sIN JUGUETES NI ESPERANZA EN LA CORRUPTA NAVIDAD
ESPAÑOLA
ESCRITO POR FRANCISCO GONZÁLEZ TEJERA
El hambre tiene un rostro conocido en un estado
arrasado y en manos de psicópatas, suena a posguerra, a beneficencia, a derecho
de pernada, a franquismo, a genocidio...
El presidente
de la Casa de Galicia en Gran Canaria se quejaba estos días de que esta Navidad
no había juguetes suficientes para tantos/as niños/as sin nada, su grito de
rabia resonó en todos los medios de comunicación isleños, ningún político dijo
nada, callaron como hacen siempre ante el mal ajeno, ahora que cobrarán jugosas
pagas extras, que con sueldos de cinco o seis mil euros al mes duplicados, son
una buena entrada para corruptas cuentas corrientes repletas de dinero robado
al pueblo.
En las islas,
según datos de Unicef, uno/a de cada tres niños/as está en situación de
malnutrición, bajo el umbral del empobrecimiento extremo, cifras devastadoras
que no son de importancia para la banda política que disfruta de un nivel de
vida vergonzoso, que prefiere seguir chupando del bote a costa de la miseria de
gran parte de una ciudadanía masacrada, golpeada por una crisis inventada por
mafiosos, premeditadamente diseñada para enriquecer a ladrones de la banca y
miembros de la banda organizada de los sobres.
Recuerdo cuando
apenas tenía nueve años aquel triste Día de Reyes, cuando a mi padre lo
despidieron de su trabajo y mi madre me advirtió que en esas fiestas no habría
regalos, aquella noche corriendo antes de que cerraran las tiendas para
comprarme un microscopio con el dinero que mi abuela les había dado con mucho
esfuerzo, la tristeza, el desaliento que ahora tantos años después sienten
millones de niños/as en todo el estado español, menores víctimas del hambre y
la miseria generada por un gobierno podrido, amigo de fastos reales, bodas
gürtelianas, confetis, “leyes mordaza” y otras mierdas.
Esa sensación
que te queda cuando abres la nevera y la encuentras vacía, las cartas del banco
presionando para que pagues con tu vida la mensualidad de la hipoteca, el
usurero criminal protegido por jueces y políticos cabrones, que abusa de
personas mayores sin nada, enviando a sus mafiosos cobradores a obtener un
dinero imposible, un proceso que siempre acaba en un desahucio violento, a
palos y patadas de los insensibles esbirros policiales del régimen.
¿Qué nos queda
sino basura y criminales de estado con sus corruptas servidumbres al pie del
cañón del desenfreno y la buena vida?
Al otro lado
millones de chiquillos/as que este año no tendrán casi nada, solo algún juguete
usado de las galas que organiza la mafia para paliar su odio de clase, sus
arcaicas creencias católicas, una muñeca rota, un camión desinflado, el
trenecito inutilizado junto a una cama sin mantas, una casa sin calefacción,
donde el frío, el miedo y la tristeza son cada instante la tónica cotidiana.
El hambre tiene
un rostro conocido en un estado arrasado y en manos de psicópatas, suena a
posguerra, a beneficencia, a derecho de pernada, a franquismo, a genocidio, a
crímenes de estado, a corrupción política generalizada, a suicidios masivos por
motivos económicos, a cientos de miles de enfermos/as dependientes
asesinados/as por la retirada de sus ayudas, a dolor, a un sufrimiento que se
mete en las conciencias destruyendo la esperanza.
Ese cruel
envoltorio del sufrimiento nos envuelve a casi todos/as, a quienes sufrimos el
terror del fascismo con disfraz de democracia, el robo, el saqueo del
patrimonio público, el acoso laboral, la persecución ideológica, los despidos,
el desempleo, los desahucios, los abusos de poder de esta gentuza sin
escrúpulos para permitir que niños y niñas pasen hambre, perciban la tristeza
de unas madres, de unos padres, sin medios para colocar junto al árbol y los
calcetines un humilde juguete en la Navidad española de la miseria.
http://viajandoentrelatormenta.blogspot.com.es/
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