LOS LÍMITES SE HAN ROTO
EDUARDO SANGUINETTI
FILÓSOFO Y POETA.
Los límites se han roto, viejo slogan aplicable al estado de cosas que vive y sufre Argentina hace décadas, potenciada en este milenio de los grandes boatos escatológicos, de un mundo donde toda ilusión de autonomía se vio conmocionada de modo superlativo, al haberse cerrado los canales informativos, que en la vertiente del gran juego mediático, el pacto de credibilidad ha desaparecido.
Las impresiones
dominantes en las superficies penetraron en las profundidades del tejido
social, degradando al ciudadano en su esencia, cuál víctima propiciatoria de
gobiernos que se replican elección tras elección, sin variaciones, con los
mismos funestos personajes de la política entreguista, desinteresados de las
prisas del ciudadano que le ha otorgado el voto, de medios mafiosos
corporativos y farándula devenida en operadores de la cultura chatarra de este
tiempo, donde la vida devino en una hipótesis de supervivencia… de los
mencionados sujetos-objetos, desintegrados de identidad cultural, social y
política, se conocen todos los tránsitos fraudulentos que sortearon para trepar
la pirámide de la “intrascendencia”, paseantes de los más diversos espacios que
hacen a la farsa espectacular a la que asiste un pueblo sin ánimos de
inventarse "glorias"... El deseo de dar un giro de 180° se ve
postergado por los mandaderos y mandarines del poder local, representado por
los "pichis" del festival rabelesiano a destiempo que rigen la fiesta
´para tilingos de la Gran Aldea.
¿Dudan de que es
preciso, indispensable y necesario contestar a este sistema imperante con actos
concretos y visibles? Ya conocemos las dificultades que tenemos los que
intentamos comunicar excitaciones e inquietudes que devengan en un cambio de
paradigma, desde un ambiente ‘totalmente en movimiento’ a otro ‘totalmente
cerrado’… basta mostrar un mínimo de entusiasmo o participación frente a un
país “que lo está poniendo todo en discusión”, para que nos caigan encima las
reacciones de la iracunda pereza, las ironías de la periferia que se toma por
centro, los escarnios del escepticismo “que la sabe lunga”…y la habitual “falsa
modestia”, tan asimilada a la rutina argenta.
Aunque, bastan unos
años para individualizar las características del nuevo ‘sistema’ que se ha
venido soldando en este milenio de la simulación, es posible aventurar: una
negligente autocomplacencia, un calculado aprovechamiento político de “maneras”
y “manías” simpáticas para los alcahuetes de turno, una desmesurada avidez de
alabanzas sistemáticas de los mercenarios de medios corporativos... ¿con qué
finalidad?, una temible intolerancia desde este poder omnímodo que pretende
manejar la vida de un pueblo, y la censura inmediata de cualquier disentimiento
crítico que presente el ‘peligro’ de algún diálogo serio, de poner en juego
algunos valores hoy inexistentes... no olvidemos que la pandemia ha dejado al
desnudo el accionar genocida de 40 años de neoliberalismo que sigue rigiendo
los destinos de la humanidad... y Biden ha llegado a la presidencia de Estados
Unidos de Norte América, montando su caballo de plazoleta, con el 7° de
caballería a salvar al imperio y seguir sojuzgando colonias... Trump se fue con
su circo a otra parte... China se alza como superpotencia, luego de inventar en
laboratorio periférico, un virus mortal, regalo para la humanidad, que se
cocina un porvenir sin huellas... no se ignora que la huella, por su
insistencia, transmuta el recuerdo individual en social. Saber es acordarse,
recuerda el esclavo geómetra de Menón. Hacer no lo es menos ¿caben dudas?
¿Qué ha sucedido en
Argentina?: un sistema político-cultural artificiosamente unitario, animado de
contradicciones fundamentales y repugnancias reprimidas, sin dialéctica,
contestación u oposición legítima, sin fermentos, inmóvil… sistema, hoy
representado por un frente nacional y popular, que ha sabido ganar una
oposición psicópata, ávida y mezquina, los blindados offshore, con perfil
conservador, “gorila”, careta, mentiroso, con sus controversias artificiosas,
fetichizantes de la vida, militantes de la pandemia neoliberal, un retorno a la
dictadura, disfrazada de democracia: “los hijos de Videla”, hoy la oposición
que continúa “con las botas puestas”.
Para quienes deseen
conocer la verdad de lo real, acerca del relato de vida de personeros del poder
-los siempre presentes corporacionistas del “curro”-, existe amplia
bibliografía, compuesta por cientos de films y libros, construidos por
talentosos y valientes creadores, historiadores, que desde su exilio, dejaron
bien expresada la trama mafiosa que ha creado el caos en que está empantanada
Argentina... y hoy cual alegoría pos verdadera, los rentados escribas de las
corporaciones abocados a construir una historiola, de un presente
ficcionalizado, a conveniencia de los políticos “medio pelo”, asimilados a una
larga serie de discursos mentirosos, que disputan legitimidad, desde lo falaz,
para ser lanzados desde el púlpito de la catedral de la roña.
Finalizó afirmando,
que el respeto hacia maestros debe ser prioritario en un sistema educativo y en
la comunidad toda. Jamás utilizarlos especulativamente para campaña electoral,
como ocurre hoy en Argentina. Debería ser de las profesiones mejor pagas, con
capacitación bianual para el cuerpo docente.
Lo anterior, lo
señalo puesto pareciera los grotescos funcionarios del gobierno de CABA,
plantean inicio de clases, con el extremo peligro que entraña, pues el Covid-19
sobrevuela el planeta, sin dar pausa, cobrándose miles de muertes y colapsando
sistemas sanitarios, incluso de países del denominado primer mundo… ¿el
gobierno nacional seguirá mostrando tibieza ante los discursos en contra del
docente, como sujeto social, asimilado a la irresponsabilidad que ha mostrado
el PRO siempre en contra de las urgencias de la comunidad, en salud y
educación?, ¿seguirán asimilándose a lo impuesto por los violentos PRO, algunos
funcionarios dicotómicos del gobierno, en el instante preciso de tomar medidas
a favor de la existencia personal de un pueblo, huérfano de espejos?
La incertidumbre
reina en una Argentina, sin rumbo aparente, donde insisto, “los límites se han
roto”… el trabajo de desencantamiento no tiene fin. Contratiempos previsibles,
que no impedirán encontrar algún estímulo maníaco en las palabras de Hegel: “Si
la realidad es inconcebible, será preciso que forjemos conceptos
inconcebibles”.
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