PUTEROS AL BANQUILLO SIN
CERRAR EL BURDEL
DAVID BOLLERO
Málaga no sólo es
sol y playa, museos y cultura de pago, espetos, flamenco y verdiales, etc. Lo
que no nos venden es lo que lleva décadas inserto en la provincia, como en
tantas otras costeras. Es droga, crimen organizado y prostitución. Esta semana
arranca el macrojuicio contra los responsables del mayor prostíbulo de Málaga,
aún en marcha y en el que se dan cita desde jóvenes cuyo deseo se satisface con
tarjeta de crédito, a casados padres de familia o a adinerados empresarios que
encuentran en consumir a una mujer el mejor broche para cerrar un negocio.
Ya no pasan
avionetas en verano por encima de la playa tirando paracaidistas de plátisco o
pelotas gigantes con publicidad de una crema solar. Ahora, en Málaga, lo que
atraviesa el cielo es una avioneta con una banda que anuncia el nombre de un
prostíbulo y su lema «porque te lo mereces». No es el lupanar sórdido, que se
esconde bajo un secreto a voces, que se oculta en anuncios discretos de
clasificados o páginas de foros en los que los puteros intercambian sus sucias
experiencias.
Este burdel se
disfraza de club nocturno de caballeros, se anuncia en grandes vallas
publicitarias al borde de la autovía o en la entrada de un gran centro
comercial con salas multicine. Mientras, de puertas para dentro, los informes
policiales no dejan lugar a dudas:
mujeres obligadas a trabajar doce horas al día; teniendo que rotar
periódicamente por cada uno de los tres puticlubs con los que cuenta la cadena
(Málaga, Torremolinos y Córdoba), para que los puteros tengan carne fresca;
pagar un porcentaje por cliente, además de pagar su alojamiento… multadas
continuamente si incumplen alguna norma. Y si alguna de las mujeres se
encuentra en situación irregular, sus condiciones empeoran sustancialmente.
La cocaína corre
por doquier entre los puteros españoles, ingleses, asiáticos, árabes… cuanto
más colocados, más ganas de consumir a las mujeres explotadas… Sólo el
cabecilla acumula solicitudes de pena de cerca de 700 años de cárcel; entre los
21 imputados, más de 4.000 años de cárcel por 167 delitos. El juicio lleva más
de un año parado mientras las mujeres víctimas continúan siendo explotadas,
abusadas.
No hacían falta
informes policiales para saber todo cuanto describen. Era de sobra conocido
pero, como describe un empresario explotador sexual en el cortometraje de Mabel
Lozano El Proxeneta, quienes podían poner freno, quienes podían alzar la voz,
miraban para otro lado. Y si eso sucede con un prostíbulo que tanto autobombo
se da, imaginen cómo actuan los ayuntamientos cuando el puticlub es un chalé
que, como mucho, deja tarjetas de visita en los parabrisas de los coches,
incluso, en los aparcados frente a un colegio. Nada… de hecho, conceden
licencias de oficina -ni siquiera hoteleras- y funcionan libremente explotando
a las mujeres.
Todavía recuerdo
aquel dato demoledor hace dos años de una jurista durante las jornadas contra
la trata de personas, organizada en Granada por Help Me Please, en las que tuve
el honor de participar: entre 2012 y 2016 sólo ha habido 46 sentencias condenatorias
en causas de desarticulación de mafias de trata de personas. ¿Qué sucederá con
el macrojuicio que arranca esta semana en Málaga? ¿Veremos al fin cerrados esos
locales de abuso y explotación de mujeres? ¿Cuándo veremos a los puteros en
primera plana.
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