JM AIZPURUA
En esta mi ciudad
de residencia, la mal gestionada Sta. Cruz de Tenerife, ha habido 51.718
ciudadanos y ciudadanas que no acudieron a la llamada a urnas. La tragedia es
que el PSOE con 29.122 votos ganó las elecciones, aunque si somos objetivos los
abstencionistas fueron los vencedores con su desprecio a la cita.
Me gustaría
aportarles a estas personas abstencionistas que miles de obreros y estudiantes
se jugaban la vida contra Franco, para recuperar la Democracia, para poder votar
y elegir a sus representantes. Antes que ellos, sus padres salieron a morir en
las trincheras con el mismo objetivo de defender la Democracia.
Votar es algo
importante.
Y ahora que el
alcalde de nuestra ciudad se elige en las urnas, yo quisiera saber que piensan
de ello esos 51.718 abstencionistas que tienen en sus manos el destino de una
ciudad herida de muerte por la incapacidad y obscura gestión de sus rectores.
Nos amenaza una
conspiración caciquil forjada con corrupción, mortadela, e ignorancia; ¿Qué
podemos hacer para evitarlo? Lo primero votar todos.
Los que usamos una
sanidad pública, la SS, notamos como va decayendo su futuro, como a nuestros
gestores les interesa la privada, de la que son usuarios y propietarios, y ahí
convergen las derechas de CC. El cambio, la potenciación de la sanidad pública
se hace ahora y con el voto, no con la protesta. Menos rollos en la sala de
espera y más votar con sentido.
El futuro que el
“neocons” (fachas puros) nos presenta, está lleno de “fake”, de robots currantes,
de servicios VIP, de mísero jornalillo y subvención para los apartados del
Sistema, y de enormes beneficios para los de siempre.
No lo cambiaremos
con el voto, pero, les frenaremos, si los abstencionistas nos dejan.
Santa Cruz de
Tenerife, que tiene su cruz de mortadela, en 12 días decide quienes serán sus
gestores y estos pueden virar el rumbo y tratar de devolver la dignidad de una
capital de la isla turística mas reconocida en el mundo. Hoy no es ni siquiera
una ciudad, es un conjunto de 80 barrios mal comunicados y peor gestionados
bajo criterios del desarrollismo franquista peninsular. La evolución ciudadana
ha sido regresiva desde 1978, pues el modelo caducó y el nuevo valor turístico
hoy es ecológico, cultural, arquitectónico, senderista e intercultural, y para
sol; al Sahara.
La prueba del
algodón es que llegado el finde: huyen los capitalinos a otros lares. ¿Cómo
vamos a pretender que vengan si nosotros mismos nos vamos?
Nos mataron el
comercio sin los puertos francos que hacían atractivas nuestras compras y los
turistas llevaban su cesta llena, mientras que hoy salen del barco a dar una
vuelta y regresan a sus tiendas para comprar más y mejor. ¡Es más divertido y
barato el crucero!
La parcela
petrolera, donde ya han puesto sus garras las garrapatas de siempre, es una
oportunidad de traer la modernidad a la capital y a la isla. Puede generar
recursos e ideas que alivien la decadencia chicharrera. Pero para ello es
necesario que equipos multidisciplinarios, honrados y no al servicio de ladrilleros
y corruptos, se encarguen de orientar esta década que será definitiva para el
colapso de la capital o su resurrección.
Los barrios que sin
centros de promoción personal serán siempre marginales, deben ser
intercomunicados, dotados de servicios, humanizados, con un mantenimiento
urbano adecuado para que vuelva el “amor de barrio”. Me cuentan que en el Toscal aparecieron hasta
alacranes …..¡que delito tienes alcalde!
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