LA CAJETILLA DE TABACO, EL RETROVISOR ROTO, EL BRAZO TONIFICADO Y EL
JET PRIVADO
Hace
unas semanas, tras consumir el último cigarrillo, una persona tiraba el paquete
vacío al suelo delante de su hija frente a la puerta de entrada del colegio.
Menos mal que el mal ejemplo no lo pudieron observar el resto de los alumnos
que ya habían entrado a las actividades extraescolares. Pero, claro, yo si lo
había visto, y no me atreví a decirle nada. Me dio la sensación de que si le
decía algo, se lo iba a tomar muy mal y, además, como mucho, iba a conseguir
que cambiara el hábito de tirar cosas al suelo, y el próximo paquete vacío iría
a mi cara.
ARTURO GÓMEZ FERNÁNDEZ
Unos minutos después cuando ya la señora y su hijo se habían alejado del lugar de los hechos, apareció un conocido del que considero que tiene una importante altura moral y ética. Le comenté la anécdota y me contó un incidente en el que unos chavales le habían arrancado los espejos retrovisores del coche. Conocía a sus padres y madres y fue a recriminarles la acción de sus hijos, pero casi tiene que salir huyendo, y desde luego aparte de una espuerta de voces, nada positivo consiguió.
Tras exponer
nuestras anécdotas mutuas, el compañero me confesó que él tampoco le hubiera
dicho nada a la tiradora de paquetes de tabaco vacíos.
Después de esta
experiencia callejera veo en un canal de televisión como ponen de ejemplo de
brazos tonificados a los de la reina Leticia, unos brazos que recuerdan a los
de las personas que sufren la terrible enfermedad de la anorexia, brazos
esqueléticos ensalzados como modelo a seguir. Es como si pusieran como ejemplo,
el paquete de tabaco tirado o los retrovisores rotos.
No es la primera
vez que los medios de comunicación ponen como ejemplo de belleza a esta figura
de la realeza que tiene a simple vista un grave problema por su extrema
delgadez. Claro, ella es un modelo a seguir, porque para el machismo
capitalista monárquico una reina tiene que ser ejemplo de belleza, salud, buen
hacer y elegancia y para eso trabajan las empresas que controlan los medios de
comunicación. Que ensalzar un físico con extrema delgadez pueda ser un mal
ejemplo que agrave los problemas de salud de algunas personas no concierne a
las empresas de comunicación, que eso sería intervencionismo y republicanismo.
Republicanismo que
desde luego carece cualquier medio de comunicación televisivo, que no es capaz
de enfocar la última visita del suegro de doña Leticia, como lo que es, el peor
ejemplo que un monarca patriota español puede dar a sus súbditos. Defrauda, se
va a un país con monarcas aún más ricos y déspotas que los borbones y vuelve de
visita a casa de un amigo a pillarse una semana de fiesta en jet privado pagado
por no se sabe quién y no es capaz ni de dar una rueda de prensa pidiendo
perdón como hizo cuando le pillaron cazando elefantes con su amante. Menos mal,
que seguramente los abogados cristianos estarán ofendidísimos por el abandono
de hogar del emérito, sus amantes y el detalle de no ir a vez a su señora e
hijos en cuanto pisó tierra española y seguro que le han solicitado a sus
amigos obispos y cardenales que procedan a la excomunión del emérito.
Desde luego que los
buenos ejemplos también a veces son ensalzados por los medios de comunicación,
eso sí, a su manera. Así, incluso realizan campañas de publicidad para que
contribuyamos a que consumamos menos para frenar el cambio climático, emitiendo
un anuncio en medio de la final de la Copa de Europa de fútbol en el que un
jugador multimillonario de forma habilidosa y sirviéndose de un balón, baja la
calefacción de su casa de lujo de 23 a 20 grados centígrados. Menos mal que
este anuncio se ha emitido casi en verano, porque como tengamos que poner la
casa a 20 grados en invierno en vez de bajar la calefacción la mayoría
tendríamos que poner las estufas y endeudarnos para pagar la factura, no porque
seamos tontos por tener la tarifa regulada como nos acusaba entre las risas de
los presentes el presidente de Iberdrola Ignacio Sánchez Galán, sino porque
permitimos que señores como el citado y el emérito nos roben y se rían de
nosotros con total impunidad y alevosía.
Y, es que, si nos
ponemos a hablar de factores que contribuyen al cambio climático, desde luego
los responsables no somos los consumidores individuales sino las grandes
empresas, aunque hay algunas personas que deberían cambiar sus hábitos. Así, el
emérito emite 340 toneladas de dióxido de carbono en sus vuelos cada año. Según
el Diario.es las 340 toneladas de los vuelos de Juan Carlos equivalen a las que
liberan 130 coches en 12 meses. O un automóvil que durara 130 años. En este
sentido, cada hogar español consume unos 9.900 kw/ h al año, según una encuesta
del IDAE. Como a cada kw/h se le atribuyen 0,4 kg de CO2 (si no hay fuentes de
energía renovables), el consumo anual promedio de las casas es de 3,96
toneladas. Hace falta juntar la huella de carbono de 85 hogares para sumar las
emisiones anuales de los vuelos de Juan Carlos. 850 hogares para cubrir la
cantidad de CO2 de la actividad voladora del emérito entre 2008 y 2018. Vamos
que el “sin mérito” solito contamina más sólo con sus viajecitos en avión que
todos los vecinos de Rus y Canena juntos.
Todo un ejemplo a
seguir.
Hace falta juntar
la huella de carbono de 85 hogares para sumar las emisiones anuales de los
vuelos de Juan Carlos.
Probablemente, la
tiradora de paquetes de tabaco, seguirá haciéndolo, es muy posible que su hijo
también tire cosas al suelo. Los medios de comunicación seguirán poniéndonos
como ejemplos saludables cuerpos y comportamientos de personas que no son sanos
pero a los que hay que idolatrar por su posición, también nos dirán como los
multimillonarios contribuyen con sus esfuerzos para cambiar el cambio climático
y son un ejemplo de lucha al que tenemos que imitar y, además, nos aseguraran
que el hijo no va a seguir los malos hábitos del padre porque para eso es un
rey y está muy preparado.
En definitiva,
tenemos mucho que hacer, señalar un mal ejemplo cuando lo veamos, denunciar los
motivos que llevan a los medios a que nos pongan malos ejemplos como modelos a
seguir, señalar a los verdaderos culpables del cambio climático y también, y,
esto es lo más fácil, no fiarnos de los borbones, que ganan las regatas antes
de empezarlas y emiten más dióxido de carbono que toos los coches viejos juntos
de mi pueblo.
El rey, el rey, la
ley, la ley
Otra cosa más que
tragar
Yo pago, tú pagas,
el paga, ¿el paga?
Letra del tema La
Republicana de Reincidentes
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