lunes, 13 de abril de 2020

PRÓLOGO del “EDÉN CARCELARIO”, de Víctor Ramírez


PRÓLOGO del “EDÉN CARCELARIO”, de Víctor Ramírez 

Por Sergio Alasia (Profesor de Universidad en Italia, realizó su tesis profesoral <> en 2005.


Sostiene Noam Chomsky: “La rapidez con que se comunica una noticia da la ilusión de vivir en el centro de los acontecimientos, pero significa sólo que estamos sometidos a una propaganda aun más intensa. Cuando los acontecimientos son instantáneos y apasionantes, nos dejamos llevar por su flujo. En mi opinión la superficialidad, no la rapidez, incide en la percepción del presente. Pero se hace de todo para borrar cualquier memoria”.
Hoy en día vivimos ante una aparente paradoja: la comunicación parece ser el lema de este siglo, en que cada día se inventan nuevas formas de comunicarse más rápido con todos los rincones del mundo. Pero los avances tecnológicos no sirven –ni mucho menos– para mejorar la pésima calidad de la información, sino a seguir manteniendo al público en un estado de anestesia constante, despertándolo sólo cuando a las élites del poder les conviene, con la difusión de alarmas adrede, para que aleje la mirada ya bastante entorpecida de los verdaderos problemas y las cuestiones que realmente cuentan.


Este persistente bombardeo mediático persigue también otra finalidad dañina. Si por un lado es sabido que en medio mundo los derechos humanos fundamentales, entre ellos principalmente el de libre expresión, son estrangulados y pisoteados cruel y represivamente, la censura que se ejerce en los países –por así decirlo– democráticos, es de la misma naturaleza, pero algo más endulzada y sutil, aunque no por eso menos feroz y eficaz, y consiste en llenar los medios de temas sin importancia entre un anuncio publicitario y otro hasta que desborden, para no dejar espacio a nada más.
Afirmó Chomsky en otra ocasión que “la manipulación y la utilización sectaria de la información deforman la opinión pública y anulan la capacidad del ciudadano para decidir libre y responsablemente. Si la información y la propaganda resultan armas de gran eficacia en manos de regímenes totalitarios, no dejan de serlo en los sistemas democráticos; y quien domina la información, domina en cierta forma la cultura, la ideología y, por tanto, controla también en gran medida a la sociedad”.
Y en una industria de la información concentrada en unas pocas codiciosas manos, no extraña que cada vez con mayor malicia la divulgación de las noticias se confunda y mezcle con el ínfimo entretenimiento, haciendo que el público baje la guardia y pierda casi del todo sus recursos para valerse del sentido crítico.

La voz de Víctor Ramírez es oxígeno para salvarse de esta asfixia, la que él llama tan acertadamente ignorantación, cuando consigue entre muchas dificultades encontrar un hueco y llegar al público. Para los que tenemos la suerte de escucharlo y leerlo, sus palabras son alentadoras, porque demuestran abiertamente que todavía hay personas comprometidas, capaces y dispuestas a rebelarse y a no aceptarlo todo como lo plantean los medios de comunicación del régimen.
De sus palabras también se aprende a descubrir la hipocresía allí donde se esconde, a buscar siem-pre otro punto de vista y a practicar una de las facultades más importantes pero más desatendidas del hombre, la facultad de poner en duda lo que oye y ve, como única manera de evitar caer en el engaño de los medios.
Pero el aspecto en mi opinión más llamativo de este libro es que consigue mantener viva la memoria que la vorágine de la comunicación y la manipulación de la información tratan de borrar. Las opiniones que Víctor Ramírez expresa en esta recopilación de reflexiones periodísticas están escritas ya hace más de diez años; pero no por eso dejan de ser actuales y de interesar a todo el pueblo canario -y no sólo al pueblo canario.
Su lucha pacífica y solidaria por la libertad y la soberanía de un pueblo en su propia tierra y en general por la independencia y la dignidad, supera cualquier límite geográfico: como llamamiento universal a la movilización de las conciencias.

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