jueves, 23 de junio de 2011

NOS JUGAMOS DEMASIADO

NOS JUGAMOS DEMASIADO

La sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 3 de Santa Cruz de Tenerife, que ha dictaminado la validez del acuerdo plenario que el 18 de septiembre de 2009 adoptó el derribo del edificio de aparcamientos conocido como el mamotreto en la playa de Las Teresitas, ya es firme. Esta es una magnífica noticia, y lo es, no sólo porque los Ciudadanos hayamos ganado una gran batalla, que también, sino porque finalmente se ha impuesto la congruencia y el sentido común a las pretensiones, no de recibo, de ciertos empresarios, que siguen empeñados en anteponer la plenitud de sus amplios bolsillos y de sus cuentas corrientes al interés general, no parándose ante nada ni ante nadie por ello. La actuación de algunos políticos con nombres y apellidos, que deberíamos desterrar para que historias para no dormir como esta no se repitan, pienso que tampoco han sido ajenas, pero afortunadamente la Justicia ha funcionado, ha dado la talla, y esto, con seguridad, marcará un antes y un después en las decisiones políticas oscuras aquí, para regocijo de todos.

Que nadie se confunda, el MAMOTRETO es una obra ILEGAL por los cuatro costados, y no voy a entrar otra vez en sus razones, porque ya son sobradamente conocidas por la mayoría del Pueblo, pero, además, es una obra altamente impactante, que ha cercenado, afortunadamente no de forma irreversible gracias a su próxima demolición, la visión de la Playa de las Teresitas desde el Pueblo de San Andrés y viceversa. Llegar a la playa desde Santa Cruz o desde Igueste-Suculum y tropezarte con esta indecencia, ocupando un enorme espacio e impidiendo la bonita imagen de antaño, te produce rabia y una sensación rayana al vómito, por culpa de unos impresentables que espero, y no me canso de repetirlo, paguen por ello, porque, como también he dicho hasta la saciedad, el Pueblo es inocente de este orquestado golpe. Y el pretender mantenerlo, alegando otras finalidades de uso o los dineros gastados, es inaceptable porque, ante nuestras grandes carencias de zonas de baño, tener una playa de mayor superficie vale lo que muchos mamotretos y porque sus responsables sabían que era ilegal, sin hablar del dinero que nos costaría su terminación, bastante más de lo hasta ahora gastado.

Aguantar el discurso vacío de algunos politiquillos de baja catadura, de que Santa Cruz está de espaldas al mar, sabiendo que son ellos mismos los que han generado la situación, o de que hay que desmontar muelles para hacer playas, cuando han costado una fortuna a lo largo de la historia, prestan un inmenso servicio y sostienen muchos puestos de trabajo, es simplemente una desvergüenza, sin entrar en los motivos reales de tales afirmaciones. Y ello, porque paralelamente a ese discurso manido de mierda, han mantenido sus apoyos a rapiñas y tal vez a algo más, de zonas de baño realmente importantes y más apropiadas, como sucede con ese enorme espacio que ocuparía el mamotreto, que han pretendido birlarnos con toda una actuación maquiavélicamente orquestada. Desde la supresión de muchos de los aparcamientos gratuitos, para subir la línea superior de la arena que no hace falta, hasta construir el mamotreto dentro de ella, cuando como edificio de aparcamientos hubiera hecho el mismo servicio pegado a la montaña. Pero no olvidemos que el mamotreto también albergaría negocios, o sea, aparcar y consumir allí, sí o sí, todo un “negociete”.

Las Teresitas es una gran playa, la mejor para nosotros pues es la única que poseemos, y nadie puede ni debe negociar con ella. Las Teresitas, tal y como está, en su entorno natural de toda la vida, es una maravilla, carísimos proyectos como el de Dominique Perrault no conseguirían mejorarla, sino todo lo contrario. Animo a los políticos recién elegidos a ser valientes, a anteponer, con la honestidad por delante, el interés mayoritario del Pueblo por encima de cualquier iniciativa empresarial claramente interesada, que es lo que realmente subyace detrás de todo el entramado de la Playa de las Teresitas, mamotreto incluido. Si actuamos con esa valentía, actuaremos con congruencia y Santa Cruz ganará, o sea, ganaremos todos, de otra forma nunca lograremos corregir esa deriva que nos ha metido en la insostenible situación actual, provocada por unos gobernantes anteriores que no nos merecíamos y que nos han jodido la vida.

La Playa de las Teresitas es un lugar vital para Santa Cruz, no sólo para sus habitantes, sino también para nuestros visitantes, y aún tiene solución, todo pasa por, como ya dije, ser valientes y empezar. Demolido el mamotreto y ya recuperado su extensísimo espacio para reintegrarlo a la playa, como debe ser, procede desechar, cueste lo que cueste y pague quien tenga que pagar, toda la especulación urbanística que gira en torno a San Andrés, que es mucha y no procede. El Barranco de las Huertas, llamado valle por algunos listos por razones obvias, debe ser rescatado a su hermosa estampa anterior, dejando sin efecto todas las actuaciones urbanísticas programadas en él. Con esto, además, conseguiremos alejar riesgos evidentes para la población, por las cada vez más frecuentes y fuertes riadas, y lo mismo con el del Cercado y sus peligrosas laderas de montañas, con unos porcentajes de inclinación que desaconsejan construcciones, al igual que en Montaña Morera y otros. Y todo ello, por las graves catástrofes que ya hemos sufrido y en el conocimiento de que esos entornos existen para realizar las funciones de evacuación que la naturaleza les asigna.

O sea, simplemente desechando pelotazos, actuando con la congruencia que procede, cumpliendo las leyes e imponiendo el interés general, conseguiremos grandes metas para Santa Cruz y no nos arrepentiríamos de ello. Si a esto le añadimos la recuperación de los muchos millones de euros pagados por la compra del frente de playa, ya sentenciado por el Tribunal Supremo, con los que poder hacer frente a las indemnizaciones que surjan, por dejar sin efecto esas urbanizaciones ilógicamente concedidas, y exigiendo paralelamente las responsabilidades que procedan a políticos, empresarios y profesionales, que las hay, lograríamos normalizar una situación que nos está superando. Y aún así, sobraría dinero para dotar a nuestra Playa de las Teresitas de todos los servicios que le sean necesarios, adecentándola de una vez en busca de la bandera azul. No es una tarea sencilla, pero sí muy importante y decisiva que afrontar, junto con otras, en ese caminar de nuestra Ciudad por derroteros más deseables, que cambien las tristes realidades que estamos viviendo, ¡nos jugamos demasiado!

© Cándido Quintana

Presidente de la Plataforma de Defensa del Puerto de Santa Cruz

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