martes, 2 de agosto de 2016

ENGAÑADA(ALAS DE MARIPOSA)

ENGAÑADA(ALAS DE MARIPOSA)

DUNIA SÁNCHEZ
Engañada. Si, esa es la palabra correcta. La palabra que juega con mis sentidos hasta llegar a un cruce de sables. ¡Si sables ¡  Sables que duelen, que se incrusta en tu piel en cada grito, en cada bofetada , en cada obligación de la cual no puedes oponerte. La jornada de hoy es clara  para mi: un calvario. Las nubes dibujan formas animadas de países de ensueños  ¡Este es mi sueño ¡ ¡Este era mi sueño ¡  Me prometieron una vida mejor, una vida honesta donde el ganar dinero no sería problema. Promesas, promesas…. Promesas que se oxidan cuando saboreas la amarga verdad.  Pero, soy muy joven aún. Joven y traumatizada. Traumatizada y joven. Me engañaron, se suponía que esto era un vergel de oportunidades  ¿Dónde están?  ¿Cómo pude confiar? ¡La ingenuidad y la desesperación ¡  Ahora observo y en mi país no es que tan mal se viviera  aun siendo pobre.  Pero, yo allí estaba acabada, no había salida.  ¿Qué salida existe aquí? Ser prostituta, ser manipulada a cada hora, a cada segundo por unas bestias que solo entienden de dinero, de beneficios para ellos mismos. Así he tenido que pagar mi libertad. Encarcelada en el sexo de extraños, de caprichosos  ¡ Qué  asco ¡  La policía ha venido esta mañana y los han cazado. Se lo merecen. Y, yo, ¿me lo merezco?  Yo, indefensa , torturada , sin papeles .  Me da la sensación de que la nada me rodea, me da la sensación que solo soy mierda.  Mierda que me acosa, mierda que se acuesta conmigo, mierda que me han echado, mierda que escupo. Las lágrimas no quieren salir. Ya se han secado de tanto llorar y llorar ¿Y por qué llorar? Ahora no hay remedio. Después de estas penalidades me enviaran a mi país  ¿Cómo me miraran allí?  Espero que no se hallen enterado. Yo me fui engañada sin avisar.  Ahora estoy sola, camino por la calle libre sin que ninguna mano envenenada intrusa me toque. Me gustaría que lloviese para limpiarme más y más. Aunque esto aquí es raro. Veo un gran cúmulo de mariposas, mariposas doradas que se acercan a un estanque, se posan y vuelven a revolotear a compás de la brisa que me seduce.  Quiero ser como ellas, libres, libres. Volar al vaivén del viento y emigrar a un punto donde mis manos atadas, mi boca tapada, mis senos maltratados puedan ser otra vez mujer.

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