EDUARDO SANGUINETTI,
FILÓSOFO
Asistimos a una
situación de crisis absoluta de valores: una absoluta crisis de lo absoluto.
Para algunos un síntoma infernal de la confusión del mundo, los demonios y la
carne; para otros la conformación del ‘paraíso’ de la desigualdad, de la
acumulación, de la serialización de originales desaparecidos, de la muerte del
autor y del ‘ser’, en favor de la corporación política que se blinda y protege
de ser demonizada por una comunidad cómplice, sin condena concreta y real.
Finalmente para todos, un flujo irreversible de acontecimientos cuya
flexibilización no consigue ocultar su extremo rigor. Desacreditamos viejos
paradigmas por considerarlos inútiles, para enfrentar una nueva realidad,
cuando el equívoco es utilizarlos y la tentación más fácil es fingir una
crisis.
Pero no hay
exactamente crisis de valores, imperan unos nuevos apenas identificados, tanto
más peligrosos cuanto más invisibles a los ojos del ciudadano distraído en sus
rutinas prostibularias, de esclavo del tercer milenio cuánto menos se discuten.
Permanezco entre
seres que para seguir sobreviviendo trabajan por unos pesos, padeciendo las
decisiones criminales de un gobierno de bestias ignorantes, psicóticas,
cobardes e insensibles, programadas para hacer de la existencia del pueblo que
lo ha elegido, irresponsablemente, un Averno.
Acompaña a este
gobierno, alcahuetes operadores de medios y también de los otros, politicastros
traidores de cualquier tendencia con un sola idea: estafar y hacerse de un
botín que le permita entrar al paraíso de los delincuentes elevados a símbolo…
y no puedo dejar de mencionar a una comunidad, en su enorme mayoría, ávida,
ignorante y mezquina… fans de tendencias vacuas y banales que han ganado un
sitial de honor en este mundo siliconado.
Me ha permitido
esta sobrevivencia conocer a gente que la mitad de los días se acuesta sin
comer y se levanta sin saber si comerá en el día que debe enfrentar. Veo y
siento sus necesidades, es decir no ignoro que la mayoría de los hombres y/o
mujeres luchan o mueren en el intento de permanecer en esta tierra.
En fin, me importa
poco quién es candidato a presidente de escaparate en el 2019, sujeto-objeto
construido en las usinas, donde se cocina la realidad simulada a la que
asistimos en el día a día… sólo me interesa saber que la vida debe
experimentarse como un milagro, no como un castigo… Castigo que Macri impone en
su habitual estilo de represor vocacional, decretando que las FFAA argentinas
tengan injerencia en la seguridad interior de la República Argentina… Las FFAA
fueron creadas para defender nuestra Soberanía, Macri las precisa para
defenderse de nosotros ciudadanos argentinos. Nos está disparando a quemarropa,
somos blancos móviles de un gobierno de inútiles saturado de patologías
severas, que dicta y rige sobre nuestras vidas.
Gobierno que desde
su asunción niega el genocidio, impulsa el 2×1 para crímenes de lesa humanidad,
respalda prisión domiciliaria a genocidas, impone “modernizarse” para los
tiempos que vienen habilitando a las FFAA para la represión interna y no para ,
por ejemplo, recuperar las Islas Malvinas, cuidar del Mar Argentino y la
Antártida…cientos de buques factorías, de todas las naciones imaginables,
pescan con total impunidad en Mar Argentino, sin una fuerza naval que haga
valer los derechos de Argentina en estas geografía.
Ante esta realidad
obtusa, en la que los operadores de todas las ideologías en franca decadencia
deconstruyen la vida en libertad y la verdad de quienes nos aferramos a la
dignidad y la ética como modos de existencia. No hablaré de la historia del
espíritu, ni de las aproximaciones fisiológicas ni psicológicas. No hablaré de
las realidades perturbadoras de psicópatas represores, ni de jerarquías, ni de
corruptelas… no hablaré de religiones, de parlamentos, ni de apatías, ni de
simpatías… ¿sería necesario que hablara de todo esto?… imposible hacerlo hoy.
En la cultura de
todos los tiempos, el genio deviene en tener el sentido del Apocalipsis.
Revelación y revolución se vuelven sinónimos. Una naturaleza muerta de Cézanne,
un cuento de Cortázar, un film de Tarkovsky, una canción de Chico Buarque, un
poema de Girondo… toda poesía es apocalipsis. Sobre todo en este milenio,
cuando nuestra cultura se ha dejado domesticar por tecnócratas, por los
mea-frío y los laboriosos a sueldo fijo, preciso instalar el apocalipsis: la
revelación de un orden nuevo, que lo revolverá todo, para parir esa cultura y
arte de lo porvenir.
La alternativa, la
alteridad, es el ensayo de crear confusión en las filas de la confusión, con un
orden sutil, poner en ridículo al ridículo… sin la esclavitud de un límite, sin
la urgencia de una ruptura, proclamo en academias, bares, centros culturales y
otros antros: “todo es excusa para el coito, vanidad y correr tras el viento”.
Así pasan los días
y las horas se convierten en asuntos negociables, todo tiene valor en moneda.
El mercantilismo impuso su substancia, todo tomó forma de envoltura y nadie,
nadie explica por qué la bestia ha abierto más su apetito.
La velocidad
especula, consume al invasor. Las ideas no obstante dejan desnuda la batalla.
Ya no hay porqué ni para qué. La falsa cultura besa en la boca al enemigo y
luego lo penetra, mientras la manada se distrae y abre los brazos con signo
acogedor y complaciente… luego la manada es tomada como rehén y asiste con placer
a su exterminio.
Jóvenes ideales
pasan, hablan de referentes de algún muerto con las vísceras fuera o de pasar
con rapidez las pruebas de oposiciones y de suposiciones, de objeciones. Ya no,
ya nadie objeta nada, tú mismo puedes ser un infiltrado, un ser social o
antisocial, que importa.
Hay demasiados
muertos sin vigencia, sentenciada la calle por el prostíbulo político, que
promueve a sus candidatos fetiches en cualquier espacio…
Hemos vivido
enfrentamientos armados, censuras, exilios… Hemos visto morir a miles luchando
por ideales que jamás se cristalizaron. Todo ha continuado, en la realidad,
todo ha cambiado, en la realidad, todo ha cambiado en verdad. El dolor por el
absurdo nos atraviesa: “¿Y debemos soportar a los incontinentes sicarios de la posverdad?”
vendernos baratijas en tiendas de accesorios, ¡vaya! qué atrevidos estos
mitómanos reptilianos, ¿no? Creen que sus guiños los tomarán los valientes, los
pensantes, los que resisten todavía al poder de estos vacuos defecadores
funcionales de una historiola fundada en la simulación y el desparpajo.
Desde las oscuras
trincheras del ‘orden’ resucitan ciertos impulsos mesiánicos de liberación e
higiene frente a un mundo donde la incertidumbre es la única certeza de
filiación a lo ya experimentado, vivido y sufrido… permanecemos en una Edad
Media de alta tecnología barroca, que ya sustituye paradigmas originales.
Debemos correr el
riesgo de ser muy precisos al verificar la realidad, a pesar de provocar cierto
malestar inicial, en el camino de la resistencia y de modificar rumbos, sería
hoy el único referente lúcido para preservar la vida en poesía y naturalidad.
Hoy se impone
hablar francamente, sin dobleces, sentir, pensar y decir, son la consigna.
Mantener la lucidez, no desesperar y soportar con dignidad este tiempo de
transición, con lucidez, impedir que muera el genio, sin dejarse llevar por la
embestida del aparato represor de las ideologías de ocasión, que, repito,
triunfan hoy sin dudas en esta aldea global, con sus políticas de exterminar todo
lo maravilloso que tenía la vida en términos de principios éticos de relación,
jamás aplicados en su sentido fundacional de origen.
Lo único que se le
escapa a este tiempo sin tiempo, es una actitud plena de dignidad y ética, en
temple y conocimiento, de revelación apocalíptica. Esta es la coherencia, la
fuerza de cohesión que nos sostiene. Un instante de verdad equivale a la
eternidad: la eternidad en un instante, enfrentada al instante mercantil
descartable, desechable y perentorio.
Establezco a través
de mi apocalipsis personal, la más formidable revelación de la inmundicia
plutocrática burguesa… nada nuevo, sólo una rutina que calará hondo en el
devenir de esta tierra pródiga en exhibicionistas, chivos emisarios,
traficantes de la muerte.
Todo ha continuado
en la realidad, todo ha cambiado, todo ha cambiado en verdad. El dolor por el
absurdo nos atraviesa, a quienes no admitimos de manera alguna que la tierra
estalle, se desintegre… se aniquile la nobleza y la dignidad, valores máximos
que debemos asimilar a nuestras rutinas de existencia.
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