viernes, 25 de febrero de 2011

ARTICULOS DE VICTOR RAMIREZ

APROVECHANDO EL PARIPÉ DEL "INDULTO AL SEÑOR TEJERO MOLINA"
por Víctor Ramírez
Desde siempre he mantenido que el afamado golpe del 23 de Febrero triunfó. Que se han conseguido perfectamente los objetivos previstos: potenciar al máximo el verdadero poder reaccionario (el de los temidos parásitos idolatrados) contra el pueblerío trabajador y sufrido, pueblerío indefenso y desnortado -e ignorantado al máximo con la tantísimatelebasura.
Inclusive -ya lo he dicho por escrito- empecé un artículo poco después del tal 23F: artículo que titulaba El chantaje de la Corona y que no terminé al presentir que no podría publicarlo. Por aquel entonces yo escribía muy poco debido al inclemente pluriempleo. Ni colaboraba en periódico alguno. Además había tenido una reciente experiencia negativa: el que no se me publicara el artículo La nueva prisión de Secundino Delgado.
Pero salvé parte de lo que había escrito para El chantaje de la Corona: la parte que quedó formando el final de mi cuento Chantaje bendito -publicado éste en los libritos Lo más hermoso de mi vida y Arena Rubia y otros relatos.
Y he mantenido lo del triunfo del afamado golpe, pariente, porque los mismos que en verdad hubieran mandado (principalmente el poder financiero emparentado o no con el eclesiástico) si hubiese sido "necesario" que triunfara a lo bruto -liquidando completamente a elementos molestos- siguen dueños de España y colonia. Siguen ellos mandando desde la sombra en esta plutocracia coronada y católicamente bendecida, y malbarnizada de lo que se empeñan en llamar democracia.
(Por fin me interrumpes: "Franco era un dictador surgido ilegítimamente con violencia contra un poder republicano legítimo. Franco, desde su ilegitimidad, nombra sucesor monárquico a Juan Carlos de Borbón y Borbón. Franco muere dictador y no se recupera la legitimidad del poder, que era el republicano. Juan Carlos de Borbón y Borbón desaprovechó la oportunidad de poner su nombramiento real -nombramiento impuesto por el dictador- al albedrío popular con un referendo, referendo que -lo más probable- hubiere ganado abrumadoramente... Con estos elementos básicos es imposible, viejo, construir una democracia, potenciar un gobierno del pueblo para el pueblo y por más voluntad que se quisiera poner en ello... Así nos va...".)
Con el "afamado golpe" se ha vuelto a posponer -ahora mucho más drásticamente- el Estado de Justicia en libertad para España y colonia. No hay más que echar un somero vistazo a la realidad ("y correr a echarte un par de pizcos de ron cubano para no hundir más tu arrastrada sombra"). Pero lo más hermoso del "Show-Tejero" estuvo en la oportunidad que tuvimos para calibrar a lo claro la "calidad viril" de la casi totalidad de los políticos españoles y coloniales allí en el Congreso. Fue una suerte que estuviera siendo televisado el "acontecimiento" y el que "sus señorías" no supieran esto y "actuaran" con absoluta espontaneidad.
(Vuelves a interrumpir: "seguro que, si no es televisado, sus señorías hubieran pregonado por ahí lo valientemente que se comportaron defendiendo la democracia -¡jajá!- puestos todos en pie y encarándose sañudos con los pistoleros uniformados y pagados por el pueblo").
Pues, salvo dos o tres -quizá cuatro- que ya sabemos y a los que sobremanera respeto (tengo la impresión de que éstos son buenas personas a pesar de pertenecer a la élite de los "privilegiados"), todos mostraron poco o ningún arresto, poca o ninguna dignidad personal-política. Pienso que tenían ellos, sin ambages ni excusas, que haberse mantenido en sus puestos, no arrastrarse bajo las butacas.
Era su obligación, pues estaban representando al pueblo "elector": de eso presumían, y para eso se metieron a "políticos demócratas", y por eso disfrutaban de sueldos públicos y prebendas muy privadas. Y si en verdad eran demócratas y no pudieron o supieron comportarse gallardamente y mantenerse dignos, tenían que haber abandonado para siempre la llamada actividad política-representativa: haberla abandonado para siempre y tras pedir previamente perdón.
Ya sabes, pariente, que una de las razones por las que no me he metido en política profesional es porque soy un cobarde que no tendría el estómago de defender mis ideas en ese paripé inmundo en que se convierte toda política profesional en sistema social injusto. Pienso que me daría vergüenza vivir engañando al cachito de pueblo que me eligiera.
No creas que exagero con lo de "tuvieron que haber mantenido el tipo": si no todos ellos, al menos la mayoría. Porque en verdadera Democracia -que es compromiso compartido en justicia y libertad- sólo puede ser político activo (político profesional durante el período que le toque ejercer de tal) la persona que sienta y viva la política como labor de servicio público, nada lucrativa y sí muy costosa.
(Aprovechas mi silencio y dices: "Cuando miro en la televisión, pongamos por caso, al señorito González y al señorito Guerra hablando en plan gallitos y fingiéndose "preocupados" por la situación del pueblo español -del canario no tienen por qué preocuparse-, me acuerdo enseguida de -aun siendo ellos jóvenes y se supone que orgullosos- cómo se botaron cobardemente al suelo. No sé cómo no se les cae la cara de vergüenza...")
20-septiembre-1993
* * *
-II-
Una prueba incontestable de que el golpe del 23F resultó eficacísimo está, pariente, en los cínicamente insultantes presupuestos del Estado que acaba de presentar el gobierno nacionalfelipista. Y estas reflexiones que hacemos a pecho descubierto, y con la humildad del permanentemente acojonado, no son -como dirían los españoles- torear a toro pasado.
Recuerdo -tampoco son ganas de presumir, ¿para qué?- que la tarde del "golpe" di clase con bastante normalidad a mis alumnos "adultos". Y me permití la petulancia de "profetizar". Cuando ellos me vieron tan aparentemente tranquilo y pidieron mi opinión sobre cuanto estaba pasando allá en Madrid, les dije que ocurriría uno de estos dos futuros inmediatos -y que ambos tenían la misma finalidad:
O permitirían a los "golpistas" (me interrumpes: "armados y comidos y bienvividos con el exclusivo trabajo del pueblo; no nos olvidemos") un plazo prudencial a fin de liquidar físicamente a elementos "molestos" para el sistema plutocrático coronado: y luego se volvería a la "normalidad democrática".
("Creo sinceramente que se hubieran dado gusto matando a pobres paisanos que sólo sueñan con una patria más justa. A fin de cuentas se es funcionario armado para utilizar las armas casi nunca en defensa del pueblo -que pone el trabajadísimo dinero con que se paga a los funcionarios- sino en defensa de los dueños del Poder -que se apropian de ese dinero popular y son los que pagan a los funcionarios, convirtiendo a éstos en sus servidores".).
O no habría necesidad de tal "limpieza de elementos molestos" al estar el pueblo desarmado bélica y moralmente y al no haber, en verdad, tales verdaderas molestias para el sistema. De todas formas se conseguiría la entrega completa del pueblo trabajador a la codicia soberbia de los plutócratas y de sus esbirros y allegados -es decir, de los parásitos idolatrados.
No, pariente, no había que ser muy listo para vaticinarlo. Te bastaba con haber estudiado algo la historia y con no haber perdido la capacidad de darte cuenta de lo que te rodeaba -sin más pretenciones. Y, si el gobierno actual no indulta a Tejero, no será porque éste no acata la Constitución ("Constitución muy poco acatada por quienes tienen el machito del privilegio bien trincado por el mango, y a pesar de ser una constitución fabricada para casi único beneficio de esos parásitos idolatrados", me interrumpes -dejando al fin ese aire de estar pensando masoquistamente).
Sí: el gobierno no lo indulta porque saben que, si Tejero funda un partido político, pondría en peligro no la democracia -que no existe- sino la bicoca de los que actualmente "gobiernan" contra un pueblo desorientado y desmoralizado. Esos aires fascistas que se respiran tan abiertamente en la "Europa de las libertades" y en nuestra patria canaria serían aprovechados por los fascistas "democráticamente" y sin tapujos.
Porque lo más grave de este período político postfranquista (período en que la máxima responsabilidad pertenece a los nacionalfelipistas) es el grado de fascistización político-moral que ha ido incubando en la mayoría de los españoles y de los canarios. Sentir y pensar en fascista es lo más fácil: basta con dejarse llevar por el inevitable egoísta mimoso que cada uno de nosotros es.
Tampoco resulta difícil -además de que se nos adiestra para ello- respetar sólo al poder dañino y no a la capacidad solidaria, pacífica, noble: capacidad verdaderamente valiente porque surge de la lucha contra lo peor y más fuerte de nuestra intimidad. Ni resulta difícil "aprender" para cosificarse, para convertirse en simples objetos de la maquinaria ultracapitalista: pues para eso están funcionando los centros docentes, las instituciones llamadas religiosas o altruistas y casi todos los llamados "instrumentos culturales": televisiones y demás medios de comunicación -y salvo escasísimas y honrosas excepciones.
El joven sí es político, forzosamente. Lo es por naturaleza de animal gregario que se ha encontrado con la capacidad de pensar sintiendo y de sentir pensando. Pero su política, su concepción de la sociedad, resulta peligrosamente prefascista por simple naturaleza animal. Generalmente nuestros jóvenes quieren que haya un Poder lejano -como si no les tocara directamente- y paternal: pues así podrán ellos vivir tranquilos, en su "rollo" y esperando la oportunidad de integrarse "laboralmente" en esta implacable maquinaria destructora que es el ultracapitalismo.
Y esto es, pariente, cuasifascismo: es desertar del compromiso social solidario; es renunciar a la lucha por un mundo menos inhóspito. Se les enseña que sólo vale poseer dinero para poder satisfacer caprichos, que no necesidades. Satisfacer caprichos a costa del sufrido trabajo ajeno es el culmen del parasitismo idolatrado. Nos basta con leer toda clase de prensa -no sólo las llamadas revistas rosas, ésas que han ubicado el corazón -como sinécdoque del sentimiento- en el bajovientre.
* * *
(NOTA: lo que viene ahora no fue publicado, porque me despisté y escribí y envié otro artículo)
Por eso tenemos que insistir, pariente, en que la mayor responsabilidad recae sobre los que -se supone- han tenido el poder político surgido de las urnas. Porque esto sí que no se puede negar: han dejado a la gente votar, la gente ha elegido a sus gobernantes.
(Dices: "No me jodas, viejo, que ya tenemos los cataplines del entendimiento más que negros. Si los plutócratas y allegados supieran que el pueblo iba a votar izquierda de verdad, es decir, la fuerza política que pusiera el Estado al servicio del pueblo trabajador y en contra del parasitismo, veríamos que no habría elecciones, sino lo del maldito 36. Así que déjese de pendejadas".)
Y todo esto es responsabilidad de los que han tenido el poder político presumiendo de demócratas. Si hay un golpe ultrafascista, nadie -o poquísimos- saldrá a la calle a enfrentarse a los golpistas. Habrá quienes se disgustarán, pero se quedarán quietos.
Sin embargo la realidad es distinta. Y siguen ahí porque el sistema político no es de Popular Democracia sino de Implacable Plutocracia: la actividad política, para casi todos los llamados políticos, es una manera cómoda de ganar mucho dinero y "prestigio social" y de disfrutar de mando y privilegios avasallando y avasallándose.
No debemos olvidar eso, pariente: porque así nos explicamos la carencia de decoro del político profesional en un sistema político como el que padecen España y colonia. (Vuelves a detenerme y, tras toser, dices: "Seguramente muchos de esos mismos políticos tendrían ese decoro si actuaran en otro sistema que fuera justo socialmente: porque no hay justicia en una sociedad en que la mayoría vive sufriendo para que unos pocos sean los que verdaderamente "disfruten" -y no es demagogia, viejo: ¡ojalá lo fuera!").
Aquí está el meollo del asunto, pariente, en lo del "Indulto" al golpista que piensa que, porque vista uniforme militar y lleve pistola y lo obedezcan otros uniformados con armas ("todos ellos viviendo con sueldos propiciados por los trabajadores, jamás por los plutócratas -repitámoslo), tienen únicamente, él y los como él, amor a la Patria...")
Les cuesta indultar a Tejero porque representa éste la memoria viva de su humillación. Da pena asquerosa el verlos en la televisión botarse contra el suelo y arrastrarse al "amparo" de las butacas, e impresiona gratamente cómo tan sólo un par de ellos se enfrentaron erguidos a la barbarie de unos uniformados abusadores (casi todos éstos libres y ...)
27-septiembre-1993
* * *

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