Hoy hemos estado en el Parlamento de Canarias. Bueno, mejor en un salón cercano, donde el compañero y sin embargo amigo, Arturo Trujillo presentaba su libro, Conversaciones de la Transición 1978-1982, editado por Ediciones Idea y cuya responsabilidad cayó sobre mi persona. Que no se molesten mis seguidores independentistas o acratas temperamentales, que no he dado un paso atrás en mis principios, ni me he sentido atrapado por el sistema. Estuve allí, no pretendo justificarme -pero lo hago-, para apoyar a un buen amigo que, recopiló en este libro 32 entrevistas de políticos de aquella época -algunos siguen-, tanto de nuestras islas como de fuera de ellas. Es un libro bastante interesante en el que podemos ver como los políticos van evolucionando y cambian de chaqueta con tal de seguir en el candelero. Pero como los libros no están para contarse, sino para comprarse y ser leídos es por lo cual se lo recomiendo a todos ustedes.
Fui con Nicole que se empeña en acompañarme últimamente a este tipo de actos y que, para empezar nos tocó estar de pie porque las sillas estaban ocupadas, por allí estaba el amigo Lorenzo que no se pierde una, con su cámara en ristre, disparando a todo lo que se menea o se está quieto. Le dije que como en cada acto le da una ocupación a Nicole, que esta vez no la colocara de diputada, porque es una cosa que está mal vista, al final creo que se va a decidir por la bipolaridad lingüística. Bueno vamos mejorando.
Presidiendo como no podía ser menos el Presidente de la Cámara, que cumplió con el acto protocolario, donde tuvo palabras de elogio tanto para el autor como para su libro, aunque fue triste que los presentes no pudieran disfrutar del mismo, por esa patética norma de no permitir venta de libros en las instalaciones del Parlamento de Canarias. Pues miren ustedes, pues entonces no hagan presentaciones, porque yo no lo entiendo, presentar un libro sin libro, es como tener tos y rascarse las narices. Pero bueno la norma es la norma y no voy a pasarme para que Editorial y Autor no me echen una broca. Pero señor Castro, piensen mejor las cosas, porque esta norma me parece totalmente infantil. Se que piensan adquirir libros, pero lo normal era tenerlos hoy para disfrute de los presentes y llevarselos con la firma de Arturo Trujillo.
Paco Pomares, recalcó lo que yo he dicho en el anterior párrafo aunque con palabras más suaves y diplomáticas y recordó que el libro va incluido en la colección La Quinta Columna, la primera de Ediciones Idea, una Editorial que ya tiene más de 1.600 títulos en el mercado, para unas islas donde el mercado literario está en precario me parece todo un éxito, sobre todo cuando se tiene en contra una serie de circunstacias y de puñaladas traperas propias de una país de mediocres, los que da la tierra y los que vienen de fuera, pero afortunadamente son muchos los que leen, los que escriben y los que permiten que Ediciones Idea siga existiendo, aunque algunos se vayan a morir de rabia. Tres con las que saquen y llevo blancas.
Leopoldo el director de Diario de Avisos en la etapa de las entrevistas hizo una magnifico resumen del libro, de la Transición y de los detalles más importantes y contradicciones de políticos como Zerolo, José Carlos Mauricio y otros. Es curioso, pero uno que había leído la obra una y otra vez me vi sorprendido por detalles que se me habían escapado. Arturo Trujillo que comenzó haciendo sucesos y cuya primera entrevista fue a Don Antonio González, probablemente por falta de personal, nos demuestra en cada una de las 32 entrevista un conocimiento político amplio y una profesionalidad sin limites, lo que convierte esta recopilación de sus entrevistas en un libro muy ameno.
Arturo Trujillo, autor de la obra dijo lo que tenía que decir, ni más ni menos, él ya cumplió con su trabajo, primero haciendo las entrevistas en su día y segundo haciendo está selección de las mismas para su libro. Son ahora los lectores, los interesados en saber sobre una época de la historia, los que tienen que leer, empaparse de lo que dice y comparar lo que decían algunos de nuestros políticos hace años y lo que dicen ahora sobre el mismo tema. Gracias por las palabras que tuvo para mi persona, siempre in tento hacer mi trabajo lo mejor que se, pero esta claro que unos se acuerdan cuando están en la tribuna y otros no. Arturo se acordó y se lo agradezco, la amistad que nos une desde hace años iba a continuar, espero que podamos seguir colaborando en proyectos, por este que escribe no va a quedar.
También estaba en la tribuna Cristina Tavío, que por esas cosas del protocolo no habló, creo que tenía que haber hablando, aunque sólo fuera por escuchar una voz diferente, pero sobre todo, porque fue la gran animadora para que el libro se presentara en el Parlamento de Canarias. Otra vez será Cristina, otra vez será.
Juan Galarza, presidente de la Asociación de la Prensa mandó un comunicado en apoyo a Arturo y su libro, ya que por enfermedad no pudo acudir a este evento.
Muchas caras conocidas en la sala, muchos diputados y diputadas, gente de la prensa, amigos y conocidos. Ricardo Tavio, que ya no quiere cantar zarzuelas conmigo por esos pub de la Avenida Anaga. Manolo Fernández, el diputado del PP, lo cito por aquello del paisanaje. Elena Morales la jefa de prensa de Ediciones Idea, gran labor la que hace esta chica, siempre dispuesta a colaborar y a promocionar a la Editorial y sus autores. Jaime Casanova, que viene a ser la imaginación delante y detrás de la cámara, genial hasta en sus felicitaciones de Navidad, ahora quiere abrir un blog en la red y creo que será un acierto, le prometí pasarle las viñetas que me hizo para la Voz del Valle cuando yo era director y que nunca le pagué, pero las cosas prescriben. Miguel Leal el gran historiador palmero, que venía con un montón de proyectos bajo el brazo. Vamos a ver si vamos sacando cosas de este hombre, porque tiene un montón y ya va siendo hora. Mi admirado Domingo Corujo, que ya tiene su libro casi a punto, aunque no se lo termina de creer. Mi buen amigo Luis Ortega, que como siempre tiene recuerdos para LA TARDE el histórico periódico tinerfeño. Como digo mucha gente. Creo que Arturo salió contento y la lastima es que se fueran sin el libro bajo el brazo. Por lo tanto, vaya a las librerías y comprenlo.
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