MALDITAS SEAN LAS GUERRAS
POR VICTOR ARROGANTE
Malditas sean las guerras y los canallas que las hacen, fue la frase de Julio Anguita, que hago mía, después de que su hijo Julio A. Parrado, falleciera en Irak al ser alcanzado por un misil, en un ataque realizado por el ejército iraquí en su ofensiva contra la capital, mientras realizaba labores de corresponsal de guerra. Desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial ha habido más de doscientos enfrentamientos armados en más de ciento cincuenta lugares del mundo. Guerra tras guerra, violencia constante, masacres y genocidios, odio, destrucción y muerte, hasta llegar a nuestros días, en los que seguimos como siempre.
Observemos desde
las alturas las guerras en la historia. Pero no voy a citar las del Peloponeso,
ni las Termópilas, las Púnicas o Médicas; ni las de Egipto, ni de la Roma
Imperial. Ni la de los Hunos, ni la de los otros. No quiero ni recordar las
Cruzadas. Ni las de la colonización de las Américas, ni la de secesión
norteamericana, ni las imperialistas o de colonización europea, las
napoleónicas, las de sucesión en Castilla o las Carlistas borbónicas o la de la
Independencia. De aquellos polvos, son estos lodos. Siempre igual. Guerras por
el dios verdadero, por los dioses del Olimpo o el del dinero. Desaparecidos en
Chile y Argentina y en tantos otros lugares en la historia. Ahora en
Afganistán, abierto en canal y todo por ver con los talibanes en el poder.
Tampoco me voy a
referir a las del siglo próximo pasado, modelos de la barbarie occidental. En
Rusia, China, Japón, Corea, Vietnam y las recientes yugoslavas. Ni siquiera me
voy a referir a la guerra española de 1936. Demasiadas víctimas están
pendientes de la reparación que el Estado les debe. En España hay 140.000
desaparecidos, según la Plataforma de Víctimas de Desapariciones Forzadas por
el Franquismo, los perdedores de la guerra, esparcidos sin identificar por
cunetas y fosas comunes.
La Primera Guerra
Mundial o Gran Guerra fue un conflicto armado que tuvo lugar entre 1914 y 1918,
y que produjo más de 10 millones de bajas. Se produjo por la rivalidad entre
las potencias imperialistas. Fue en su momento el más sangriento de la
historia. Por su parte la Segunda Guerra Mundial ha sido, hasta el momento, el
conflicto armado más grande y sangriento de la historia en el que se
enfrentaron las Potencias Aliadas y las Potencias del Eje, entre 1939 y 1945.
Participaron más de setenta países en combates aéreos, navales y terrestres.
Murió alrededor del 2% de la población mundial de la época (unos 60 millones de
personas), en su mayor parte civiles.
Ha habido guerras
de cien años, seis días o treinta y ocho minutos; de las naranjas y de las
Malvinas y las mandarinas chinas contra Japón. Se terminó la guerra fría, pero
sigue habiendo guerras calientes por interés geoestratégico. Guerras que caen
en el olvido, por las noticias frescas de otras guerras: nucleares, químicas o
bacteriológicas, de información y económicas; contra el terrorismo o contra el
narcotráfico. Guerra santa, relámpago o eterna. También guerra total o madre de
todas las guerras. Pocas contra la miseria y la pobreza. Abundantes contra el
bienestar y los derechos de los «miserables».
Hasta diez guerras
y conflictos activos identifica Ayuda en Acción en 2021: La ONU estima que cuatro
millones de personas necesitan asistencia humanitaria en Camerún. Los
conflictos armados se concentran en el norte del país (debido a ataques
yihaidistas) y en el oeste, en una guerra que desde 2017 enfrenta a los grupos
separatistas con el Gobierno. Preocupa especialmente la situación de
inseguridad en la que se encuentran escuelas y docentes: están el punto de mira
de los grupos armados que apoyan a los separatistas.
Etiopía situado en
el Cuerno de África lleva tiempo viviendo una tensa situación política,
agravada el último año por la escalada de violencia de carácter étnico y las
crecientes hostilidades en la región de Tigray. El conflicto estalló en esta
zona etíope en noviembre, cuando el gobierno iniciaba una ofensiva militar
contra el Frente de Liberación Popular de Tigray.
A los daños
provocados por los ciclones Kenneth e Idai y la crisis sanitaria por la
COVID-19, se suma la creciente violencia e inseguridad en varias regiones de
Mozambique. Los ataques de grupos yihaidistas se ha intensificado desde marzo y
el Estado Islámico de África Central se hecho con el control de algunas
localidades. Todo ello ha provocado que se agrave la situación humanitaria y la
seguridad alimentaria de la población. Pero también ha tenido como consecuencia
el incremento del número de desplazados internos. La ONU estima que, incluyendo
a las comunidades de acogida, el conflicto afecta directamente a 1,3 millones
de personas.
Si hablamos de
conflictos activos en 2021 no podemos olvidar Oriente Próximo, región del mundo
que alberga uno de los más longevos de nuestra Historia. Es el caso de la lucha
entre Israel y Palestina, cuya solución parece cada vez más difícil. De un
lado, Palestina sigue reclamando a la comunidad internacional su reconocimiento
como Estado. Por su parte, Israel −con el apoyo de Estados Unidos− está
consiguiendo el reconocimiento de más países.
El Sáhara
Occidental, es una de las últimas las regiones en el mundo que se ha unido a la
triste lista de guerras y conflictos activos en 2021. Tras casi 30 años de alto
al fuego entre el gobierno marroquí y el Frente Polisario, este se rompía el
pasado mes de octubre. El detonante se produjo en el paso fronterizo de
Guerguerat, cuando el ejército marroquí penetraba en la zona para desalojar a
un grupo de saharauis que habían acampado en la pista con el objetivo de
interrumpir el tránsito de mercancías.
Sahel en árabe
significa borde o costa; está situado entre el desierto del Sáhara (al norte) y
la boscosa sabana sudanesa (al sur). Comprende 11 países, muchos de ellos se
encuentran entre los más pobres del mundo y cubre una distancia de 5.400 km.
Esta zona está marcada por la presencia de milicias y grupos terroristas,
especialmente en Nigeria. La ONU alertaba hace unos meses que las necesidades
humanitarias en la región están alcanzando niveles históricos. La violencia y
los efectos del cambio climático, entre las causas más destacadas, están
provocando el aumento del desplazamiento interno y el incremento de la
inseguridad alimentaria.
La guerra de Siria
cumple 10 años. El conflicto armado comenzaba para derrocar al presidente
Bashar Al Assad. Aunque el Gobierno ha recuperado el control de buena parte del
territorio y se han rebajado las tensiones, no se ha llegado a un acuerdo para
el alto al fuego y los ataques se siguen produciendo. Tras una década de
conflicto la ONU estima que ocho de cada diez sirios viven en condiciones de
pobreza y prevé que su situación empeore. Precisamente debido al conflicto
armado, 5,5 millones de sirios han buscado refugio en países vecinos como
Turquía o Líbano. Siria se enfrenta a una grave crisis económica y los
refugiados ya suponen casi una cuarta parte de su población.
El 27 de diciembre
era una fecha clave para detener la escalada de violencia persistente en la
República Centroafricana desde 2012. Con las elecciones que se celebraban ese
día se pretendía consolidar el acuerdo de paz firmado por el Gobierno y catorce
grupos rebeldes hace dos años. Sin embargo, seis de estos grupos se alzaron en
nueva rebelión, logrando controlar varias localidades y tratan de tomar Bangui,
la capital del país.
Desde hace seis
años la población yemení está sumida en una guerra civil. Esta se inició como
consecuencia de un golpe de Estado que ha dividido en tres partes el país. La
norte, controlada por los huthis tiene el respaldo de Irán y, en el sur,
conviven dos fuerzas: las separatistas y los seguidores del presidente Al-Hadi.
Lejos de mejorar, la situación ha empeorado el pasado 2020 con el
recrudecimiento del conflicto. Las cifras de desnutrición infantil se han
disparado. Yemen se sitúa, como la mayor crisis humanitaria a nivel mundial.
En Afganistán, en
febrero del año pasado se iniciaban las conversaciones de paz entre los
talibanes y el gobierno afgano. Con la salida de Estados Unidos del país, los
talibanes se han hecho con el poder y formarán gobierno siguiendo los
principios de la ley islámica, excluyendo a las mujeres. Si bien la guerra
dicen que ha terminado, queda pendiente su relación con el Estado islámico
presente en Afganistán y con la propia población afgana. De hecho, el jefe del
Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, ha advertido del probable desarrollo
de una guerra civil en Afganistán, la cual conduciría a la reconstitución de Al
Qaeda o el crecimiento de Estado Islámico.
Hay otros
conflictos que sin llegar a ser guerras abiertas, originan sufrimiento y muerte
a la población, y graves crisis políticas, con consecuencias económicas
catastróficas. No me refiero a las guerras de guerrillas, ni a los conflictos
territoriales ni a los movimientos de liberación e independencia del pasado,
sino a los actuales. Me refiero a los conflictos políticos y sociales que se
producen en América Latina (Colombia, Ecuador, Guatemala, México, Nicaragua,
Perú o Venezuela). Hablaremos sobre ello.
La guerra saca lo
peor del ser humano. Las guerras han cambiado poco en la historia, si acaso los
instrumentos para la destrucción, el sufrimiento y la muerte. Estamos en las
guerras de cuarta generación −guerra de guerrillas, guerra asimétrica, guerra
de baja intensidad, guerra sucia, terrorismo de Estado u operaciones
encubiertas−. En este tipo de guerras no tiene por que haber enfrentamiento
entre ejércitos regulares. Usan drones y las víctimas −civiles, mujeres y niños
inocentes− son llamadas daños colaterales. EEUU ha creado un mundo de guerras
interminables. En 2008, muchos de los simpatizantes de Barack Obama (Premio
Nobel de la Paz) tenían la esperanza de que pusiera fin a la guerra global
contra el terrorismo, pero optó por extenderla y sus sucesores no han hecho
nada para cambiar el rumbo belicista.
Maldigo al dios de
la guerra y a sus señores, a los guerreros que combaten y a los generales que
ordenan; a los canallas que las provocan y a quienes se benefician de la destrucción
y del dolor inocente. #NOalaGuerra.
Víctor Arrogante
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