DOS MIL EUROS Y UNA FELACIÓN
POR
ANA PARDO DE VERA
El nivel de la (ultra)derecha para sortear una condena explícita de la violencia que se ha vivido en Madrid estos días, en un intento antidemocrático de abortar la posibilidad de que se reedite la coalición de Gobierno progresista -que éste y no otro es el motivo de los violentos y sus instigadores: saltarse las normas básicas del parlamentarismo porque solo pueden gobernar los suyos, PP y Vox- ha alcanzado cotas clamorosas de humor surrealista.
El “yo condeno,
pero…” de los dirigentes del partido de Alberto Núñez Feijóo, él incluido, nos
lleva estos días a la mítica frase de Tarradellas: “En política es pot fer tot,
menys el ridícul”, ya saben, “En política se puede hacer de todo menos el
ridículo”. Efectivamente, tras los tuits del presidente del PP y de su equipo
culpando al protagonista contra el que iban las concentraciones, Pedro Sánchez,
de ser violento consigo mismo (en idioma machirulo, como lo de “llevabas la
falda tan corta que te violaron”), la presidenta de la Comunidad de Madrid
llegó y mandó callar con una condena contundente en la Asamblea a los
altercados y una crítica igualmente dura contra
separatistas-etarras-bolivarianos- socialcomunistas-satánicos. Isabel Díaz
Ayuso, no sabemos -aunque sospechamos- si por fastidiar a Feijóo o porque
realmente estaba preocupada, dejó a su líder y su séquito del “condenamos,
pero…” a la altura del ridícul.
Faltaban, no
obstante, los prebostes del despropósito para culminar unas jornadas lamentables
para la democracia, que han sacado de sus cavernas a los neandertales
franquistas, nazis y otras especies nauseabundas, liderados y espoleados por
Vox y, escondido detrás de Abascal, también por el PP. El alcalde de Madrid,
que en su “condeno, pero…” quiso meter otro clásico, el “y tú más”, se hizo las
neuronas un lío y propuso comparar los altercados en Madrid con los de
Barcelona ocurridos tras dictar el Supremo la sentencia contra el procés. A
Almeida solo se le ocurrió decir esto: “En Madrid somos (¡!) bastante más
civilizados que eso que pasó en Barcelona en 2019, mientras cuantificaba los
destrozos de los ultras en tres contenedores y cinco cubos de basura. “Son
2.000 euros y serán repuestos hoy”. ¿Qué pensarán los agentes heridos, los
civiles ídem, los dueños y dueñas de motos carbonizadas, de coches apaleados…?
¿Habrán votado a Almeida en mayo? ¿Lo seguirán haciendo? Mi curiosidad respecto
a esto es tan infinita como mi ignorancia sobre qué puede pasar por la cabeza
del alcalde cuando se le ocurren estas cosas.
Dejo para el final
la parte zafia del asunto, que viene de Vox, por supuesto, porque siempre se
superan: cuando creemos que ya no pueden ser más miserables, vuelven con otra
peor que la anterior. El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, un
habitual de estas páginas, tuvo a bien insultar a dos procuradoras de las
Cortes del PSOE autonómico haciéndoles el gesto de una felación mientras
hablaban. Juan García-Gallardo dice que hacía el gesto de llorar, porque los
del PSOE “son unos llorones” y porque todo el mundo sabe que la forma en que se
simula una mamada es la misma que aquella con la que se retrata al llanto de
los ojos. Poco lloran, desde luego, los socialistas por tener que debatir a
diario con semejante insulto a la inteligencia de todas. Mi admiración la
tienen, qué paciencia…
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