LA RELIGIÓN AL SERVICIO DEL
CAPITALISMO
DAVID BOLLERO
Semana
Santa es una época de sinsentidos. En ciudades como Málaga, más aún, donde las
procesiones campan a sus anchas por toda la ciudad, colapsando el normal
funcionamiento de la quinta capital española. Cada vez somos más las voces
críticas que nos atrevemos a protestar contra esta desmesura religiosa en un
Estado aconfesional y es entonces cuando se nos tacha de irrespetuosos.
Uno
entiende que España no puede renunciar a su historia y tradición católica
apostólica romana -aunque parece que los más de ochocientos años de Islam sí se
han borrado del mapa con relativa facilidad-, pero de ahí a esta
desproporcionada imposición durante la Semana Santa hay un trecho.
Hablo,
por ejemplo, de cómo en centros educativos públicos se realizan procesiones en
las que los niños y niñas portan un trono en horario escolar, convenientemente
escoltados por las mantillas de marras… ¿Por qué se tienen que dar estas
situaciones tan dantescas en la Educación Pública? ¿Por qué el otro día
charlando con una madre, ésta lamentaba que las vacaciones de su hija se
hubieran adelantado un día porque la pequeña no estaba dispuesta en participar
en una procesión que para ella, a fin de cuentas, era como una fiesta de
disfraces?
Voy
más allá. ¿Se han preguntado alguna vez qué sucede en una ciudad como Málaga
con el servicio de Urgencias durante las procesiones? Se lo diré yo: lo más
aconsejable estos días es no requerir de ninguna ambulancia. Les pondré un
ejemplo: hace dos días tuvo lugar la procesión de Jesús Cautivo y de la Virgen
de la Trinidad.
La
tradición manda que se realice una parada en el Hospital Civil, llegando
incluso a que el trono, portado por personal sanitario, entre en el recinto
hospitalario. Huelga decir que a tan magno evento asiste toda la pléyade de
autoridades, desde las municipales a las autonómicas, militares y, cómo no, el
gerente del Hospital Regional Universitario de Málaga.
Sobre
decir también que, durante esa adoración al trono, l@s pacientes de Urgencias
han de ser trasladados a otros centros hospitalarios ante la imposibilidad de
acceder al hospital. Como lo oyen. La religión por encima del servicio público
básico. ¡Qué gran sinsentido en un Estado aconfesional?
Y
con todo, ¿saben cuál es el mayor sinsentido que me recuerdan l@s amig@s de
Alternativa Republicana de Málaga? Que la mayor justificación de que los tronos
estén por encima de las personas estos días en la ciudad es el turismo que
atrae, el dinero que aporta la ciudad. Dicho de otro modo, la religión al
servicio del capitalismo y, plegado a ambos, el bienestar de las personas.
Conmigo
que no cuenten: mientras muchos acuden a la ciudad al runrún de las procesiones
en capitales como Málaga, cada vez somos más los que huímos de ellas como alma
que lleva el diablo. ¡Y qué gustito da, oiga!
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