EN ESPAÑA NO HAY TRABAJO,
HAY “TRABAJOS”
EVA NAVARRO SAN LUIS
Desde los tiempos del caudillo estoy oyendo hablar de un trabajo
digno y una vivienda digna. Y yo me pregunto, trabajo ¿para qué siglo? Los
recortes y el despido libre han dejado un paisaje más que desolador en este
país. Trabajos a media jornada, porquerías de trabajo acompañados de porquerías
de sueldo que la mayoría de las veces se
complementan con los ingresos del abuelo que tiene que echar una mano al
pecunio familiar para “ir tirando”. La mala gestión y la pésima administración
de nuestro amado país tenían que pasar factura. Todo el que ha tenido acceso a
cargos públicos y a una bolsa de dinero se ha aprovechado en la medida que ha
podido, desde la Casa Real, hasta el alcalde del último pueblucho de España. El
Gobierno, que es quien aprueba las leyes, podía hacer leyes para que los
ciudadanos se gobernaran en base a la moralidad, pero siendo ellos los primeros
sinvergüenzas e inmorales, resulta que no estamos hablando de nada.
En el tema de ocupar sillón y cargo me acuerdo del refrenillo de
nuestros abuelos: “el que anda con miel se chupa los dedos”. Aquí se ha tirado
de fondos a mala manera, sin pensar en las consecuencias ni el marco desolador que se iba a crear para los
años venideros.
Resulta de una hilaridad tremenda oír hablar al señor ministros sobre
Gibraltar (nuestros vecinos ingleses) y la verja que los españoles se ven
obligados a cruzar para huir de la miseria, dando a entender que en el fondo todos tenemos espíritu aventurero. Aquí
no se trata de patriotismo, ni nacionalismo ni ningún ismo que se precie, se
trata de escoger entre ser súbdito de un país o morirse de hambre, simple y
llanamente. No sé si el ministro entenderá que no es buen Gobierno Aquel que deja a su pueblo a la
deriva.
Da igual pertenecer a la derecha o a la izquierda, cuando a
estos buitres de políticos les faltan votos para gobernar, se pasan al partido
de al lado. Y todos tan contentos. Por eso la gente ni cree ni puede creer, la
cuestión de la credibilidad muere en el instante que se tiran los principios
por la borda. Groucho Marx decía “estos son mis principios, si no les gustan
tengo otros”. El espectáculo que dan estos señores arrodillándose ante el poder
y el capital es patético para un pueblo.
Dudo mucho que ninguna fuerza política levante esto ya y
devuelva a España al nivel que le corresponde. También a mí me gustaría ver
cómo el ave remonta el vuelo y recupera su soberanía. Al menos me quedo con las
ganas.
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