BOB MENÉNDEZ: CORRUPCIÓN
Y GENOCIDIO
MIGUEL
ANGEL FERRER
Como
es del conocimiento público, el senador demócrata por el estado de New Jersey,
EU, Robert (Bob) Menéndez, ha sido acusado por las autoridades judiciales de
Estados Unidos de más de diez delitos bajo el rubro general de corrupción. El
influyente legislador, quien fue presidente del Comité de Relaciones Exteriores
del Senado estadounidense se encuentra a la espera del inicio de las audiencias
judiciales que determinarán si es llevado a juicio por los cargos que se le han
imputado.
Sin
embargo, todo indica hasta ahora que ese juicio tendrá lugar y que el inmenso
cúmulo de pruebas en contra del senador conducirán indefectiblemente a su
condena a varios años de prisión. Para tener una idea de la ingente magnitud de
las evidencias que lo incriminan, baste decir que éstas están contenidas en
algo más de 200 mil páginas.
Un
importante dato que permite prever la condena a Menéndez radica en que la
Suprema Corte de EU ya rechazó por improcedente la solicitud de los abogados
del legislador para desestimar y cancelar las acusaciones contra su poderoso
cliente.
Esencialmente,
el congresista está acusado de recibir millonarios sobornos del médico
oftalmólogo dominicano Salomón Melgen para ayudarlo, dado el elevado estatus
político del congresista, a defraudar al sistema de salud de EU llamado
Medicare, mediante consultas, estudios, diagnósticos falsos y facturaciones
infladas. Salomón Melgen, quien enfrenta el riesgo de una condena de 15 a 20
años de prisión, está siendo procesado y se encuentra por el momento en
libertad condicional. Y mucho dependerá su futuro de su disposición a
testificar contra el senador Menéndez. Si éste fuere el caso, no hay que ser
adivino para prever que Bob Menéndez irá a dar, como se dice popularmente, con
sus huesos a la cárcel
No
es ésta la primera vez que Menéndez enfrenta cargos judiciales por corrupción.
En el año 2013 fue acusado por el Departamento de Justicia de EU de haber
contratado los servicios de dos prostitutas dominicanas que en esos momentos
eran menores de edad. Y es que en EU es delito federal tener relaciones
sexuales por dinero con menores de edad, incluso si esto se hace en países en
que ese tipo de prácticas está permitido o no es ilegal.
Ciertamente,
Bob Menéndez no fue declarado culpable de ese delito, pero hay algunos puntos
de coincidencia con las acusaciones actuales de corrupción enderezadas contra
el ex presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense:
los citados actos de corrupción de menores fueron realizados en territorio de
la República Dominicana y con dos menores de edad de nacionalidad dominicana,
misma nacionalidad del oftalmólogo Salomón Melgen, a quien Menéndez ayudaba en
la realización de sus millonarios fraudes a Medicare.
Pero
independientemente de la conclusión judicial del caso, una cosa es evidente.
Las solas acusaciones, el proceso y la eventual condena de Menéndez han tenido
una consecuencia inesperada: han quitado de en medio a uno de los más feroces
enemigos de Venezuela. Recuérdese que Menéndez fue uno de los impulsores de las
más recientes sanciones de EU contra el gobierno de Nicolás Maduro, las que
tienen como meta causar hambre, sed y enfermedades al pueblo venezolano como
medio para derrocar al gobierno chavista. A este tipo de situaciones suele
llamársele justicia inmanente: Menéndez pagará por ladrón, aunque no pague por
sus acciones genocidas contra el pueblo venezolano.
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