BORRELL, CRECIDO ANTE RUSIA Y
SERVIL ANTE MARRUECOS
DAVID BOLLERO
Si no se tratara de un asunto tan serio, resultaría hasta cómico ver al Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, tan gallito con Rusia y, en cambio, sumiso y servil ante Marruecos. El modo en que se creció ayer en la Comisión Europea para defender su postura respecto al opositor ruso Alexei Navalni choca frontalmente con el modo en que evita condenar la ruptura del alto el fuego de Marruecos el pasado 13 de noviembre y su ocupación ilegal del Sáhara Occidental desde hace 46 años.
La historia de Borrell en la cuestión saharaui es una sucesión de despropósitos, de hipocresías y servidumbres al reino alauí, tanto desde la esfera pública como privada. En alguno de sus paréntesis en la política (2009-2010) se sumó a la larga lista de personalidades políticas que Abengoa acostumbra a fichar. La empresa sevillana, con fuertes lazos comerciales con Marruecos, incluso, en el Sáhara Occidental ilegalmente ocupado, lo fichó para su consejo de administración y para el consejo asesor internacional. Posteriormente, no está de más recordarlo, la venta de acciones de Abengoa por parte de Borrell aprovechándose de información privilegiada -la CNMV le multó por ello con 30.000 euros- fue un asunto muy sonado que a punto estuvo de hacer volar por los aires su candidatura al actual cargo europeo.
Como titular de
Exteriores, el ahora Alto Representante de la UE para Política Exterior también
ha hecho de las suyas, evidenciando su 'cariño' por Marruecos. Especialmente
destacado, por su torpeza o cinismo (o ambas), fue el momento en el que en 2018
llegó a negar que España sea la potencia administradora del Sáhara Occidental,
como territorio no descolonizado que es. Se oponía así, no sólo a lo
establecido por el Derecho Internacional y los autos de la Corte Internacional
de Justicia de La Haya, sino al auto del que ahora es ministro del Interior y
en 2014 magistrado de la Audiencia Nacional, Fernando Grande-Marlaska, que
estableció que "las resoluciones
aprobadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas, y los informes de su
Secretario General, la Potencia Administradora del Sáhara Occidental sigue
siendo España, aunque lo sea de iure pero no de facto hasta que finalice el
periodo de la descolonización, tiene las obligaciones recogidas en los artículos
73 y 74 de la Carta de Naciones Unidas".
Con estos
antecedentes, no puede decirse que sorprenda que mientras con Rusia enarbola la
bandera de la justicia y la libertad, con el Sáhara Occidental se escuda en las
resoluciones de la ONU que desde hace tres décadas se incumplen, mientras
Marruecos viola sistemáticamente los Derechos Humanos del pueblo saharaui y
expolia sus recursos naturales comercializándolos, principalmente, con España y
la Unión Europea.
Borrell es uno de
tantos personajes infames que manejan diferente rasero en función de
determinados intereses, sin guiarse ni por principios, moral o justicia. Ni
siquiera ahora, en plena guerra del Sáhara Occidental, es capaz de
envalentonarse como con Rusia para evitar las barbaridades que está cometiendo
Marruecos en los Territorios Ocupados. Y lo que todavía sabe peor, cuenta para
ello con la complicidad de la inmensa mayoría de los medios de comunicación,
que bloquean informativamente la cruda realidad.
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