Entrevista realizada al profesor Vicenç Navarro,
Catedrático Emérito, por los estudiantes de Políticas Públicas de la
Universidad Pompeu Fabra.
¿Qué le ha parecido la respuesta que está recibiendo
su documento de propuestas económicas y sociales?
Francamente, me ha sorprendido la enorme hostilidad
personal que el Profesor Juan Torres y yo hemos recibido. Durante mi largo
exilio he vivido en Suecia, Reino Unido y EEUU y nunca he recibido un
tratamiento como aquí en España. Constantemente se están refiriendo a mi
persona como “asesor de Fidel Castro”, insinuando con ello que lo que deseo
para España es tener un sistema como el cubano. Yo asesoré al gobierno cubano
en el año 1971, hace ya más de 40 años. Estoy orgulloso de ello, habiendo
ayudado al gobierno cubano a establecer el servicio sanitario público que
considero uno de los mejores en los países del mundo en desarrollo. Pero desde
entonces –hace más de cuarenta años- he asesorado a muchísimos gobiernos, tanto
en América Latina como en Europa y Norteamérica. En Latinoamérica asesoré al
gobierno Allende en Chile. En EEUU asesoré más recientemente a la Sra. Hillary
Clinton, en la Casa Blanca, en sus reformas sanitarias. En Europa asesoré hace
años al gobierno sueco, país al que conozco bien, pues allí tengo familia, y me
eduqué en parte en aquel país. Y también asesoré más recientemente al gobierno
de Felipe González y al candidato socialista Josep Borrell. En realidad, es un
motivo de orgullo para mí que propusiera el establecimiento en España del
Cuarto Pilar del Bienestar, es decir, el derecho a los servicios de ayuda a las
familias, que están muy desatendidas en España. Me alegró que el Sr. Borrell
hiciera suya esta propuesta, que luego se generalizó en las prácticas y
discursos de los distintos partidos políticos.
También asesoré al gobierno tripartito en Catalunya,
al cual valoré positivamente. Ni que decir tiene que casi ninguna de estas
asesorías ha aparecido en esa definición de mi biografía, centrándose solo en
mi relación con el gobierno cubano. Nunca había visto tanta mezquindad y bajeza
en mi más de medio siglo de trabajo profesional. Ni la FOX en EEUU llega a
estos niveles. Es un indicador más de la bajísima calidad democrática de la
cultura mediática y política del país, en la que es difícil debatir, pues no se
respetan las más mínimas normas de decencia en ese intercambio. No existe
debate. Es un intercambio de insultos en el intento de destruir al adversario.
Me gustaría que hubiera una movilización ciudadana en protesta por tanta
mezquindad.
A usted también le han definido como radical y
antisistema.
Si por radical quiere decir que voy a la raíz de los
problemas, entonces no tengo por qué sentirme insultado, aunque la intención de
los que lo dicen es ofenderme. En cuanto a antisistema, es bien conocido que
mis valores pertenecen a la sensibilidad socialista, que en nuestros países de
elevado desarrollo económico desearía desarrollar y alcanzar por la vía
democrática. Soy un socialdemócrata al cual los socialdemócratas de hoy llaman,
a fin de ser amables, socialdemócrata tradicional, con lo cual quieren decir
anticuado. Creo, sin embargo, que los valores del socialismo son tan válidos
hoy como lo eran cuando se estableció tal proyecto político. Es una lástima que
el socialismo haya sido abandonado por una gran parte de los partidos que así
se definen en Europa.
Uno de los temas que ha creado más revuelo es la
propuesta de crear bancos públicos. Les acusan de apoyarse en modelos
anticuados que han mostrado su fracaso en España.
Ha habido una enorme manipulación de estas propuestas,
atribuyéndonos posturas que no tenemos. Una de ellas es sobre qué hacer con el
Instituto de Crédito Oficial, el ICO. Se nos ha llegado a insultar llamándonos
ignorantes, poniendo esta acusación en una página visible en El País. De
nuevo, deberían leerse el informe y también conocer de nuestras críticas a
dicha institución en trabajos anteriores. Se ha llegado a la grosería de creer
que no sabíamos que el ICO puede ya recibir préstamos del Banco Central
Europeo. Que lean nuestros trabajos y verán que sí lo conocíamos. Y léanse
también el documento. Y verán que ahí indicamos que el ICO recibe préstamos del
Banco Central Europeo. Este no es el problema. El problema es la distribución
de este dinero recibido del Banco Central Europeo, que se asigna en gran parte
a través de la banca privada, estableciéndose una complicidad que es
preocupante. Lo que decimos es que ese instituto debería mejorarse. Por favor,
que no se nos malinterprete ni manipule como se está haciendo masivamente.
En cuanto a la banca pública, subrayamos que la
dificultad de conseguir crédito se debe al comportamiento de la banca privada
en España. La banca privada ha recibido 130.000 millones de euros sin contar
con el dinero recibido del Banco Central Europeo, sin que con ello se haya
resuelto el tema del problema de crédito. Hoy, España es uno de los países que
tiene el sector público bancario más reducido de la Unión Europea de los Quince,
y es a la vez el que tiene más problemas para conseguir crédito. La gran
mayoría de países de la UE-15 tienen sectores bancarios públicos más extensos
que España. Por favor, que se informen de lo que ocurre en la UE antes de
insultarnos. En cuanto a que varias cajas de ahorros estuvieran en
dificultades, ello no niega que otras fueran exitosas. En EEUU, el Estado con
menos problemas financieros ha sido Dakota del Norte, que tiene una banca
pública. Y así muchos otros ejemplos.
Pero lo que es incluso más importante es que la banca
privada debería definirse constitucionalmente como un servicio público,
propuesta que hacemos en el informe, y de lo que tampoco se ha hablado. Los
taxis son privados pero ejercen una función pública. Consideramos que es un
error que la banca privada no sea sometida a un mandato de servicio público, y
que tenga la oferta de crédito como un objetivo de su política bancaria. La
manera como está actuando muestra la necesidad de que se le obligue a hacerlo.
Otra crítica que les han hecho es que el coste de sus
propuestas es totalmente inviable. Varios portavoces cercanos al PSOE han
indicado que su propuesta de expansión del empleo público para alcanzar los
niveles de Suecia costaría una cantidad, 140.000 millones de euros, que es
inasumible.
De nuevo, lean el informe. Lo que nosotros subrayamos
es la necesidad de que se estimule la economía a base de una inversión muy
considerable en la infraestructura social del país, que está muy poco
financiada. El gasto público social por habitante en España es de los más bajos
de la UE-15. En España ha habido un énfasis en la infraestructura física que en
algunos capítulos, como el transporte ferroviario, ha beneficiado solo a un
sector minoritario y privilegiado de la población, tal como es el caso del AVE.
Lo que sugerimos es que en lugar de hacer este tipo de inversión en
infraestructura física se haga en la infraestructura social, invirtiendo, por
ejemplo, en escuelas de infancia, para garantizar el acceso por parte de los
infantes a este servicio público, un servicio de una enorme importancia.
Pero insisten. ¿Cómo lo pagan?
Constantemente se dice que no se puede hacer algo
porque no hay dinero, olvidando que siempre hay alternativas. Ha sido una
constante en nuestra historia reciente, en la que también se nos decía que no
había posibilidades de aumento del gasto público y que se tenía que recortar
dicho gasto. El Sr. Zapatero congeló las pensiones para conseguir 1.200
millones de euros, cuando habría podido conseguir más dinero, 2.100 millones de
euros, manteniendo el impuesto de patrimonio, o 2.500 millones anulando las
rebajas del impuesto de sucesiones. Lo mismo, el Sr. Rajoy ha recortado 6.000
millones de euros en la sanidad pública. Podría haber conseguido casi la misma
cantidad anulando la bajada del impuesto de sociedades de las grandes empresas
que facturan más de 150 millones de euros al año y que representan el 0,12% de
todas las empresas, bajada de impuestos que había ocurrido con su voto
favorable. Y así un largo etcétera.
Ahora se nos dice que no hay dinero. En 2013 España se
había gastado más de 40.000 millones de euros en establecer el AVE, que nos
cuesta unos 400 millones de euros mantenerlo. ¿Por qué no se ha invertido en
escuelas de infancia, con lo cual además se habría creado mucho más empleo? Y
así constantemente. El gobierno Rajoy ha recortado 600 millones de euros en los
servicios a las personas con dependencia, cuando podría haber conseguido
incluso más dinero reduciendo el subsidio a la Iglesia Católica para enseñar
religión en las escuelas públicas. Si se hiciera pagar al erario público lo que
deberían pagar las grandes fortunas, la banca y las grandes empresas, que
representan el 71% de todo el fraude fiscal en España, que es nada menos que de
44.000 millones de euros, conseguiríamos el dinero para ir invirtiendo en la
escasamente financiada infraestructura social del país.
Nosotros no decimos que se gasten de golpe 140.000
millones en reducir el enorme déficit social de España. Lo que estamos diciendo
es que la infraestructura social está desatendida y que deberíamos priorizarla
para resolver los enormes problemas sociales de España, creando, además,
empleo, y en el caso de las escuelas de infancia, ayudando a la mujer a que se
integrara en el mundo del trabajo.
Usted comentaba en su charla esta mañana en la clase
que le habían sorprendido no solo las interpretaciones malintencionadas por
parte de muchos de los tertulianos, comentaristas y políticos, sino el silencio
casi absoluto que ha habido sobre una de las principales propuestas que han
hecho, en la que subrayaban que la igualdad de género es necesaria no solo por
razones humanas y sociales, sino también por razones económicas.
Este es un eje central de las propuestas que apenas ha
aparecido en los medios, supongo que debido al enorme machismo que existe en la
cultura española. Enfatizamos que es fundamental crear empleo a base de
expandir la infraestructura social de España que, como he dicho antes, está a
la cola de la Europa Social. Esta inversión en infraestructura incluye la
expansión del Cuarto Pilar del Bienestar para incluir el acceso a las escuelas
de infancia, además de a los servicios domiciliarios a las personas con
dependencia, que ya existen y que están subfinanciados. En España tenemos un
Estado del Bienestar que es como una silla de cuatro patas que solo tiene tres.
Tenemos el derecho a la sanidad, el derecho a la educación y el derecho a las
pensiones. En realidad, todavía no está establecido el principio de
universalidad en la sanidad. Y las pensiones no contributivas son demasiado
bajas. Hacemos recomendaciones en este sentido. Pero al menos están reconocidos
como problemas que tienen que resolverse, y que las derechas han debilitado
enormemente debido a las políticas públicas llevadas a cabo por el Partido Popular.
Los datos así lo muestran.
Ahora bien, a esta silla le falta la cuarta pata: el
derecho de las familias a los servicios que las apoyan, como los servicios
domiciliarios y las escuelas de infancia. De ahí que cuando yo propuse este
derecho le llamara el Cuarto Pilar del Bienestar. En España estamos en pañales.
Somos uno de los países que menos ayuda a las familias. Y en España decir
familias quiere decir mujer. De ahí que consideremos urgente y necesario que se
establezcan esos servicios como derechos que ayuden a la mujer a incorporarse
al mercado de trabajo, compartiendo su proyecto laboral con sus
responsabilidades familiares. Y muy importante también es que cambien los
valores del hombre para hacerse corresponsable de las tareas familiares.
Usted ha insistido en la importancia de la igualdad de
género en España, ayudando a la mujer a integrarse en el mercado de trabajo.
La necesidad económica de ello queda clara en que si
en lugar del 52% de las mujeres estuviera en el mercado de trabajo, lo estuviera
el 78%, como en Suecia, tendríamos muchísimos más puestos de trabajo creando
riqueza y pagando impuestos. Como decimos en el texto, si en lugar de uno de
cada 10 adultos trabajando en los servicios públicos, de los cuales los más
importantes son los servicios del Estado del Bienestar -educación, sanidad,
servicios sociales, escuelas de infancia y servicios domiciliarios, entre
otros-, tuviéramos a casi uno de cada 4 como en Suecia, tendríamos 3.5 millones
más de puestos de trabajo. Encuentro sorprendente que algunos portavoces del
PSOE hayan dicho que esto es imposible porque costaría 140.000 millones de
euros. Nosotros no hemos dicho que esto se haga en una legislatura, sino en
varias. Y ello puede hacerse en varias legislaturas si se aumentan los ingresos
al Estado alcanzando un porcentaje del PIB semejante al que existe en Suecia.
Ello nos significaría 150.000 millones de euros más cada año.
Pero dicen que esto es imposible.
Que las derechas digan que es imposible lo entiendo.
Lo que me preocupa es que lo digan los que se llaman socialdemócratas.
Pero dicen que la ciudadanía no aprobaría el
incremento de impuestos que ello significaría.
El problema en España no es que la gente normal y
corriente no pague impuestos. El problema es que las grandes fortunas, la banca
y las grandes empresas, así como las clases pudientes que derivan sus rentas
del capital, no pagan lo que deberían. Si a ello se incluye el fraude fiscal y
la economía sumergida, verán que España tiene los recursos para pagar el Estado
del Bienestar que corresponde a su nivel de desarrollo económico. Y así lo
señalamos en el documento.
¿Cómo valora usted a los medios de comunicación?
Lo he indicado en bastantes ocasiones. El punto más
débil de la democracia en España es la falta de diversidad ideológica de dichos
medios. La práctica totalidad de los grandes medios está controlada por grupos
financieros y económicos, así como por partidos de tradición conservadora y
liberal. Un tanto semejante ocurre en las revistas económicas, financiadas por
la gran banca y las grandes corporaciones, lo que conduce a una casi dictadura
de pensamiento económico. De ahí que con una actitud militante digna de la
mejor causa intenten destruir a las voces críticas sin ningún tipo de reparo o
decencia, como ocurre ahora con el Profesor Juan Torres y conmigo. Un caso
claro son los panfletos que se definen como revistas económicas, los cuales me
definen constantemente como asesor de Fidel Castro. El último caso es Expansión,
que recurre sola y exclusivamente a economistas neoliberales en su evaluación
del programa. Predeciblemente, todos anuncian un desastre. Compare esta
selección de economistas y su evaluación de nuestro programa con los
comentarios que ha hecho el director adjunto del Financial Times
(Wolfgang Münchau), que en un artículo de solo hace unos días aplaudió las
líneas estratégicas de nuestro plan, que consistían en un estímulo masivo de la
economía, a base de una gran inversión en la infraestructura del país y una
reestructuración de la deuda pública, líneas que Podemos ha hecho
suyas. Sería impensable que esto ocurriera en las revistas económicas de
España. Y ahí está el problema, que es incluso más grave que la falta de
diversidad, pues a este problema se añade la enorme mezquindad de la cual son
capaces algunos medios para destruir las voces críticas. Lamento que ello
ocurra, pues muestra el gran subdesarrollo de la cultura democrática en este
país.
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