EL FIN DEL MUNDO SEGÚN AYUSO
DAVID TORRES
En HBO están a punto de estrenar The Last of Us, otra teleserie apocalíptica en la que el fin del mundo se desencadena por culpa de una pandemia que deja el planeta hecho unos zorros y tras la cual los pocos supervivientes deben defenderse de las hordas de infectados. No parece que haya mucha diferencia con el zombi tradicional, un monstruo eminentemente capitalista que sólo quiere comer y con el que no se puede discutir. A sus antepasados románticos -Drácula, el Hombre Lobo- les gustaban los viajes en calesa y a veces hasta iban al teatro, pero los zombis tienen poca conversación, la verdad. Los españoles estamos acostumbrados al género desde que aguantamos a un zombi en el Palacio del Pardo durante cuatro decenios y los madrileños todavía más: hay días en que salimos a la calle y no se ven más que zombis por todas partes.
Los zombis dieron
la campanada el año pasado en el Capitolio, disfrazados de bisontes, y
recientemente en Brasilia, disfrazados de Pelé. Jeffrey Dahmer, el carnicero de
Milwaukee, intentó convertir en zombis a varias de sus víctimas mediante el
procedimiento de perforarles el cráneo e introducirles ácido en el cerebro,
pero el experimento no salió del todo bien. Hoy sabemos que hay un método infalible,
muy sencillo e indoloro, para fabricar zombis, el cual consiste en ir metiendo
mierda a presión por las orejas de la gente, mierda en cantidades industriales
desde la radio, la televisión, los periódicos y las redes sociales, hasta que
la gente se lanza en bloque con el encefalograma plano dispuesta a dar un golpe
de estado.
La presidenta de la
Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, lleva bastante tiempo preparando el
terreno de un ataque zombi mediante la sutil estrategia de descalificar al gobierno
de Pedro Sánchez tachándolo de ilegítimo, totalitario y liberticida. Más o
menos, se trata del mismo mantra que repitieron varios dirigentes del PP en las
elecciones de 1993, acusando a Felipe González de fraude electoral incluso
antes de haber terminado el recuento de votos. Mucho más vistosa fue la
maniobra contra el PSOE de Zapatero en 2004, al que inculparon de la
manipulación del 11-M, aunque a algunos se les fue un poco la mano y les
adjudicaron directamente la autoría del mayor atentado terrorista en la
historia de Europa. Lo que resulta novedoso en Ayuso es su tono desquiciado
contra Sánchez, lo cual hace pensar si no tendrá algo personal contra él, algo
que rebasa sus majaderías habituales de ir minando las instituciones y
fraguando la destrucción de España.
Una pena que Ayuso
no sepa música, como Shakira, para envolver su rencor antisanchista en una
canción que pudieran tararear todos sus seguidores, aunque para componer y
cantar una basura de ese estilo tampoco es que haga falta saber más música que
un grillo. En sus últimas filípicas advierte que con Sánchez estamos abocados a
implantar una república bananera -reemplazando una monarquía bananera- y a la
disolución del Estado de Derecho. Lo que sea con tal de no hablar de una huelga
en la sanidad pública madrileña que se alarga ya veinte días. Menos mal que
Feijóo era el candidato de la moderación, porque a estas alturas de la película
ya sólo parece un secundario cómico mientras que Ayuso ha tomado el lugar de
jefa de la oposición, jefa de la Policía y jefa de las Fuerzas Armadas. Para
qué va ella a arreglar la situación de los médicos, con lo fácil que es
cultivar un golpe de Estado.
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