lunes, 26 de septiembre de 2016

SEDIMENTOS DE MEMORIA

SEDIMENTOS DE MEMORIA
POR: EDUARDO SANGUINETTI,
 FILÓSOFO
Un nuevo estatuto de la experiencia ética y estética, conforma el denominado “nuevo orden mundial”, devenido en el accionar atroz de las corporaciones multinacionales, que en tendencia neoliberal, esclavizan y dominan a la comunidad, conformando en matrix, el mundo en que pretenden vivamos.
“El Neoliberalismo celebra un culto cuya liturgia es el dinero, activo incorpóreo por el que las mayorías ofrendan sus existencias”. El dinero es todo, es Dios, deidad suprema del mundo que intentamos habitar.
El sistema neoliberal que reina, sin dudas, instala el paradigma que establece como razón primera del denominado ¿desarrollo?, el saqueo de los recursos naturales de los países menos ¿desarrollados?, a fin de producir, sin sentido vital, productos desechables, para los consumidores de todo lo que se les ofrece, luego de ser publicitados como panaceas de “un mundo a vivir”, ¿curioso no?… utilizar la misma frase, para fines anacrónicos.
Este paradigma del imperio y sus gobernantes funcionales Bahamas Leaks, es decir, quienes negocian y hacen pactos con la desmesura del sistema neoliberal, no solo conduce a rutilantes descontentos sociales, pues los habitantes del mundo que no se pliegan a la mentira oficial, se están manifestando contra el régimen de una democracia que no desean y no les abastece de lo preciso y necesario para transitar una existencia que deba ser digna de ser experimentada.
Todo esto, sumado a un creciente desasosiego político indeciso y pragmático en el momento de tomar decisiones y no quedarse en la mera enunciación de buenas intenciones, ¡ya no!, los desastres ambientales, la desculturalización de las nue vas generaciones es un hecho, grave de por sí, pues la memoria no perdura y la historia oficial, fraguada en las usinas del pensamiento mercantilista, ha sentado reales, condenando a la humanidad, que habita el planeta hoy y a la futura, a la miseria del conocimiento y de la ausencia de responsabilidad que deviene de este.
Y si deseamos permanecer en un mundo donde la mentira y la avidez sean erradicadas de una buena vez, demos espacio a la “práctica de la verdad” en libertad, pues uno sin la otra no tienen razón de ser, ni siquiera en lo lúdico. ¿Qué sentido tiene poner por escrito los signos de “fin de fiesta” de la estafa a las que nos ha sometido un gobierno de financistas offshore, estético provisorio del no ser y no estar, en Argentina, tierra de “Ficciones” borgeanas? Mi pregunta va dirigida a periodistas y comunicadores rentados, que en calidad de ‘notarios’, ‘escribas’ de las macro corporaciones económico-mediáticas, pretenden llamar la atención, otorgando en malogrados discursos y escritos de barricada, devenidos en profecías del pasado, noticias trucadas y un tanto ingenuas del más brillante amarillo cadmio, que anuncian que nada cambiará en este país: la acumulación de millones en el “dulce hogar” de altos funcionarios, la inseguridad de los ciudadanos reglamentados y reprimidos en su afán de tener una existencia digna de ser experimentada, la justicia de la mano del poder, la ignorancia, la compra de aplausos faranduleros, la mediocridad reinante, el asesinato, la mentira cual norma de comportamiento retórico, la incapacidad, la corruptela, seguirán siendo el flagelo de una comunidad temerosa y sin destino… de un tiempo y un pueblo que han dejado de ser en absoluto a mis ojos y sentir, en el más estricto sentido ontológico… que “han dejado de ser y vivir de este lado del mundo”… no los percibo como habitantes de esta tierra, más bien son parte del magnífico ensayo del gran Adolfo Bioy Casares: “La Invención de Morel”.
No olvidemos nunca, que nuestra libertad es una vía única y a partir de ese momento no hay otra vía… ella nos arrancia de nuestra sombra, para hacernos participar de los que somos o deberíamos ser… se hace destino. Nuestra Libertad nos obliga a cada instante a comprometerla, con ‘valentía’ y dignidad en ser y saber, de la irremediable lucha contra las fuerzas del odio, de la mentira, de la cobardía y de la avidez.
El hombre que se interroga sobre su destino está siempre solo: a cada instante él pierde o gana sin que haya ninguna referencia a alguna ley común: todo destino tiene su ritmo, una ley de compensación, que equilibra los desastres, de las parábolas y catástrofes, a la que nos exponen gobernantes ignorantes, banales y vacuos. Sueño con un presidente para Argentina y cada nación del planeta, que pueda describir cada metro cuadrado de su tierra y la naturaleza de sus problemas y conflictos desde el inicio, sin vanidad ni resistencia a admitir un equívoco; con ideas e ideales propios que los haga extensivos a la comunidad, desmadrada y sin horizontes.
Sueño con un presidente para Argentina y cada nación del planeta, atraído por el concepto marxista de la “renta diferencial” en todo el territorio, que permita descifrar el poder económico de la paleo-oligarquía y la neo-oligarquía, que no cese de denunciar y accionar contra el parasitismo de esta degradada clase, así como su resistencia a desistir de las regalías conseguidas a fuerza de corrupción y delitos, condonados por la justicia ausente, solo para los indigentes, los que permanecen al borde del camino de este sistema necrótico.
Sueño con un presidente para Argentina, fogueado en las lides de la vida, jamás negociable, asimilado a los principios fundantes de Artigas, Hernández, Alberdi, Wilde, Fray Mocho, Martínez Estrada, Macedonio Fernández, Lisandro de la Torre, Jauretche y tantos otros. Un presidente, devenido en una prosa dialéctica corporizada en actos de vida concretos y comprobables.
Intento comunicar lo incomunicable, sin ningún rastro de concesiones a los prejuicios y a decir la verdad… en fin, a los astutos mecanismos de un final sorprendente, en un mundo, donde dictan y rigen, mentirosos, simuladores alcahuetes, burócratas del síntoma, agoreros del porvenir, estafadores, nostálgicos de dictaduras genocidas, censores, asesinos, farándula y mercenarios rentados para lo que sea, que jamás cederán un espacio para este presidente soñado, hoy inexistente, en compromiso de vida con la verdad y sin el gesto homicida de las promesas.



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