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domingo, 20 de marzo de 2022

SÁNCHEZ, LOS SAHARAUIS Y UNIDAS PODEMOS

 

SÁNCHEZ, LOS SAHARAUIS Y UNIDAS PODEMOS

El golpe del presidente fue frío, rápido y alineado con una correlación internacional de fuerzas en la que, primero EE.UU. y después Alemania, asumieron la realidad del poder marroquí

PABLO IGLESIAS

Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Pedro Sánchez, presidente del Gobierno.

No hace falta haber leído El príncipe, aunque nunca viene mal, para saber de la importancia de conocer a tus enemigos, a tus amigos, a tus aliados y a tus adversarios.

Más allá de las chorradas y cuñadeces que presentan al padre de la política como ciencia, como una suerte de personaje perverso, el Maquiavelo que enseña las reglas psicológicas y la autonomía de la política como arte de la correlación de fuerzas es absolutamente complementario respecto al Maquiavelo republicano de los Discorsi.

 

¿Por qué les introduzco este artículo que promete tanto en el título, con este rollo de profe de Políticas que se acaricia la barba mientras entorna los ojos en esa ridícula pose mefistofélica de quien pretende hacer creer que pensar políticamente es un esfuerzo físico equivalente a levantar pesas? Pues porque a veces, ciertamente, pensar es trabajoso (porque implica recordar) aunque no haya que poner cara de gilipollas y también porque la lectura de los clásicos en general (y de Maquiavelo en particular) es como hacer pesas; mantiene el cerebro fuerte y hermoso.

 

“Aunque el engaño sea detestable en otras actividades, su empleo en la guerra es laudable y glorioso, y el que vence a un enemigo por medio del engaño merece tantas alabanzas como el que lo logra por la fuerza” escribe el florentino. El presidente del Gobierno español encarna bien esta virtud política, y el 18 de marzo volvió a sorprender a propios y extraños asestando una puñalada certera al derecho de los saharauis a ser libres mediante el ejercicio del derecho a la autodeterminación, que les reconoció la ONU el 29 de abril de 1991 con la resolución 690.

 

El golpe de Sánchez fue frío, rápido y alineado con una correlación internacional de fuerzas en la que, primero EE.UU. y después Alemania, asumieron la realidad del poder marroquí. En la política internacional cuenta la fuerza, no el Derecho. Quien lo niegue o es un ingenuo o es un hipócrita. Queda por resolver el misterio de si la estocada está pactada con Argelia, para que no afecte al suministro del gas. Cabe pensar que sí. De otro modo el presidente y su ministro de Exteriores no habrían demostrado la prudencia imprescindible para ejercer las magistraturas que ejercen. Y se les podrá criticar que no sean de izquierdas, pero no que sean estúpidos.

 

La puñalada de Sánchez también sorprendió a los partidos del espacio UP y a Yolanda Díaz. Esta vez la vicepresidenta tomó distancia del presidente en la política exterior. Esta vez siguió la línea de UP de manera inequívoca: “Reafirmo mi compromiso con la defensa del pueblo saharaui y con las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Toda solución al conflicto debe pasar por el diálogo y el respeto a la voluntad democrática del pueblo saharaui. Seguiré trabajando en eso”. Pie en pared y codos. Esta vez no hay disonancia con Podemos y con el PCE. Buena noticia.

 

“Uno debe de ser un zorro con el fin de reconocer las trampas y un león para ahuyentar a los lobos”, escribe Maquiavelo. Ojo con Sánchez y con toda la corte de voces que, desde diferentes lugares y medios “progresistas”, dirán que, por coherencia, Unidas Podemos debe salir del gobierno.

 

Gerardo Tecé sí debió de leer a Maquiavelo y escribió ayer: “Entre gobernar con Unidas Podemos y repetir elecciones, eligió repetir elecciones. Es bueno recordarlo para entender algunas cosas. Algunos líderes sólo son de izquierdas cuando no se les deja espacio para ser otra cosa”. Es evidente que Sanchez preferiría gobernar sin UP lo que queda de legislatura aunque, lógicamente, no puede decirlo y es perfectamente consciente de que pagaría un alto precio si les echara del Gobierno.

 

Pero sus aliados mediáticos intentarán favorecer las tensiones en el espacio de UP y habrá aprendices de brujo que “en nombre de” estarán encantados de suministrar cizaña fresca a las plumas y tertulianos ávidos de agitar las “luchas internas”. No les salió bien del todo la jugada de presentar a Yolanda Díaz y a Alberto Garzón como “los buenos” de la película en el tema del envío de armas a Ucrania frente a “los malos”: Ione Belarra, Irene Montero y Enrique Santiago. Pero lo intentaron. Esta vez está siendo distinto. Pie en pared. Codos.

 

Si Sánchez quiere sacar a UP del Gobierno puede hacerlo mañana mismo. Tiene el poder de decidir que el Gobierno pierda 34 diputados imprescindibles y que ERC y Bildu se replanteen las cosas. Pero creo que UP no debe caer en provocaciones. Opino que hay que defender sin complejos el derecho de autodeterminación del Sáhara en el marco del Derecho internacional y explicar, con tranquilidad, que el PSOE es un socio de gobierno necesario para hacer políticas progresistas pero que no es necesariamente una fuerza política de izquierdas, aunque sus bases electorales y militantes sí lo sean. Pie en pared. Codos.

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