ENERGÍAS LIMPIAS Y NEGOCIOS SUCIOS:
UNA BATALLA POR EL LITIO
México cuenta
con grandes reservas de materiales importantes para la transición energética.
Gobierno y empresas mineras luchan por su control
LILIANA DAVID
La batalla por el
litio en México cada día mueve silenciosamente las piezas en el tablero
mundial, en el cual buscan su sitio tanto Estados Unidos como China, cuyas
disputas por el llamado oro blanco se anuncian en medio de otros grandes
intereses globales y conflictos del siglo XXI. De acuerdo con el Observatorio
de Conflictos Mineros de América Latina (OCMAL), México ocupa el primer lugar
entre los países con más conflictividad derivada de la minería, seguido de
Chile y Argentina. Estos dos últimos conforman, junto a Bolivia, el triángulo
del litio, en donde se encuentra el 60% de las reservas mundiales de este
preciado mineral.
El reciente
hallazgo de un yacimiento en Sonora, en el norte de México, ha hecho que la
empresa china Ganfeng Lithium se interese especialmente por dicha reserva de
litio en arcilla, del cual están pensando en extraer 8,8 millones de toneladas
de carbonato de litio, dada la riqueza que hay en dicho territorio. Pero, ¿cómo
ha conseguido dicha empresa, aliada de Tesla, el emporio de Elon Musk, entrar
en el territorio mexicano, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador
había anunciado que ya no se darían más concesiones a empresas extranjeras
durante su gobierno?
La alianza de
Ganfeng Lithium con la empresa Bacanora Lithium, situada en México, aunque
inglesa de origen, se ha producido bajo el amparo de la Ley Minera, la misma
que ha permitido perpetrar el mayor despojo de oro y plata ocurrido en México
desde 1992 hasta la fecha, ya que en los últimos 30 años se ha extraído un 798
por ciento más de oro y 167 por ciento más de plata, es decir, más de lo que se
extrajo durante los 300 años que duró la Colonia. Así lo revela un estudio
realizado por la profesora-investigadora del Departamento de Producción
Económica de la Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Xochimilco (UAM-X),
Violeta Núñez Rodríguez, quien explica, en entrevista, que la empresa china ha
compartido parte del capital social con Bacanora Lithium, asentada en Sonora
(al norte de México), la cual ya tenía concesiones previas a la llegada del
gobierno de Andrés Manuel López Obrador: “Justamente, esto es parte de lo que
exponemos en dicho estudio, porque hicimos un llamado a la Presidencia
manifestándoles que no sería suficiente con el hecho de declarar que ya no habría
nuevas concesiones, porque las empresas, en particular las interesadas en
litio, están avanzando en el terreno”.
La alianza de
Ganfeng Lithium con la empresa Bacanora Lithium se ha producido bajo el amparo
de la Ley Minera, la misma que ha permitido perpetrar el mayor despojo de oro y
plata desde 1992
Como integrante del
Sistema Nacional de Investigadores en México (SIN), Núñez Rodríguez advierte
que la batalla por el litio se ha agudizado en el interior del territorio
nacional, luego de que el presidente mexicano haya presentado ante la Cámara de
Diputados una iniciativa de Reforma Constitucional para modificar los artículos
25, 27 y 28 de dicha ley. El objetivo: salvaguardar y defender los territorios
del negocio extractor; en particular, el litio mexicano: “En esta iniciativa de
reforma –me cuenta–, se declara al litio como estratégico, como un bien de la
nación, para no entregarlo en concesiones, como se ha hecho con el resto de los
minerales que tenemos en México. Además, otro elemento importante que tal
iniciativa puntualiza es que el Estado mexicano asume la responsabilidad de
cualquier proceso de exploración, explotación y beneficio que se pudiera llevar
a cabo con este mineral”.
Sin embargo, la
iniciativa de reforma no prosperó, como revela la autora del libro Territorios
indígenas. Una historia permanente de despojos (Plaza y Valdés, 2011), debido a
la colusión que, como ha expuesto en un nuevo trabajo documental, existe entre
un reducido grupo de empresarios mineros y representantes de la oposición
política a Andrés Manuel. La profesora aclara: “Especialmente los senadores del
PRI, PAN, Movimiento Ciudadano, PRD y Grupo Plural del Senado son quienes han
decidido acudir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para interponer un
recurso que declare inconstitucional la aprobación del decreto presentado para
modificar la Ley Minera. Esto, con la clara intención de que las empresas, que
tienen intereses sobre el litio, tengan el mismo camino que han tenido con los
otros minerales desde 1992”.
La reconocida
investigadora de la UAM-Xochimilco destaca que fue en diciembre de 2019 cuando
Mining Technology, un grupo conformado por periodistas que abordan una amplia
gama de temas mineros en el mundo, dio a conocer que México tenía grandes
reservas de litio a nivel mundial, es decir, 243,8 millones de toneladas de
reservas, entre probadas y probables, lo cual, desde luego, ha causado un
amplio revuelo, sabiendo la estratégica importancia del litio en el proceso de
la mentada transición energética mundial.
En este contexto,
han sido poderosos representantes de la industria minera y empresarial en
territorio mexicano quienes también se han opuesto a la iniciativa del
presidente mexicano, replicando, primero, que no tiene sentido nacionalizar el
litio si este ya es de la nación; segundo, que no se sabe cuánto litio hay ni
si hay (cuando lo cierto es que se sabe que sí); tercero, que tampoco es seguro
que existan yacimientos para su producción y, por último, que no se cuenta con
tecnología para separar el litio de la arcilla, siendo muy alto el precio para
conseguirlo y, por tanto, poco rentable. Esto último lo refutan los argumentos
que ofrecen varios testimonios de la investigación documental México: litio al
descubierto, realizada por la profesora Violeta Núñez y el periodista Ernesto
Ledesma Arronte, director de Rompeviento TV, y que recientemente se ha dado a
conocer a un amplio público a nivel mundial. Lamentablemente, ambos han sido
amenazados de muerte a causa de ese trabajo.
Frente a esta grave
situación, algunos miembros del Grupo de Trabajo de Estudios Críticos del
Desarrollo Rural del Centro Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) han
manifestado abiertamente su solidaridad con estos dos profesionales y, a través
de un comunicado oficial, han dado a conocer lo siguiente: “Reconocemos el
trabajo académico que Violeta ha realizado en torno no sólo al litio, sino a la
minería en México, desde una perspectiva crítica y a favor de la vida, de la
naturaleza y de los bienes comunes con los pueblos y comunidades rurales
mexicanas. También, como activistas y acompañantes de los movimientos sociales
rurales de nuestro continente, condenamos enérgicamente las amenazas y
cualquier intento de amedrentamiento o intimidación a Violeta y Ernesto para
continuar con sus investigaciones y reportajes sobre el despojo de los bienes
naturales mexicanos”.
Violeta Núñez
asegura que desde las entrañas de México se ha ido intensificando la batalla
por el litio y otros minerales, sobre todo porque la mala herencia que han
dejado sexenios anteriores al actual ha permitido la perpetuación de
exorbitantes paraísos mineros, además de que algunos de estos cotizan en la
bolsa mexicana de valores. Sostiene, asimismo, que existen empresarios ligados
a la minería que hoy gozan de un capital y riqueza que los ubica entre los
primeros cinco hombres más ricos de México. “La actividad minera –explica– los
ha llevado a la constitución de un capital y riqueza extremos. Por ejemplo, el
grupo Bal y grupo México tienen muchos millones de hectáreas concesionadas.
Pero también hay empresas extranjeras con intereses que están con la idea de
poder entrar al territorio para explotar el litio. Entre ellos, los chinos ya
tienen concesiones, pero también están los ingleses asociados con Bacalora Lithium,
además de canadienses e italianos, que tienen trabajo previo de prospección.
Hay otros países que tienen intereses en esos territorios; pero documentados,
los que menciono”.
Bajo el amparo de
la Ley Minera se ha permitido el uso ilimitado del subsuelo, así como de todos
los recursos disponibles en los territorios durante 50, 100 o más años
A todo lo anterior,
se suma el daño colateral, no menos perjudicial, ocasionado por las concesiones
que han sido otorgadas a las empresas mineras por 50, 100 años o más, ya que,
bajo el amparo de la Ley Minera, en México se ha permitido el uso ilimitado del
subsuelo, así como de todos los recursos disponibles en los territorios durante
ese periodo de tiempo. Por otro lado, la utilización de una cantidad excesiva
de agua supone un grave problema para las comunidades indígenas, como también
lo es el deterioro ecológico que provocan dichas empresas cuando llevan a cabo
una minería a cielo abierto, lo cual resulta altamente contaminante para las
poblaciones. En su libro La batalla del litio en México, editado este año por
el sello Entretejas, la autora expone el incremento que se ha producido en la
extracción mundial del litio ante la emergencia mundial que se tiene por las
presuntas energías limpias, alternativas y verdes debido a la crisis ambiental.
En ese sentido, el argumento gira en torno a que los autos eléctricos, que
demandan litio y otros minerales (plomo, aluminio, grafito, níquel, cobalto,
manganeso), contaminan radicalmente menos que un auto que utiliza gasolina o
diésel. Sin embargo, no se dice nada acerca del gran negocio que supone la
venta de autos ni de las grandes ganancias que dejan esas supuestas energías
alternativas, aunque sabemos que el dueño de Tesla, principal fabricante de
autos eléctricos en el mundo, se ha llegado a posicionar como la persona más
rica en el planeta, con un valor de mercado de 773.550 millones de dólares,
superando a Amazon y Bloomberg en 2021. De esta manera, mientras que a nivel
mundial se transmite un discurso en el marco de la crisis medioambiental, de
ningún modo se nos advierte sobre las implicaciones que tiene y tendrán esas
energías limpias o alternativas; eso sin contar con todo el daño y perjuicio
que se está provocando a los grupos indígenas que habitan en los territorios
más codiciados, de los que cada día son despojados, y a quienes este
capitalismo extractador roba impunemente sus recursos.
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