A LOS 26 ABRILES DEL DECESO DEL EJEMPLAR CABALLERO: ÁNGEL PADRÓN
PADRÓN.-*
Rafael ZAMORA MÉNDEZ.-*
Me lo afirmaba mi
recordado Padre Salesiano, Rvdo, Don FLORENCIO SÁNCHEZ GARCÍA, en las
magistrales clases de MORAL que sabiamente impartía , en el ya tan lejano
período de mis estudiantiles primaveras
de prolongado internado:
<< PARA EL HOMBRE, SÓLO HAY EL PRINCIPIO
DE NACER; PORQUE LA MUERTE ES TRÁNSITO >>
Con esta misma
fecha de 21 de febrero, pero, del año 1993, a los 101 edad, para siempre, nos
dejara
este aleccionador
padre, atento esposo, cariñoso abuelo, generoso y paternal suegro mío.
Hasta las últimas
semanas de su increíble existencia, derrocho unas portentosas facultades
mentales, dignas de ser mencionadas en el ajustado Catálogo de los Milagros
Modernos.
Si alguna persona
ha disfrutado y sufrido bastante a lo largo y ancho de toda una dilatada
existencia, ha sido precisamente él.
Fue un ser
cortésmente modesto, bonachón de verdad, libre de toda clase de malicia, .
Un incansable
trabajador, intachable a carta cabal, desprendido y benévolo que supo transitar
por los espinosos senderos de este revuelto mundo, sembrando a manos llenas la fecunda semilla de la
angelical bondad y del cumplido deber.
A todas horas logró
poner de manifiesto unas comprobadas facultades
físicas y mentales en la más
potente de sus experimentales plenitudes, llegando a tener que leer...¡
sin emplear las típicas gafas de marras! , realizando en mi compañía largos
paseos por nuestros parques, ramblas y avenidas, disfrutando a pleno pulmón de los
paisajes, para catalogar a pies
juntillas las entretenidas
características jardineras de
cada flor,árbol o hierba que,por el camino se le atravesara.
Desmesurado
aficionado a nuestro autóctono deporte de la
Lucha Canaria, en la cual, en sus rozagantes años también destacara, se
desvivía por ver los programas
televisivos de la misma,
delirando de monumental forma
cada vez actuaba su
idolatrado”POLLITO DE LA FRONTERA” al que consideraba el número uno de su época y por el que
sentía el más intenso respeto,
entusiasmo e inconmensurable
admiración..
Su gran ilusión,
pena y sentimiento, fue la de no poder volver a retornar de nuevo a la
inolvidable Isla de Cuba , al Paseo de
La Habana, a la Provincia de Santa
Clara, Camagüey, Pinar del Río... parajes
y determinados lugares en los que llegó a habitar y, a los cuales,
constantemente traía a la memoria con
implorante nostalgia y acerbo sentimiento.
El sabio secreto de
su prodigiosa longevidad, lo atribuyó, sin lugar a dudas,a la sana alimentación
consumida, a los intensos mimos, constantes
desvelos y cuidados que sin pausa, le prodigara su buena esposa, MATILDE, a la que alabó como
el mejor prototipo de consorte completa
en los arduos trajines del primoroso hogar.
Su gloria fue el
resplandor de la humildad.
Se marchó
santamente porque vivió penitente.
Cortés, atento,
ameno conversador, solía tener a flor de labios, la frase adecuada para cada
pregunta, consulta o remoto datos para
muchos gentiles herreños, que a él acudían, en solicitud de que les mencionase
fechas, dichos y hechos sobre sus
relacionados antepasados.
Supo palpitar
ampliándose a todos los horizontes y en todas las direcciones.
A cada minuto
asimiló aquello de que… la cruz era un
signo de dolor, pero ¡que sumaba!
A cada santiamén, en
la desolada penumbra del infortunado hogar, perennemente, le tendré presente,
papable, tangible.
Su patriarcal
figura, su animada sonrisa otoñal, sus sabios consejos doctrinales y, sobre
todo,su incontenible apego familiar, quedarán clavados en lo más insondable de
mis sentimientos, como la más rica y refulgente herencia que, de un suegro,
pudiera recibir.
La historia de su
vida no tendrá punto final, si consideramos
el verídico pensamiento de que la muerte no es una separación¡ES
AUSENTARSE POR POCO TIEMPO!
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