LLAMAMIENTO RACISTA EN VALLECAS
DAVID BOLLERO
El
líder de VOX, Santiago Abascal (c), asiste al acto de presentación de la
candidatura de Rocío Monasterio para las próximas elecciones en la Comunidad de
Madrid, este miércoles en el distrito de Puente de Vallecas, Madrid.- EFE
El objetivo de un mitin es transmitir un mensaje al electorado que se ansía. En este sentido, la cobertura mediática de un mitin debería centrarse en dicho mensaje. No sucedió ayer con el evento de Vox en Vallecas, que por no hacer, ni siquiera presentó su candidatura a las elecciones madrileñas del próximo 4 de mayo. ¿Qué es más grave, el llamamiento racista y xenófobo que realizó el pasado miércoles Santiago Abascal en la Plaza Roja de Vallecas o cómo los medios lo están silenciando?
Las intenciones de
Vox en Vallecas, uno de los barrios más racializados de Madrid, nunca fueron
honestas; lo demuestra el hecho de que a pesar de que el acto se había
anunciado como la presentación de su candidatura, no se hizo tal cosa. De hecho,
prácticamente ni participó la cabeza de lista, Rocío Monasterio, que quedó
relegada ante la sombra de Abascal.
A pesar de que,
como avancé hace un par de días, hubiera preferido una respuesta de Vallecas
más parecida a la que vimos en 2019 en Ugao-Miraballes (Bizkaia), lo cierto es
que la cobertura periodística que he visto del mitin de Vox es tan poco
profesional como nociva para la democracia. Incluso los medios que adoptan una
postura crítica hablando de que "Vox ha conseguido la foto que buscaba",
culpabilizando de ello a una parte del movimiento antifascista, son tanto o más
culpables que la derecha a la hora de blanquear a Vox.
¿Por qué no
informan, al menos en la misma medida, de los insultos y agresiones de los
seguidores de Vox? ¿Por qué no informan de las cargas desproporcionadas de los
antidisturbios ni de los ataques de éstos a profesionales acreditados de la
prensa? Y, sobre todo, ¿por qué no informan de lo que dijo Abascal, que a fin
de cuentas era el motivo del mitin?
Abascal destiló fascismo
por los cuatro costados. Imaginen: si una de las primeras soflamas que escupió
fue tachar de ilegal el actual estado de alarma, que fue aprobado por
unanimidad por el Congreso de las Diputados y Diputados, se pueden hacer una
idea del resto. El dicurso del dirigente de la formación de extrema-derecha,
que callan tanto muchos medios como el PP -que comparte ADN con Vox- fue un
llamamiento al racismo y la xenofobia, criminalizando a las personas migrantes,
a los menores no acompañados, soltando mentiras sin apoyo de datos sobre todo
ello.
Estos mensajes de
odio y el modo en que el resto de la derecha los blanquea y una parte de la
prensa pierde el foco y los omite, ha facilitado que desde la irrupción de Vox
el racismo haya aumentado en España. Si atendemos al último Anuario Estadístico
del Ministerio del Interior referido a 2019 vemos cómo el delito de odio que
más aumentó fue el de racismo y xenofobia, con un incremento del 20,9%, al
pasar de 426 en 2018 a los 515 en 2019.
Decir que los
continuos llamamientos fascistas de Vox están haciendo crecer el racismo y la
xenofobia no forma parte de un argumento panfletario; dicha afirmación se
levanta sobre datos oficiales. Las revelaciones de un reciente estudio sobre la
percepción de la discriminación por origen racial o étnico por parte de sus
potenciales víctimas en 2020 son demoledoras:
Son las personas
que proceden del África subsahariana así como la comunidad romaní quienes más
sufren esta discriminación, con un 82% y un 71%, respectivamente. Proclamas
contra los Derechos Humanos como las que promueve Vox han propiciado que se
dispare la discriminacióna la hora de intentar acceder a una vivienda, con un
31% (se ha multiplicado en los últimos años), siendo la más alta en todos los
grupos, desde la población africana no mediterránea, la magrebí y la gitana.
Incluso en el ámbito educativo, el racismo ha pasado en 2020 de 13 al 20%, con
burlas, insultos y acoso de otros estudiantes, así como la exclusión de juegos
y actividades.
Este estudio es
tajante al culpar en gran medida a las redes sociales y a la desinformación del
aumento en el discurso de odio por motivos raciales. Dicho de otro modo, el
campo de juego habitual de Vox. Tanto es así que, continuando con datos
oficiales y no con mentira y manipulación como las huestes de Abascal, en el
último boletín de monitorización de dicurso de odio en redes sociales,
desarrollado por el Observatorio Español de Racismo y la Xenofobia (OBERAXE),
sólo en los dos primeros meses de este año se notificaron unos 400 contenidos
de odio identificados y analizados en Facebook, Twitter, YouTube, Instagram y
TikTok, habiéndose retirado 159.
Las cifras, al
calor del odio de Vox se disparan y eso a pesar de que sólo el 18% de las
personas que han sufrido discriminación por motivos raciales o étnicos ha
presentado alguna queja, reclamación o denuncia y, lo que todavía dice menos
del nuevo escenario español, porque un 22% de las víctimas desconfía de la
utilidad de la denuncia. En la memoria están, quizás, sentencias del Tribunal
Europeo de Derechos Humanos (TEDH), que condenó a España ordenándole indemnizar
a una mujer negra de origen nigeriano debido a una investigación ineficaz de
malos tratos e insultos raciales por parte de agentes de policía.
Los partidos de
extrema-derecha y quienes los blanquean -otros partidos y medios-, están
haciendo el caldo gordo al racismo y la xenofobia. Es el turno de la sociedad,
que ha de mostrar más humanidad, honestidad y principios que quienes nos
quieren convertir en un país menos democrático.
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