VARIEDADES
JOSU AIZPURUA
Anghel; a seguir en
la brecha, el Papa no me nombró Cardenal. Si este Papa no me nombró; ya desisto
de ello.
Se acaba el Mundo
del Capitalismo, donde ya se prostituyó con arrebatar propiedad privada de
oligarcas rusos, y con usar al togado como fuente de Derecho cuando es un
simple interpretador de las Leyes. Mal asunto. La casta se quitó su careta y
puede salir por cualquier lado.
Si yo hubiera sido
elegido Cardenal, quizás habría una opción, pero estos Jesuitas nunca fueron
mis amigos.
Mi receta es
sencilla y por todos comprensible. Primero aprender, luego pensar y por último
decidir entre votos o revolución.
Porque ya llegó el fin de ciclo; el neoliberalismo no sirve, la oligarquía se revuelve, y el futuro capitalista ya no vive de la explotación obrera. El miedo al obrero lo ha hecho prescindible, la producción ya no lo necesita y lo social-estadístico lo fragmentó en clases medias.
Millones de humanos
sin Sistema, ante un futuro donde ya su fuerza de trabajo no es la garantía de
progreso y amenazados por robots, más listos, más fuertes y más guapos.
¿Qué pretenden las
Oligarquías, la Casta Divina y Peremne?
Lo de siempre;
avasallar a los demás y reinar en Imperio.
Pero hoy es más
difícil para ellos, en lo intelectual donde las respuestas les son adversas,
pero en la sumisión encuentran apoyos. Sus medidas represivas y de control
secreto les da mucha ventaja. Ya no es fácil la Revolución.
La inoperancia de
la ONU nos pone al borde del precipicio. Las oligarquías dominan a los Estados
y nada puede controlarlas. Voto a voto vemos pasar un Mundo por nosotros no
querido y comprendemos que no son las urnas nuestro camino mientras no
limpiemos la “política” de los siervos de la Casta omnipresentes en las siglas.
Ya no sirven Reyes
y Papas para conducir las masas, pero aún no surgió el relevo.
La fuerza, la
guerra, vuelve a ser razón de Ley, y el Mundo de la Razón ha sido arrancado de
este siglo XXI pues su razón no era la conveniente a los oligarcas.
Drama social del
Humano siglo XXI, que observa atónico que su larga lucha de progreso queda
interrumpida en una “normalidad” de muy pobres y muy ricos. Gentes durmiendo
por las calles y gentes con aviones privados. Es la nueva normalidad de la que
nadie habla y de la que todos huyen para que no les coja debajo.
Ridículos, Gandhi,
Jesucristo, Buda. Ya unos Zelenski, Trump o Guaidó, son la actual Luz de la
Humanidad.
¿Quién nos hace
arrastrarnos por el 2022?
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