DESDE GALICIA A CUBA
QUICOPURRIÑOS.
En Galicia, como en media España, en 1935 la situación era difícil, muy complicada, hambre y sin perspectivas de ir a mejor. Y la salida era emigrar. Hacia países que prometían o parecían ser el dorado. Cuba, la perla del Caribe, era uno de los destinos soñados para esos desesperados. Como para los africanos lo es hoy Europa. Y hacia allí partió Gumersindo Purriños Fresco, con su hermano Manuel. No sé en qué condiciones fue su travesía, pues, lo habitual entonces, es que fuera en barcos clandestinos, con dudosas garantías de flotabilidad o de llegar a destino. Y pagando, por ese viaje unas cantidades de dinero inimaginables. Lo mismo que hacen hoy los africanos que emprenden viaje hacia Europa entrando por Canarias o por el Sur de la Península.
Otro destino soñado era Venezuela. Cuantos
canarios cruzaron el charco arriesgando su vida. Telémaco. Ese es el nombre de
un barco que en 1950 partió de la Gomera, con 171 pasajeros a bordo, cuando su
capacidad era de 27. Pagaron por el viaje de 3.000 a 5000 pesetas de la época,
cuando el sueldo diario no llegaba a 15 pesetas. Salió en Agosto y la travesía se demoró más
de un mes. Un huracán o dos, dejó al barco sin motor, ni comida ni agua a
bordo, teniendo que seguir a vela. De los 170 pasajeros, solo había una Mujer,
Teresa García Arteaga, que murió con 91 años en Venezuela, con 91 años, en el
año 2018. También viajaba José Chinea Chinea, que trabajara en Venezuela en una
Estación de Servicios y volvió a Tenerife y se compró un taxi y una casa en
Tincer, o Paulino García Aguilar, pariente de mi colega abogado, mi querido
amigo Rolando, Rolandito, Neno. Cambiaron el rumbo, por la tormenta, y se
dirigieron a Martinica, donde fueron recibidos por la población, que les
acogieron y dieron habitación y alimentos. Esos canarios, que buscaban el
dorado, que cruzaban el atlántico arriesgando su vida, en busca de un mundo
mejor, no habían visto negros en su vida. Y los negros los acogieron. Ahora a
Canarias llegan negros. Sí, negros, los que llegaron a Martinica, esos
Canarios, eran blancos, y fueron acogidos por negros.
Ahora, en Canarias, con los flujos
migratorios, con la llegada de pateras y cayucos, nos olvidamos que fuimos
emigrantes, que hicimos lo mismo, porque cuando un ser humano necesita
sobrevivir, haces, tienes que hacer, por ti, y por los tuyos, lo que sea.
El
gallego, llegó a Cuba, y se casó con Isabel, con la que tuvo cuatro hijos.
Descendencia de la que sale entre otras, una nieta, Mayra Pérez Purriños a la
que he tenido la fortuna de conocer gracias a internet y con la que me comunico
con frecuencia y con mucho afecto. Me alegro mucho de que los medios permitan
este reencuentro con familiares desperdigados por el mundo.
Ese
gallego, socarrón y de pocas palabras, pasearía en solitario más de un día por el malecón, parándose, supongo, a mirar
el atardecer, cuando caía el sol, el horizonte, intentando ver, desde la
distancia, a su Galicia, sintiendo mucha morriña, de su Pontevedra natal.
Quicopurriños. septiembre 2020
Soy otro de los nietos de Gumersindo
ResponderEliminarPurriños. Es una tremenda sorpresa que sobre esa persona se haya inspirado para redactar este pequeño pasaje de vida de nuestro abuelo. A sabiendas que mi hermana Mayra tiene datos probados de los ascendentes de nuestra familia es una lástima no haya podido hacer adecuadamente uso de los mismos y poder con ello quizás lograr un acercamiento de nuestra familia actual si es que ellos lo consideraran. Gracias.