EXPERTOS EN REPRESIÓN RECLAMAN LIBERTAD
DAVID BOLLERO
El pasado viernes
exponía cómo mientras en algunos barrios ricos se moviliza la vecindad para
protestar contra las medidas para combatir el COVID-19, en otros más pobres lo
hace para tejer una red de solidaridad con los colectivos más vulnerables.
Diferentes modos de entender el patriotismo, supongo. Detrás de las primeras
protestas, se extiende una visión falaz de supresión de libertad, de represión
de manifestaciones contrarias al Gobierno, de violación de la libertad de
expresión. Un argumentario que, como en otros puntos de Europa, promueve la
extrema-derecha (Vox) pero también el PP, con representantes como el gallego
Alberto Núñez Feijóo o el andaluz Juan Manuel Moreno.
En la columna de la
semana pasada ya exponía que no se está produciendo tal represión del derecho
de manifestación; tan sólo se vela porque, tal y como ha establecido nuestro
gobierno con el aval del Congreso -no sólo PSOE y UP-, se mantengan las medidas
de distanciamiento social para evitar nuevos contagios. Sorprende que en el PP
no sepan distinguir entre eso y la represión cuando, precisamente, l@s
populares legalizaron ésta última con su Ley Mordaza.
Durante el Gobierno
de Mariano Rajoy, desde su entrada en vigor el 1 de julio de 2015 al 31 de
diciembre de 2017, al amparo de la Ley Mordaza se impusieron una media de 80
multas diarias contra la libertad de expresión. Así lo denunciaba Amnistía
Internacional, que destacaba que "la Ley Mordaza se ha utilizado
específicamente contra activistas que defienden el derecho a la vivienda o al
medioambiente, obstaculizando su derecho a expresar sus reivindicaciones de
manera pacífica".
Amnistía
Internacional advertía de la arbitrariedad de la policía y la ausencia de
mecanismos de supervisión de la actuación policial. Precisamente gracias a ello,
el gobierno del PP creó el escenario perfecto para que durante el mandato de
Rajoy, entre julio de 2015 y marzo de 2018, cada 30 minutos de media se multara a una persona por una presunta, y
nada delimitada, "falta de respeto y/o consideración" a los agentes.
Con estos niveles
de represión ejecutados por el PP, resulta inaudito ahora que a l@s de Génova
les cueste tanto diferenciar entre lo que promovió su gobierno y lo que
realmente está sucediendo ahora. Imagino que es otra de las contradicciones a
que nos tienen acostumbrados l@s populares y sus seguidores. Las mismas
manifestaciones/caceroladas que protestan contra el Ejecutivo liderado por
Pedro Sánchez son en sí mismas una contradicción:
Protestan contra la
gestión del Gobierno, criticando número de contagios y fallecimientos y, sin
embargo, violan las normas dictadas por la OMS para evitar contagios por
coronavirus. Es absurdo, tanto como apropiarse de la bandera nacional,
sugiriendo que las medidas adoptadas por el Gobierno buscan premeditamente hace
daño a la nación.
Esas caceroladas,
gestadas precisamente en Madrid, foco de la pandemia y donde de manera más
lenta e insuficiente su gobierno autonómico está preparándose para un posible
rebrote, reclaman el levantamiento del Estado de Alarma. No está claro, porque
ni siquiera hay unanimidad entre juristas de renombre, que exista otro
mecanismo legal para limitar la libre circulación entre provincias. Quiere
decir esto que, en caso de que el Congreso no autorice una nueva prórroga esta
semana, esas mismas personas enfundadas en rojo y gualda, cacerola en mano y
sin tomar medidas básicas anticontagio, andarían por toda España sin que el
sistema sanitario esté aun listo para hacer frente a un rebrote de la pandemia.
Y gritan "libertad".
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