"NO CABE EN LA CONSTITUCIÓN", OTRA VEZ
ANA
PARDO DE VERA
"El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra". Si es presidente del Gobierno, pueden ser varias veces. Pedro Sánchez se ha reunido este jueves con el presidente de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonès, en Barcelona, lo cual ilustra muy bien la importancia que el jefe del Ejecutivo da a las relaciones con los independentistas catalanes ... por la cuenta que le trae al PSOE. Hay unos presupuestos generales que cuadrar en el Congreso, otros en Catalunya que encajar y PSOE y ERC se necesitan por algo más que por hacer virtud: se necesitan para seguir gobernando.
La reunión fue como
estaba previsto, pues lo más noticiable era el encuentro en sí, aunque se
anunció un acuerdo para el traspaso de la gestión del Ingreso Mínimo Vital (IMV)
a Catalunya y otro para ir superando el concepto inmersión lingüística,
denostada por la (ultra)derecha, y alejarse definitivamente del marco engañoso
del "bilingüismo" referido al castellano y al resto de lenguas
españolas. A él se apela cuando nunca es tal en el mensaje político, sino el
intento de imponer el castellano por encima del resto de las lenguas oficiales
y dejarlas en riesgo: si no se hablan y se hacen hablar, las lenguas
desaparecen; y no lo digo yo, sino la Historia misma. Sánchez y Aragonès se
comprometieron a garantizar el "plurilingüismo" por ley cuando los
ciudadanos/as se dirijan a la Administración, para que puedan hacerlo en la
lengua oficial que les dé la gana.
Nadie esperaba una
revolución respecto a los acuerdos entre Sánchez y Aragonès, y si alguien
mantenía alguna esperanza sobre que se avanzara el tema del referéndum, ya le
adelantó el propio presidente del Gobierno que eso, nada: se mira (se habla) y
no se toca, vino a advertir. Lo hizo en una entrevista en Rac1, previa a su
encuentro con el president catalán, y lo hizo, además, de forma
inexplicablemente torpe si se tienen en cuenta los antecedentes del PSOE: no al
pacto con Podemos, no a la amnistía, no a facilitar gobiernos de EH Bildu ... Y
ahora, con ustedes, el referéndum que "no cabe en la Constitución ni
resuelve el problema político".
Visto lo visto,
parece que a Sánchez le gustara rectificar y mostrarse ante la opinión pública
como un político en perpetua evolución hacia la virtud, ésta que lo es o no en
función de los intereses electorales. Y eso, sí, se puede hacer una vez
apelando a la cordialidad entre territorios y dentro de éstos; otra vez
apelando a la alternativa fascista; ... El problema llega cuando las
expectativas que se defraudan son las de los propios y propias una y otra vez,
otra y una vez, y comienza el desgaste, porque siempre hay un tope. Convendría,
por tanto, que las líneas rojas, cuando no hablamos de las consensuadas
universalmente -al menos, en teoría-, no pasen del respeto a los derechos humanos
y las libertades más elementales si se trata de partidos que se dicen
progresistas o de izquierdas.
Que el referéndum
sea constitucional o no -hay debate jurídico al respecto, aunque sea
minoritario el sector que lo considera dentro del marco de la norma primera- no
es un tema que deba resolverse ahora, ni mucho menos. Que los independentistas
se dirijan a su platea con sus mensajes sobre la exigencia de consulta no
significa nada por la más elemental de las razones -que esa platea también
conoce-: no hay respaldo en Catalunya en este momento para negociar la posible
convocatoria de un referéndum o como se llame (aunque la amnistía se acabó
llamando "amnistía") Hay elecciones en un año en Catalunya y la
mayoría de las fuerzas políticas del pacto de investidura (PSC, Sumar, ERC y
Junts) competirán en las urnas en un escenario muy complicado. El partido que
lidera Salvador Illa parte como favorito, pero no tanto: un año es mucho
tiempo, además, y eso lo comprobamos a diario.
¿Qué pasaría si
dentro de un año (improbable) o de cinco o nueve (más probable si llega a
gobernar el PP con lo que quede de Vox, si queda algo) el independentismo coge
fuerza y alcanza una mayoría democrática más que justificada para reclamar una
consulta? El independentismo catalán no está muerto, a lo sumo, dormido y
agotado por la última década política. ¿Vamos a volver a los errores del
pasado, a llevar a los políticos a los tribunales? Hace mucho que oigo a
dirigentes de todo pelaje, a izquierda y derecha, independentistas y no, decir
que tarde o temprano habrá referéndum y será la salida más oxigenante en
décadas para la política catalana, siempre tensionada con mayor o menor
rigidez. Decir que no cabe en la Constitución, con razón o sin ella, es, como
mínimo, sorprendente, teniendo en cuenta de dónde viene el PSOE y dónde está.
La democracia tiene un camino, siempre el mismo, y es el respeto a las urnas, a
los votos, a la soberanía popular. Si hay una mayoría legitimada en Catalunya,
Galicia, Murcia o La Rioja que pide votar su futuro, habrá que hablarlo y dar
salida a las lícitas y legales reivindicaciones populares; no someter a los
territorios y sus ciudadanos/as a tensiones de las que a corto, medio y largo
plazo haya que arrepentirse, un trágala complicado para dirigentes y bases que
no siempre sale bien. Son ganas de complicarse la vida (más).
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