RETROCESO.
L. Soriano
Me niego a usar el par de palabros en gabacho para decir que “esta película ya la hemos visto” a lo largo y ancho de la historia. Esta claro, hemos hablado de redimensionar, de adelgazar, de aterrizar y hemos hecho toda clase de cábalas sobre la situación y de que es lo que deberíamos hacer para que esto se arregle, aunque siempre que les toque a otros el lado estrecho. En pocas palabras, no estamos dispuestos a renunciar a nada en absoluto, mientras tengamos algo a lo que agarrarnos. Mazzarino, se lo decía a Colbert, cuando Luis XIV. “Los arruinaremos mientras ellos, esa mayoría, que no son los pobres que nada tienen, ni son los ricos a quienes no nos interesa asustar, sino los que quieren esforzarse para recuperar lo que les robamos trabajando más y produciendo mas, con su miedo a ser pobres y no tener nada, nos darán sus haciendas y sus vidas, estos, nos sacaran de la depresión y pagaran nuestras deudas”.
Pues volvamos al lugar de donde nunca debimos salir y no nos tratemos de vender por lo que creemos que valemos, sino por nuestro valor intrínseco. Volvamos a tener lo que de verdad podamos pagar, lo que de verdad podamos permitirnos y esté en nuestras posibilidades. Olvidemos, desaprendamos, que esta de moda, todas las tonterías de todos esos derechos que pueden que suenen muy bonitos y muchos los hayamos disfrutado sin poder y aun muchos sin merecerlo. Como los Somalíes, o como los Mauritanos, salvando las distancias, pero en la mismísima proporción, solo podemos tener lo que podamos pagar o producir. Y quien prometa lo contrario, miente, falsea, y destruye a generaciones enteras si se dedica a practicar ese experimento social que tanto le gusta. Aunque bien es verdad, reflexionaba Albiac, no conozco ni un solo político que haya empeorado su economía.
Quiere esto decir que volvemos a la paella & sangría, al borrico del sombrero de Mijas, a los botijeros y a lo “very different”. A de donde salimos, sin hipotecas, sin gastos supersuperfluos, innecesarios y dilapidadores. Tengamos una Administración que se dedique a Administrar y a dar servicios, pero con la mínima expresión en su estructura y con mínima capacidad de recaudación. Eliminemos duplicidades y regulaciones absurdas e innecesarias. Ahora necesitamos encontrar un modelo de desarrollo, ya que el modelo del crecimiento solo, no sirve. Se gasta y no cuaja ni se trasmite a generaciones. Olvidemos la “ley del mínimo esfuerzo” y el lema de “vivir y gastar… porque yo lo merezco”. Pero eso será después de que se hayan ido 2/3 de los que viven del presupuesto y se reorganice todo. Que los que buscan el equilibrio fiscal, no sean unos desequilibrados ocurrentes y parcheadores. Que se aplique la Teoría liberal, con los más estrictos controles y sin la impunidad por bandera, pero que asimismo desaparezca, la prohibición, el burocratismo, el derroche y mas que nada la corrupción horrorosa que padecemos . No los veo por la tan ardua labor. Y nosotros nos resistimos a ser el pichón del tiro. Vamos a retroceder 20 años, cosa que no esta tan mal, pero ha sido o será, a la fuerza y eso llenara este país de millones de dramas y de bastantes tragedias. No hemos tenido el valor ni el coraje de darnos cuenta antes y tapar los huecos o expulsar a quienes nos contaban lo del sapo y el Príncipe. Así y todo, aun no empezamos.
A Reflexionar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario