en más de una década se hicieran proyectos culturales, campañas electores e infinidad de trabajos creativos comerciales.

Pero si el mundo del libro tuvo un gran desahogo con este proyecto, no menos podemos decir del mundo periodístico, donde infinidad de revistas tuvieron vida en estos talleres y de una forma o de otra tienen un hueco en la historia del periodismo canario. Institutos, universidades, sindicatos y otros grupos sociales tuvieron la oportunidad de sacar sus revistas, para plasmar en ellas sus manifestaciones de todo tipo. El Instituto Astrofísico de Canarias nos encargó sus primeras publicaciones. La Sociedad Parasicológica de Canarias, que encabezaba el gran Francisco Padrón, publicó la revista Akenatom, la primera revista de Parasicología del Estado español. Cuatro números le fueron retenidos en las aduanas españolas, donde se le pidió hasta la nacionalidad de la tinta, y sirvió para acabar con la moral del bueno de Paco y finalizar con el proyecto. Nación Canaria, de la CCT, la mejor revista sindical en toda la historia del sindicalismo canario, le tocó los huevos bien tocados al poder colonial y varios abogados y sindicalistas fueron detenidos de este prestigioso sindicato, más de 20 días en huelga de hambre, libertad sin cargos y a pagar la factura del hospital.

En Yurena puse también mi granito de arena en el campo del periodismo, tuve la oportunidad de dirigir varias revistas, como Archipiélago Canario, la más prestigiosa revista de información general de cuantas se han hecho en las islas y la que más repercusión tuvo en el exterior, especialmente en países de Latinoamérica. La Voz del Valle, la revista más crítica y comprometida de la época, donde logramos cosas impensables para modestos periodistas -de provincia, como dirían en la Metrópoli-. La Guía Semanal de Tenerife, la primera revista gratuita de estas islas. El Rastro, el primer periódico de anuncios por palabras. X. Contactos, la primera revista de relaciones de Canarias. La Primera Revista de la Mujer. Choca tanto primero y primera, pero realmente fue así. Además, estoy seguro de que se me quedan muchas cosas en el tintero. Una chica de Granada hizo su tesis doctoral acerca del Proyecto Yurena. Todo ello se consiguió sin subvenciones y con el poder más en contra que a favor. Con registros, con presiones, con inspecciones y la madre que los parió. Decía Pi la Serra, y ahora lo digo yo, recordando aquellos tiempos: Si los hijos de puta volaran, nunca veríamos el sol.

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sábado, 24 de julio de 2010

ANGHEL MORALES GARCIA EN LA CASA ELDER EL DIA 28 DE JULIO A LAS 6 DE LA TARDE

DESDE EL MERIDIANO CERO… HACIA EL PUTO MUNDO (III)

Algunas pinceladas periodísticas

Ánghel Morales García

El periodismo fue mi gran pasión, aunque gané más dinero en las Artes Graficas. Reparar una Grafo Press o una Linotipia o componer una Base de Lámpara no traía ningún peligro, pero escribir ciertos artículos solía traerme serias consecuencias con los censores del régimen, que acababan siempre mal o con el despido o en los juzgados. Esa mierda de censores que no sabían leer. Eso me hizo muchas veces abandonar las islas y buscar fortuna en muchos lugares, pero siempre me empeñaba en estar Contra Todo Poder y tampoco en otros lugares entendían mis maravillosos textos. Malditos analfabetos de mierda. No sé ni en cuántos sitios estuve, ni a cuántas profesiones me dediqué: canté en los metros de media Europa, jugué al fútbol e incluso me apunté a revolucionario en algunos lugares como el Sahara. Mejor no hablar mucho por si acaso tenga alguna causa pendiente con esa cosa que llaman justicia.

Muerto el perro se acabo la rabia… y yo volví a casa, y me puse a escribir en Diario de Avisos, más bien cosas metafísicas para evitar problemas, pero un tal Palarea siempre me metía en problemas sindicales y al final echaron a muchos compañeros y yo terminé en La Tarde, sin lugar a dudas uno de los mejores periódicos de Canarias de todos los tiempos, gracias al apoyo de un gran periodista llamado Enrique García Ramos. Paralelamente llevaba la información político sindical en Radio Club Tenerife, bajo la dirección de Juan Rolo, a quien siempre estaré agradecido por confiar en mí en plena Transición. Aposté fuerte y durante mucho tiempo aguanté los envites y las presiones, pero denuncias de ciertas injusticias en la Casa de Cunas y en el Hogar del Pensionista de Ofra, fueron atenuantes más que suficientes para que me pusieran de patitas en la calle. En La Tarde duré algo más, con páginas realmente emblemáticas como Divagaciones de un Loco o la Mano K´apreta, aunque en más de tres años escribí de todo, ya que el personal no era mucho. Tuvieron miles de razones para echarme, si partimos de sus ideas cerebro tónico apapanatadas, pero me fueron a echar por desvelar ciertas cosas acerca de la vida del pintor surrealista Óscar Domínguez. Dos décadas después, esas cosas que yo conté fueron utilizadas para la película acerca de la vida del pintor: Oscar. Muy mala por cierto y muy cara. De ahí salté a Radio Cadena Española, con un equipo de profesionales muy bueno, y logramos convertir nuestros informativos en los más oídos de las islas. En esas estábamos cuando por primera y última vez, la AudienciaNacional viene a las islas a juzgar a cuatro independentistas canarios, y otra vez… ¡Coño! Mi amigo Palarea me hace una crónica desde los juzgados y el servil director me manda a paseo. Después sigue mi actividad periodística, aunque está por medio el proyecto Yurena, uno de los que más orgulloso me siento, aunque decir que paralelo a mis trabajos anteriores fui durante años corresponsal de la Agencia Mencheta en las islas, que aunque su especialidad era el deporte, me dio la posibilidad de dar noticias al exterior de cosas que ocurrían en Canarias y que nadie se atrevía a publicar. No es ser un héroe el no callar las verdades. También durante muchos años me encargué de distribuir en los medios de las islas las noticias que ocurrían en la Unión Soviética a través de la Agencia de Prensa Novosti. Pasaron muchas cosas raras e injustas, como el que expulsaran de las islas a mi amigo Yuri, gerente de la empresa hispano soviética Sovispan. Creo que la puta OTAN tuvo la culpa y aquel González, que confundía el no con el sí y que si por mayoría absoluta entramos, por mayoría absoluta salimos. ¡Mentiroso de mierda! ¡Que te den!

viernes, 23 de julio de 2010

ANGHEL MORALES GARCIA EN LA CASA ELDER EL DIA 28 DE JULIO A LAS 6 DE LA TARDE


DESDE EL MERIDIANO CERO… HACIA EL PUTO MUNDO (II)

Colegio?... Cárcel?... Purgatorio?...

Ánghel Morales García

Venir de la libertad absoluta, para meterme en las paredes de una cárcel, fue toda una putada, pero no me quedó más remedio que pasar por el aro, porque el autoritarismo era total. El deporte me salvó de la tiranía eclesiástica del centro. Mi capacidad dentro del mundo del fútbol, la lucha canaria o el atletismo me concedió ciertos privilegios, pero así y todo fue una autentica tortura. Pasé de leer al Conde de Monte Cristo en lo alto de una barrica a leer delante de un micro a San Juan Bosco o Santo Domingo Sabio, pero esta cualidad mía me daba cierta ventaja hasta en la comida, pues me pasaban de los platos que comían los curas y no los asquerosos garbanzos con gorgojos que comían mis compañeros.

No obstante, de aquellos tiempos, adquirí cierta formación cultural en todas las materias. Como estudiar era memorizar y la naturaleza me dotó de esta cualidad, pues el peligro y los castigos que los suspensos producían a mí no me afectaban. Tuve una base para cuando salí del purgatorio permitirme hacer estudios de Artes Graficas y Periodismo, con lo cual pude buscarme la vida. Me hubiera gustado ser cosmonauta e incluso pasé las pruebas físicas, pero los idiomas siempre fueron mi asignatura pendiente y en la Ciudad de las Estrellas querían que uno pidiera socorro en varios idiomas. Que cabrones fueron los putos rusos, por mis maldiciones se desintegró la Unión Soviética. Chiquito favor les hice a los gringos.

En mi etapa con los curas tuve mis primeros conocimientos políticos. Allí tuve la oportunidad de que llegara a mis manos el Libro Blanco del MPAIAC de Antonio Cubillo y me hice independentista, y si bien nunca milité en este grupo de liberación nacional, sí aprendí cuál era mi país, mi nación y mi Estado, aunque los curas me intentaran enseñar lo contrario. Con el tiempo me he ido desencantando de la política, aunque sigo siendo independentista por dignidad. En una colonia no se puede ser sino independentista, lo demás es puro colaboracionismo con los secuestradores de la libertad, porque si triste es la explotación del hombre por el hombre, mucho mas triste es la explotación de un pueblo por otro pueblo.

De los curas solamente decir que hicieron de mí el perfecto ateo, cosa por las que les estaré eternamente agradecido.

En aquellos tiempos recuerdo que escribí algunas cosas, que por lógica fueron incluidas en uno de mis primeros libros que fue secuestrado: IDENTIDAD, y que me convirtió en un peligroso terrorista, que trajo como consecuencia persecuciones de todo tipo… pero como de estas cosas hablan otros, como Miguel Ángel Díaz Palarea en su novela LAS CUCAS, no me resulta ningún placer recordarlo, pero les dejo algo de estos versos, aunque acabaría antes con el grito de tres con las que saques y llevo blancas:

“Aprendí latín, como los otros, y la geografía entró con sangre por mis venas. Y aprendí a rezar, como los otros, y los caralsoles, como sangre, mancharon todo el patio del colegio”.

“Y los ojos me dolieron de mirar los rojigualdas que subían, de mañana, estropeando el blanco de los muros del colegio”.

“Y asistí, a la fuerza, a las clases de política y saludé, brazo en alto, al cantar, a los camaradas muertos por los camaradas de mi padre”.

“Y sotanas con maricas me enseñaron religión; y me pusieron de pie debajo de la campana”.

“De aquellos tiempos recuerdo crucifijos en las aulas y carotas en retratos, presidiendo las clases programadas”.

Los curas crearon el Club Joven 70 y allí tuve mis primeros contactos serios con la cultura, los Festivales de Canción Blanca de Primavera, donde presenté mis primeras canciones y canté desafinando algunos temas. Esta claro que la canción no era lo mío, pero seguí haciendo pinitos hasta la Transición, donde en la Semana ProAmnistía me convertí, sin quererlo, en la estrella del evento, porque los estrellados de la canción no querían dar la cara en contra de la injusta detención de muchos presos canarios. Mas, esto es harina de otro talego. En el Club editamos varias revistas como Nuevos Caminos o Envido 7, donde intentamos recoger como pequeñas esponjas algo de toda la libertad que se repartía en el mundo en la Década Prodigiosa. Paralelamente y no sé cómo, me vi escribiendo de deportes en una de las mas prestigiosas revistas de Canarias, la revista Sansofé. Me encargaron de las crónicas deportivas de los partidos de baloncesto y balonmano que se jugaban en la CiudadJuvenil de Santa Cruz de Tenerife. No recuerdo quién me dio esta oportunidad para dejarlo escrito en señal de agradecimiento, pero sí recuerdo quién me hizo mi primera entrevista casi a toda pagina en el periódico El Día. Fue ni más ni menos que Juanito Cruz, pero que conste que fue la primera y la última. En aquel Club Joven 70 había gente tan interesante como la desaparecida poetisa Dulce Marrero o Roberto Cabrera, y también Zenaido Hernández, que con el grupo Amén ganamos un festival de villancicos, pero el jodido cura no nos pagó nunca y eso que fuimos varias veces a cobrarle. Desde entonces desprecio la Navidad. No teníamos dinero ni para coger la guagua. Jodido cura de mierda. Al Capone con sotanas.

jueves, 22 de julio de 2010

ANGHEL MORALES GARCIA EN LA CASA ELDER EL DIA 28 DE JULIO A LAS 6 DE LA TARDE

DESDE EL MERIDIANO CERO… HACIA EL PUTO MUNDO (I)

EL HIERRO: LEYENDAS, MITOLOGÍA Y POBREZA

Ánghel Morales García

No hay nada peor para un autor, por lo menos para mí, que tener que escribir sobre uno mismo, fastidia tener que contar batallitas, que van desde el día que uno nació hasta cuando uno está casi a punto para salir de este mundo y entrar en otros parámetros o dedicarse a abonar malvas, y juro que debía haber toma ese tren hace algún tiempo, pero algunas tonterías sin importancia me retienen por este maldito mundo, viendo, entre otra cosas, cómo otros parten antes que yo, para esperarme sentaditos al otro lado del tiempo jugando una penosa partida de ajedrez con la nada. Pero bueno, aceptamos el reto que nos impone la revista LUNULA y el periódico digital El Guanche, para intentar entretenerles un poco, si lo consigo será maravilloso, pero conocerme a mí ya es otra historia, porque aunque ustedes no lo crean he vivido conmigo todos los días de mi vida y aún no me conozco.

Nací o me parieron, un 10 de Julio de 1952, en la mítica isla de El Hierro, último punto conocido de la civilización, hasta que el cabronazo de Colón decidió joderle la vida a una serie de seres humanos que vivían en un continente que pasaron a llamar América. Pues sí, en el Golfo de Guinea nací yo, a mis espaldas el poderoso Risco de Tibataje y escoltado por La Punta Arelmo, con sus portentosos Roques de Salmor, donde habitaron durante mucho tiempo los lagartos que llevaron su nombre y que los científicos denominaron Lasserta Simoni y que hoy sobreviven en la Fuga de Gorreta, después de que unos alemanes intentaran exterminarlos, cual judíos, intentando sacar de la isla la única pareja que habían dejado viva. Al otro lado la Punta de Orchilla, por la que pasó durante mucho tiempo el Meridiano Cero y donde aún reza una placa con la leyenda de Nom Plus Ultra, no hay nada más allá. El Meridiano se lo llevaron los ingleses por la cara, con el consentimiento de España, que no supo nunca defender este Patrimonio. Cuenta la historia que, ante tremendo disparate, el farero se volvió loco y aún después de muerto su alma vaga clamando justicia. Los países del Este mantuvieron este referente geográfico hasta que se desintegró la Unión Soviética, cayó el Muro de Berlín y todos comenzamos a ser más desgraciados, los jodidos comunistas habían desaparecido, ahora teníamos que buscar nuevos enemigos y los encontramos en los moros, por lo que iniciamos nuevas Cruzadas contra los infieles.

Pues en esta isla de leyendas, mitos y mucha pobreza, que los bimbaches, originarios pobladores denominaron Hero o Esero, unos nativos que fueron doblegados con el engaño y la mentira, pero cuya sangre sigue circulando en las venas de los actuales herreños.

Mis padres, Isidoro y Micaela, gente humilde y trabajadora, tenían que echarle imaginación para sacarle el sustento a la tierra y al mar. Me pusieron por nombre Ángel, en memoria de un tío muerto en esa guerra sin sentido, en la que el Enano Diabólico Gallego metió a todos los españoles y a la gente de sus colonias. La idea del nombre fue de mis abuelos maternos, pero jamás lo pronunciaron para llamarme, por lo que mi denominación de origen fue bastante complicada, al final la que más se impuso fue la de Angelín, que junto a la de Diablo o Demonio fueron las más usadas, especialmente por mi abuela materna.

Como dije, me crié entre leyendas y pobreza, como la de El Garoé, el árbol que manaba agua y que fue la salvación del pueblo bimbache durante siglos. A sus pies, las albercas que recogían el agua y la guardaban para la época de sequía. Cuentan que cuando los invasores españoles estaban a punto de morir de sed y abandonar la conquista de la isla, fue la princesa Guarasoca la que traicionando a su pueblo, indicó el lugar del Árbol Santo y esto permitió a los españoles reorganizar sus tropas y terminar la conquista de la isla. Este árbol que fue destruido varias veces a lo largo de los siglos, pero también sustituido por otro, pues bien, el actual fue plantado en 1941, por mi abuelo Víctor García y mi tío Juan García, que fue el encargado de regarlo y mantenerlo hasta su frondosidad actual. Decir que el lugar, acotado por las autoridades herreñas, es el más visitado por los turistas, pagando su canon. Jamás se ha reconocido el mérito de mi abuelo y especialmente el de mi tío Juan, sin cuyo trabajo El Hierro no tendría el actual Garoé. En los catálogos y en los libros aparece que unos pastores plantaron el actual árbol, pero se omite sus nombres, que quiero dejar plasmado en este texto: Víctor y Juan García.

Miles de leyendas se guardan en cada rincón de mi tierra: La Piedra del Regidor, una enorme roca de laja viva y ubicada en una zona volcánica, sin que nadie sepa cómo llegó hasta allí. El salto que dio Ferinto, uno de los patriotas bimbaches para escapar de los invasores, lo he medido muchas veces y sería de record del mundo de salto de longitud. Los Juaclos de la Jarra, donde existe un enorme Tagoror aborigen y que mi abuelo conocía como la Finca de los Palacios, por ser el refugio del Mencey Armiche en épocas de invierno, todavía están los juaclos adornados por las pintaderas de los antepasados isleños. Cómo no hablar de la mítica isla de San Borondón, que decían se solía ver al lado de La Palma, como si fuera un espejo que la reflejara.

Daría para mucho seguir hablando de El Hierro, sus leyendas, sus mitos y sus sueños. Mi padre emigró a Venezuela, como tantos otros canarios, a buscar fortuna, con el sueño de volver y reorganizar su vida, y la verdad que él no regresó nunca, falleció cuando yo apenas tenía 21 años y me encontraba en el continente Africano.

Los maestros y los curas intentaban organizarte la vida, preparándote para ser un jodido fascista de mierda. Dentro de lo malo yo tuve mucha suerte, un tal don Antonio, gallego y anarquista, fue mi primer maestro a los cuatro años, lo criticaban en la isla porque no nos hacía cantar a los chicos los himnos del régimen, ni rezar con la beatería que lo hacían las chicas. Pero qué coño, él estaba desterrado en la isla por sus ideas y dentro de lo que cabe estropeó lo menos posible nuestras jóvenes mentes, por eso sentimos que se fuera, porque después nos cayó don Víctor, un tipo cercano al Opus, pero su falta de carácter nos salvó y nos permitía ciertos liberalismos. Ambos, para mí, fueron excelentes maestros y aprendí una formación básica magnífica, que me sirvió para el futuro. El último, don Manuel, nativo de la isla, me acompañó en el ultimo curso y se preocupó más de formarme de cara a lo que iban a ser mis estudios en Tenerife.

Como niño pobre tenía que buscarme la vida y tuve varias maneras, como la de ser el recadero del pueblo y bajar y subir el Risco Tibataje por una perra chica, para llevar una carta o cualquier otra cosa que a mis convecinos se les ocurriera. Hoy cuando miro desde el Mirador de la Peña, me tiemblan los pies de sólo pensar en bajar o subir este precipicio. Una vez, con apenas ocho años, me comenzaron a patinar los pies, por uno de esos peligrosos atajos, y me agarré del tronco de un brezo y aún hoy día no me explico cómo salí de allí. Pero me despierto muchas noches agarrado del brezo en una tenebrosa pesadilla.

Mi abuelo Víctor tenía más de 300 ovejas y muchas noches pasé con él cuidándolas y acompañándolo, pasando mucho frío en la Meseta de Nitdafe o en las zonas comunales de la Dehesa. Mi abuelo era un hombre sabio y gozaba del respeto de la isla entera, con él aprendí a amar la poesía, me despertó el ingenio y marcó las pautas de lo que iba a ser mi vida futura; en muchos libros he querido dejar reflejado todo lo que de él aprendí, aunque mucho menos de lo que él sabía. Su capacidad para componer versos, con una métrica casi perfecta, sobre todo teniendo en cuenta que no era un hombre con estudios. Su ingenio a la hora de crear adivinanzas, algunas yo denominé eróticas, por ese doble sentido que les daba. El arte de predecir el tiempo, con esa serie de referencias que ellos denominaban cabañuelas o el conocimiento de las plantas, para ser utilizadas de forma medicinal, eran algunas pequeñas cosas, de las muchas que sabía. Todavía hoy en día, mi tío Juan García, con 96 años, recibe muchas visitas en su casa, que como si fuera un fisioterapeuta devuelve los huesos y los músculos a su sitio, incluso licenciados en medicina frecuentan su domicilio en busca de ayuda. Algunos me reprochan que yo crea en estas cosas, pero es algo que he visto, que veo y que sé que funcionan. Durante décadas en El Hierro había un solo médico para toda la isla. Yo conocí a don Panchito, que montado en su burro recorría la isla entera para ver a sus pacientes. Más tarde fue don José, quien murió a manos de un guardia civil, dicen que celoso, que lo mató en la Villa de Valverde. Durante meses la isla estuvo sin médico, y si no fuera por personas como mi abuelo y mi tío, muchos lo hubieran pasado mal. Gracias a la madre naturaleza.

Otros medios para ganarme la vida fue el cantar canciones picantes en la parada de la guagua todas las mañanas, algunas que les oía a mi abuelo y otras que dicen me inventaba. Don Cándido Magdalena Cruz, chofer de la guagua del norte y a la postre alcalde de Valverde, me llevaba cuando no había clase para que cantara en el trayecto o en las paradas y me sacara unas perritas.

Por las noches, mientras los mayores hacían labores de preparado de productos para la siembra, me sentaban en lo alto de una barrica y desde allí les iba desgranando cada noche los interminables capítulos del Conde de Monte Cristo o Genoveva de Bravante. Como tenía buena memoria, siempre me cogían para monaguillo, con las pesadas misas en latín o para alguna obrita de teatro, como el Ramayana de Valmiki o el Ángel y el Caminante. En esta última recuerdo que invitaba a comer al otro protagonista. La obra se representaba dentro de la iglesia y el pobre chico con el hambre que tenía, tragó tan deprisa que se quedó ahogado. Comencé a darle golpes en la espalda y terminó siendo lo más gracioso de la obra, aunque a don Antonio el cura no le hizo mucha gracia y me castigó un mes sin entrar en la iglesia, creo que ese fue el principio de mi ateísmo, y ahora ese castigo me lo impongo yo mismo.

La Lucha Canaria fue otra de mis grandes pasiones y como siempre encausada a la búsqueda de unas monedas. Con apenas cincuenta y poco kilos me convertí en un gran estilista, nunca nadie de mi peso me ganó en competición, ni en la isla ni fuera de ella, y llegué a derribar contrarios que me superaban en más de 20 y más de 30 kilos, pero claro, cuando llegaban los puntales me sacudían cada talegazo que me dejaban sin aire, y aguanté hasta donde pude, y después decidí practicar otros deportes menos complicados.

En una isla pequeña de seis mil habitantes y en pleno franquismo estaba todo controlado o casi, los rojos eran puteados o marginados y todos los señalaban con el dedo, pero eran los más listos y los que más cosas tenían que contar, por eso yo siempre estuve cerca de ellos, aunque siempre con la prevención de que tuviera cuidado por parte de los míos. Don Juan el Latonero, que decían que era masón, hombre servicial y dispuesto a ayudar siempre. Dicen que cuando el cura fue a confesarlo, lo invitó a pasar y le dijo algo así: “Si me trae a alguien de esta isla a quien yo le haya hecho algún daño, me confieso y le pido perdón”. El cura metió el rabo entre piernas y se fue, pero don Juan inauguró el cementerio de Guarasoca, aunque en el huerto de al lado, ese que tenían todos los cementerios para enterrar a los rojos y los paganos. El tío Cirilo Morales tuvo el honor de inaugurar el cementerio de Erese, aunque a este ni intentaron confesarlo, pero había estado preso en Tenerife por comunista y se había escapado de la furgoneta cuando lo iban a fusilar, era por lo tanto un “puto rojo” y al huerto de los malos. El tío Anastasio, que vivía en la casa de al lado de la nuestra, también fue enterrado en el huerto del cementerio de Valverde. Al cura que lo fue a confesar lo recibió al grito de ¡Fuera, Cuervo! ¡Fuera, Cuervo! De nada sirvieron las suplicas de su hija María… ¡Al Huerto!

Mis primeros tropiezos con el régimen, la censura y la madre que los parió, también fue en El Hierro. Había por allí un italiano, dicen que anarquista, que nadie sabe cómo llegó allí, y vivía en el Valle del Golfo, de Guinea diría yo, y tenía una vietnamita y solía hacer algún panfleto extraño. Pues bien, cuando Fraga Iribarne era ministro de Información y Turismo e iba a visitar El Hierro, el señor Bruno, que así se llamaba el italiano, me dijo que hiciera unas “cuartetas” con los problemas y las necesidades de la isla, y yo así lo hice. El hombre imprimió los textos y los repartió por todos los rincones de la isla, y resultado final: a él lo desterraron y a mí me querían traer al reformatorio a Tenerife, pero al final intervino el cura y me salvó la vida evitando que tan horrible castigo se llevara a cabo. No obstante, parecía que había nacido para ser carne de algún centro de acogida o de encausador de las ideas de los que controlaban nuestros cuerpos y nuestras mentes, y por cosas del destino y por una dichosa beca, vine a terminar en un colegio de curas… ¡Aleluya!