Vidriosa Visión, José Rivero Vivas

 

 Vidriosa Visión

José Rivero Vivas

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José Rivero Vivas

LA DESERCIÓN – Obra: C.03 (a.03) – Cuento –

Ilustración de la cubierta: Cinco bañistas en el mar

Óleo sobre lienzo de Ernst Ludwig Kirchner.

Berlin, Brücke-Museum.

(ISBN: 978-84-18902- 36-9) – D. L.:TF 219-2022 –

Ediciones IDEA, Islas Canarias. (Año 2022)

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Víctor Ramírez

PALABRAS LIBERTARIAS

PARA UNA CONCIENCIA

CANARIA UNIVERSALISTA

Movimiento UPC

Las Palmas de Gran Canaria

Mayo de 2004

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Edita: Gallo Kíkere

Depósito Legal: TF 1075/2007

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(Fragmento: II – Págs. 19,20)

 

Siempre son fuereños los que en verdad han pensado por y para nosotros. Y lo políticamente correcto es limitarnos a papagayearles lo que se nos fuerza a memorizar de ellos. No podemos ser originales salvo en rarísimas excepciones incomprendidas o ninguneadas o a las que rápidamente se les busca y atribuye un mentor o modelo extranjero y nuestros méritos sólo podrán ser medidos según la altura de cuanto copiemos o glosemos a lo creado por otros. El entendimiento no nos pertenece.

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José Rivero Vivas

VIDRIOSA VISIÓN

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Alguien, de la clase atropellada –auténtica raigambre por nacimiento-, profiere rudas andanadas, envueltas en sorna, contra quien se mantiene enhiesto, pese a la enorme dificultad por que atraviesa, en distintas etapas de su azarosa existencia; mientras, el otro parece vivir bien, aun cuando haya de hacer pronta y grave genuflexión ante el inflexible jerarca, cual raudo propaga el emisario esponsorizado, presto a mostrar su gratitud, con objeto de afianzar y aun lucir su brazalete y su chapa.

Aborrecer su abolengo es característica de seres alienados, que suelen decir del poderoso: ¡Es un amigo mío!... ¿Cómo es posible? Encima hacen burla de quien se mantiene fiel a su raíz, increpándole por su filiación política, sin intuir que este ciudadano, hombre o mujer, elige siempre la opción que mayor contrariedad provoque en el potentado, presunto patrocinador, generoso y sensible, a quien se le arroga proveer medios solventes a la sociedad, para su pródigo desarrollo y codiciado bienestar.

Cierto es que hay quien está dispuesto a disfrutar ahora la feble dádiva en su extensa diversidad. Ello lo obliga a abjurar de su origen, al par que odia a quien se erige recto dentro del angosto margen, con vertical repecho, casi inaccesible, para el ser desprovisto de aparejos con que emprender el ascenso a la inviolable cúspide fulgurosa.

 

José Rivero Vivas - CASAHUECA – Obra: NL.17 (a.91)  - Novela –

Ilustración de la cubierta: Casa Verde, 1907

Óleo sobre lienzo de Ernst Ludwig Kirchner.

(ISBN 978-84-8382-098-8) – D. L.: TF -1132- 2007 -

Ediciones IDEA, Islas Canarias. (Año 2007).

Al ser rechazado por la comunidad que integra, Gráfulo se ve obligado a escribir sin pausa, hecho que, como consecuencia inmediata, es traducido en condena impuesta por sus vecinos: gente que lo cerca, familiares y amigos. Gráfulo, prácticamente incomunicado, no cesa de emborronar incansablemente; falto, sin embargo, de tema con que llenar el montón de folios que reposa sobre su mesa, recurre a contar las experiencias de Joe Brown, seudónimo de Pepito Moreno:

Entusiasmado por su amigo Sam Taylor, este muchacho decide viajar a España, donde conoce a Petra, quien lo hace olvidar a Kathy, su novia en Inglaterra, adonde fue con sus padres, que emigraron en busca de trabajo cuando España permanecía atada a su anterior vivencia. Sam Taylor aprovecha su ausencia para emparejarse con Kathy, burlando a Joe Brown, quien se consuela con la proximidad de Petra, a la que más tarde seduce Sam Taylor, por cuya causa, Joe Brown, con una piedra en la mano, lleno de ira comete su acto de violencia, el cual acaba en tremendo desaguisado.

Solo completamente, aunque rodeado de todos, en el lugar donde reside, recibe a Cirenia, quien con frecuencia se le aparece, en esporádica visita, para señalarle despropósitos y desaciertos que, en torpe descuido, salpican su narración.

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José Rivero Vivas

LA DESERCIÓN

LA SOMBRA DEL FANTASMA

(Fragmento: Págs. 162-164)

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El viejo Nicolás era hombre de honda sabiduría, por años de vida, que se le acumularon sin darse cuenta. Decía poco y observaba el temor cundido entre sus vecinos; mas, aunque sospechaba la causa, no la dejaba aflorar a su rostro que, pese a las arrugas, aparecía hierático, con lo que mantenía su reserva y su firme secreto.

Las mujeres, en cambio, se manifestaban libremente, notificando a las claras su contento por la futura llegada del fantasma, cosa que muy bien podía achacarse a cierto morbo sexual que las llevaba a identificarlo con el estrangulador de diversas ciudades, en distintas naciones de uno y otro lado del Atlántico. Quién sabe. Estaban exultantes, de gozo y ansias; no por el dinero que, según comentarios, daría a ganar con su arribada. Habría, para ofertarle, sillitas, manguitos, costuras, melindres y fruslerías; todo se le vendería, porque con seguridad podía comprarlo, con lo que el pueblo iba a convertirse en rico escaparate que sus vecinos envidiarían. Claro es, las mujeres, mayormente, quedarían en casa, aguardando el regreso del marido, quien habría de partirse el lomo, como fuere, para obtener su salario en el dinero que el fantasma gastara.

Esto, precisamente, era lo que amargaba a Domingo, acostumbrado a dormitar sobre el mostrador, sin más movimiento que servir algunos vasos de vino el día de fiesta. Como él, casi todos: no había muchos en Chimbades con ganas de tratar la nueva situación: su substancia, vaporosa, los tenía indiferentes; mas, su concreción los abrumaba.

Una junta fue creada para luchar contra los acaudalados, que acuciantes activaban la urgente venida del fantasma. La junta llegó a un acuerdo con aquellos señores omnipotentes, que fue hacerse barbas por detrás del gran teatro; con ello, la venida del anunciado espectro, quedó definitivamente determinada.

El viejo Nicolás dijo:

-Al miserable, con untarle el bezo se le torna criminal en potencia -y, como al azar, señaló hacia la sede de la junta.

Cecilio rió aprobatoriamente la sentencia del viejo, y se ganó la antipatía de Jacobito, su presidente actual. 

Éste, tan pronto tuvo ocasión, proclamó:

-Si no fuera por los elementos negativos de nuestra comunidad, Chimbades estuviera a la cabeza de la nación.

-¡Bravo! -corearon sus prosélitos.

Tuvo resonancia su declaración, porque la gente pasó a considerarlo eficiente adalid, que cargaba a sus espaldas la defensa de sus conciudadanos. Jacobito se infló y creció a la vista de los demás, y hasta presentó dificultades a los magnates de la economía insular.

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José Rivero Vivas

LA DESERCIÓN

LA SOMBRA DEL FANTASMA

(Fragmento: Págs. 162-164)

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José Rivero Vivas

LA DESERCIÓN – Obra: C.03 (a.03) – Cuento –

Ilustración de la cubierta: Cinco bañistas en el mar

Óleo sobre lienzo de Ernst Ludwig Kirchner.

Berlin, Brücke-Museum.

(ISBN: 978-84-18902- 36-9) – D. L.:TF 219-2022 –

Ediciones IDEA, Islas Canarias. (Año 2022)

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 Vidriosa Visión

José Rivero Vivas

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Tenerife

Islas Canarias

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