LOS JINETES
DEL APOCALIPSIS CONTRA PABLO IGLESIAS
ESCRITO POR RAFAEL CALERO PALMA
El pasado viernes tuvimos ocasión de asistir a un
espectáculo televisivo de los que marcan época. En el programa La Noche en 24
Horas, del canal temático 24 horas de TVE, fue entrevistado el Secretario
General de Podemos y Eurodiputado, Pablo Iglesias.
El pasado
viernes tuvimos ocasión de asistir a un espectáculo televisivo de los que
marcan época. En el programa La Noche en 24 Horas, del canal temático 24 horas
de TVE, fue entrevistado el Secretario General de Podemos y Eurodiputado, Pablo
Iglesias. Si no has tenido ocasión de ver nunca el susodicho programa, ya te
advierto que no te has perdido gran cosa. Se supone que el programa, dirigido y
presentado por el ¿periodista? Sergio Martín, es un espacio de debate, en el
que cuatro ¿periodistas? someten a una serie de preguntas a un personaje
público relacionado con la política, la cultura, etc. Por supuesto, cada noche
de la semana los entrevistadores tienen su espacio reservado. Es decir, siempre
son los mismos y desde que el tal Sergio Martín se hizo cargo del asunto, la
pluralidad ideológica brilla por su ausencia. Tengo que confesar que de vez en
cuando veo el programa, o mejor dicho, trato de verlo, pues nunca soy capaz de
aguantar más de quince o veinte minutos, dada la poca variedad ideológica que allí
se respira. Al final siempre acabo cabreándome y apagando la televisión.
No obstante es
la noche del viernes cuando la cosa pasa de castaño oscuro. Los cuatro
tertulianos de los viernes, Graciano Palomo, Alfonso Rojo, Antonio Papell y
Julio César Herrero, más el presentador, Sergio Martín, están cortados por el
mismo patrón. Los cinco son absolutamente conservadores, por más que ellos se
definan como liberales o como socialdemócratas, y los cinco tienen opiniones
similares ante cualquier tema de actualidad, ya sea la independencia catalana,
el proceso de paz en Euzkadi o la corrupción. Y oh, casualidad: esas opiniones
siempre están en la onda del gobierno.
Pero como decía
al comenzar este artículo, lo del viernes 5 de diciembre, fue algo antológico,
digno de figurar en los libros de periodismo o comunicación. Y no precisamente
por lo bien hecho que estuvo sino por todo lo contrario, por su falta absoluta
de calidad y de ética periodística. Como decimos, en la mesa de debate estaba
sentado nada más y nada menos que el chico de moda de la política española,
Secretario General de Podemos y Eurodiputado de dicha formación, Pablo
Iglesias. Desde el minuto cero Sergio Martín puso las cartas bocarriba: a la
yugular y sin piedad. Eso sí, intentando en todo momento no perder la sonrisa y
pareciendo muy cortés.
Toda la
entrevista transcurrió en los mismos términos. Preguntas reiterativas que nunca
se dan por contestadas, agresividad verbal por parte del entrevistador,
sonrisitas paternalistas que infravaloran la capacidad intelectual de la
persona que está siendo entrevistada, regreso una y otra vez a los lugares
comunes (ya sabéis, Venezuela, el comunismo, de dónde van a sacar la pasta para
llevar a cabo sus políticas económicas, etc., etc.), y para acabar, un comentario
sobre ETA absolutamente fuera de lugar. Peor imposible.
Con todo, lo
peor de la noche fue, sin duda, las intervenciones de los cuatro tertulianos.
Jamás en mi vida he visto un espectáculo más bochornoso. El primero en
preguntar fue el tal Graciano Palomo, un individuo carpetovetónico, con cara de
falangista antiguo y modales caciquiles. Graciano hizo de su capa un sayo y se
lanzó con una pregunta de nivel: A ver, Pablo Iglesias, eres o no eres
comunista. Ahí, con dos cojones. Más o menos como si uno tiene ocasión de
entrevistar al Papa y le pregunta que si es o no es creyente. Antonio Papell
empezó su intervención con una disertación sobre la socialdemocracia en España
y Francia, para acabar asegurando que eso está más trasnochado y caduco que una
película de Paco Martínez Soria, aunque un par de minutos antes no había dudado
en definirse como socialdemócrata. Después le tocó el turno a Alfonso Rojo. Y
esto ya fue el cénit de la noche. Se enredó en una acusaciones sobre el IVA y
no sé qué, que no había por dónde cogerlas. El propio Iglesias nos informó de
que Rojo fue condenado hace un tiempo por faltar a la verdad. Ya me dirán qué
credibilidad puede tener este individuo. La pregunta de Julio César Herrero
tenía tan poco valor periodístico que ni siquiera me acuerdo de lo que dijo.
La conclusión
que saco de todo esto es que me da asco, un asco terrible, tanta manipulación y
tanta basura, tanta infamia, tanta hostilidad contra el que no piensa como
ellos, tanta agresividad. Me da asco ver estos espectáculos tan sumamente
bochornosos en la televisión que pagamos todos. Me da asco que cinco tíos como
estos tengan la posibilidad de meterse en las casas de miles de españoles con
sus opiniones asquerosas y sus comentarios trasnochados y caducos. Me da asco que
encima cobren por decir tantas burradas y tantas estupideces. Me da asco que la
televisión pública esté en manos de estos individuos. Me dan asco sus caretos y
sus chistecitos. Me dan asco ellos y quienes les pagan.
En fin, que
tampoco nos merecemos esta televisión. Que alguien tome nota.
http://mimargenizquierda.blogspot.com.es/
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