G 21: MUJERES EN LA NARRATIVA
CANARIA ACTUAL
POR SINESIO
DOMÍNGUEZ SURIA
No me gusta hablar de una narrativa adjetivada como femenina. Me
gusta hablar de narrativa escrita por mujeres. Porque, ¿qué es narrativa
femenina? ¿Por qué calificamos así a la narrativa? ¿Es una narrativa que habla
sobre la condición de la mujer, o es una narrativa en la que las protagonistas
son mujeres, o es una narrativa dirigida a las mujeres? Porque, si es así,
tengo que confesar que cuando leí Anna Karenina o Madame Bovary o La Regenta,
lo que me condicionó es que esas novelas fueran una crítica de una sociedad decadente,
de la hipocresía de una aristocracia trasnochada, de las perversas costumbres sociales
de ciudades provincianas y no me condicionó que fuera una trilogía del
adulterio escrita por hombres de nacionalidades dispares, coetáneos, que
parecía se hubieran puesto de acuerdo o se hubieran copiado los unos de los
otros. Porque cuando leí, por ejemplo, Divisa de las hojas de Maite de Vega, o El sepulcro vacío de Cecilia Domínguez,
no distinguí en los textos –debo ser muy torpe– que sus autoras fueran mujeres,
aún sabiendo de antemano que lo eran. De
modo que quiero hablar solo de narrativa escrita por mujeres.
A la mujer, sin duda por el predominio del sexo masculino, se le
había tenido no solo socialmente postergada sino literariamente apartada. Únicamente
se les había dejado el campo de la poesía. Las actuales protestas tenían que
haber empezado mucho tiempo atrás. ¡Qué tiempo precioso se perdió cuando las
sabinas, que primero se erigieron en gobernantas de sus casas ante sus raptores
romanos, flojearon en su voluntad y perdieron la oportunidad de conseguir entonces
la igualdad! Hasta finales del siglo XIX, salvo algún caso aislado, no existió
una narrativa escrita por mujeres. Limitándonos a la narrativa española fueron escasos
intentos, incipientes en cuanto al número de autoras, que son más conocidas por
sus vidas que por sus obras: Fernán Caballero (Suiza, 1796—Sevilla 1877, La gaviota), Gertrudis Gómez de Avellaneda
(Camagüey 1814—Madrid 1873, Sab y Dos
mujeres) y Emilia Pardo Bazán (La Coruña 1851—Madrid, 1921, Los pazos de Ulloa). Y muy poco más.
Ya en el siglo XX se produce un importante progreso en cuanto a
narrativa escrita por mujeres, en número y en tendencias literarias. Hasta
1944, como consecuencia de la Guerra Civil, no empieza una narrativa escrita
por mujeres que despunta y crece: Carmen Laforet gana el Premio Nadal de novela
con Nada. Pareció entonces que la
mujer invadió el mundo de la narrativa y se inauguró una primera generación de
mujeres escritoras: Elena Quiroga en 1950 gana el Nadal (Viento del Norte); en 1952, lo obtiene Dolores Medio (Nosotros los Rivero); en 1953 lo gana
Luisa Forellat (Siempre en capilla);
en 1957 Carmen Martín Gaite se alza con el premio (Entre visillos) y en 1959 Ana María Matute se hace con él (Primera memoria).
La crítica saluda esta explosión de narrativa escrita por
mujeres como un fenómeno atípico que empieza a ocupar un lugar en las
enciclopedias y un sitio preminente en las estanterías de las librerías. La
segunda generación, en la que se habla ya de una novela que expresa la
condición de la mujer y su problemática y no por eso se la califica de femenina, la componen Carmen Riera,
Nuria Amat, Ana Mª Moix y Monserrat Roig.
Poco más tarde y con una
novela de tinte social, irrumpe con una fuerza inusitada la tercera generación
con autoras como Soledad Puértolas, Cristina Fdez. Cubas, Lourdes Ortiz, Rosa
Montero y Marina Mayoral.
Luego, llegan Lucía Etxebarría, Flavia Compañy y Belén Gopegui,
que forman la cuarta generación y que escriben sobre personajes problemáticos,
con temas oscuros y llenos de confusiones en lo que se llamó la novela
sicológica.
Finalmente, y conformando una novela de temática heterogénea,
llegan Espido Freire, Almudena Grandes, Pilar Adón, Irene Jiménez, Matilde
Asensi, Ángeles Caso, Luisa Castro o Mari Pau Jener que, por ahora, componen la
quinta generación y que están absolutamente consolidadas.
No quiero dejar sin mencionar la narrativa de bestseller
escritos por mujeres, como, por ejemplo, los de María Dueñas, Carmen Posadas,
Luz Gabás, Marta Robles, etc.
Y tampoco quiero dejar pasar, no sin ciertas reservas, la
narrativa escrita por mujeres que se dedicaron y dedican a una rama llamada,
creo que falsamente, romántica de la novelas de Corín Tellado, Carmen Rico
Godoy y alguna otra autora. A estas alturas del siglo XX el campo de la
narrativa escrita por mujeres era amplio y reconocido.
Mientras, ¿qué había ocurrido con la narrativa escrita por mujeres
en Canarias? Durante esas décadas de los 50 y de los 60 e, incluso, de los 70, no
se produce prácticamente nada. Hasta la aparición de Él (1926), de Mercedes Pinto (La Laguna, 1883—Ciudad de México,
1976), no se inicia una corriente narrativa escrita por mujeres en Canarias. Existen
dos mujeres más que son exponentes de esa narrativa: María Rosa Alonso (Tacoronte,
1909—Puerto de la Cruz, 2011), que en 1951 publica Otra vez, y Nivaria Tejera (Camagüey, 1930—París, 2016), que
publica El barranco en 1958. Pero
estos casos, aunque importantes, son aislados y pocas mujeres siguen, en esos
años, el ejemplo de estas pioneras.
Las mujeres narradoras se contagian del dinamismo de los años
80. En 1978, Esperanza Cifuentes, nacida en Madrid pero afincada en Tenerife,
queda finalista en el Premio de Novela ‘Benito Pérez Armas’ con Buscando a B y en 1980 lo gana con Perverso ríe el ángel. Más tarde gana el
Premio ‘Felipe Trigo’ con su novela La
travesía.
Dolores de la Fe (Las Palmas, 1921—Las Palmas ), obtiene el Premio
de Novela ‘Ángel Guerra’ en 1988 con Tiempo
en sepia.
Dolores Campos Herrero (Arona, 1954—Las Palmas, 2007), que
aunque poeta, publicó relatos y lo que ella llamaba breverías. En 1989 publica Daiquiri
y otros cuentos y más tarde Basora.
Por acabar con la lista de ganadoras de premios de novela,
citaré a Silvia García (1970), escritora argentina radicada en Las Palmas, que
gana el ‘Benito Pérez Armas’ en 2012 con El
reino de los cielos.
Otras autoras de novelas son: Ángeles Sánchez (Santa Cruz de Tenerife
1959) que en 1995 publica su primer libro –y creo que único–, Sucedió en Antares, novela de Fantasía y
Ciencia Ficción. Paula Nogales (Las Palmas, 1966) y Elena Morales (La Laguna,
1972), narradora, autora de Malgache
(2004) y sobre todo, animadora del espacio editorial de Tenerife. En este
sentido, merece mención especial Elsa López, nacida en Fernando Poo en 1943,
poeta, editora, novelista, Medalla de Oro de Canarias, autora de El corazón de los pájaros (2001),
publicada por Planeta, Las brujas de la
isla del viento (2006) y La gasa
delante de mis ojos ((2011).
Y, después de este rápido repaso por el mundo de las mujeres
escritoras de los siglos XIX y XX y, después de pedir excusas por algún error o
alguna omisión, entramos en el campo de las mujeres escritoras pertenecientes a
G—21. Ya sabemos que en 2011,
Ánghel Morales publica su antología Generación 21: Nuevos novelistas
canarios y sabemos también que presenta los relatos de 12 hombres y ninguna
mujer. La intención de Ánghel Morales queda clara en la Introducción de la
antología cuando dice que pretende dar a conocer --algunos de los autores ya
son suficientemente conocidos—una eclosión de la narrativa canaria del siglo
XXI comparable con la que supuso el boom de la narrativa canaria de los 70.
Más tarde crea la colección de novelas y relatos G—21 y en ella corrige aquella ausencia de
escritoras y publica las obras de 7 mujeres.
María
Teresa de Vega, nacida en La Laguna en 1948 pero
“engendrada en el ‘año de la seca’ en El Hierro, isla a la que su madre fue
destinada como maestra”. Su padre es Isaac de Vega, así que dispuso siempre de
libros de calidad. Las grandes obras de la literatura universal estaban en las
estanterías de su casa, y también las clásicas del pensamiento contemporáneo.
Vivió en París y en Madrid donde ejerció su labor docente en Arganda del Rey.
Novela
Niebla
Solar, Baile del Sol, Santa Cruz de Tenerife, 2010.
Merodeadores de orilla, Ediciones
Aguere –Ediciones Idea, Santa Cruz de Tenerife, 2012.
Divisa de las hojas, Ediciones
Aguere–Ediciones Idea, Santa Cruz de Tenerife, 2014.
Relato:
Perdidos
en las redes, Editorial
Benchomo, Santa Cruz de Tenerife, 2000.
Sociedad
sapiens : Baile del Sol, Santa
Cruz de Tenerife, 2005.
Cecilia Domínguez Luis, (La Orotava, 1948), es una fuerza de la
naturaleza. Trabaja constantemente, no se detiene. Es muy conocida y muy
reconocida como poeta. Fue Presidenta del Ateneo de La Laguna, es miembro del
Instituto de Estudios Canario y pertenece a la Academia Canaria de Las Letras.
Ha obtenido el Premio Canarias de Literatura, 2015.
Novela
El viento
en contra, Santa Cruz de Tenerife,
Ed. Resma, 2002.
Los niños
de la lata de tomate, Alfaguara, 2012.
Si
hubieras estado aquí, Santa Cruz
de Tenerife, Ediciones Idea-Aguere, 2013.
El
sepulcro vacío, Las Palmas
de Gran Canaria, Nace (Nueva Asociación Canaria de Editores), 2015.
La
muchacha del ajenjo, Diego Pun
Ediciones, Santa Cruz de Tenerife, 2016.
Relato:
Futuro
imperfecto, Ed. La Palma, 1994, [cuentos].
Entre
tejados, Islas Canarias, Septem,
2003, [literatura infantil].
Fompi, Islas Canarias, Interseven, 2007 [literatura infantil].
Días de
abril, Islas Canarias,
Interseven, 2007 [literatura juvenil].
Mientras
maduran las naranjas (CAMPDS,
2009)
Pilar Escalona, nacida en Logroño en 1960, y radicada en
Tenerife desde los años 90, creadora del personaje del Capitán Perdomo,
investigador en sus novelas.
Novela:
El envío turco, Ediciones Aguere-Ediciones Idea, Santa Cruz de
Tenerife, 2013.
El secreto de Taganana, Ediciones Aguere-Ediciones Idea, Santa
Cruz de Tenerife, 2014.
El tesoro de la isla encubierta, Ediciones Aguere-Ediciones Idea, Santa Cruz de Tenerife, 2015.
Souvenir peligroso,
Ediciones Aguere-Ediciones Idea, Santa Cruz de Tenerife, 2016.
Ana Joyanes, nacida en Jaén, que vive en Tenerife donde ha
realizado su carrera literaria.
Novela:
Lágrimas mágicas (Idea,
2008)
Sangre y fuego (Idea,
2011)
Oscurece en Edimburgo (colectivo) (7 plumas, 2011)
Noa y los dioses del tiempo (Idea-Aguere, 2012)
La pensión Padrón (colectivo) (2013)
Maca Martinón nacida en La Laguna, cuyas calles y plaza recorre convirtiéndose
en observadora de sus gentes y de la vida de la ciudad.
Novela:
La Laguna es ella (Idea-Aguere,
2014)
Relato:
Relatos del Blues Bar
Corriendo cual cerdos
Fricciones e hilvanes (Asoc.
Beecham)
Cristi Cruz Reyes nacida en La Laguna en 1962.
Novela:
En el centro del viento (Idea-Aguere,
2015)
María Candelaria Pérez Galván
Novela:
El cazador de la inocencia (Idea-Aguere,
2015)
Concluye
aquí la relación de G-21 de narrativa canaria escrita por mujeres. Mi misión no
es la crítica de sus novelas sino dar fe de ellas. A las autoras les
corresponde seguir trabajando en este terreno tan difícil pero tan edificante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario