PALESTINA: AD PORTAS DE CRÍMENES
PABLO JOFRE LEAL
La región de Asia
Occidental, el Levante Mediterráneo, allí donde se ubica el milenario
territorio de Palestina, está a pocos días de estallar en un enfrentamiento
absolutamente desigual en materia de comparación en poder militar, que
enfrentará nuevamente al pueblo palestino contra las tropas de ocupación y
colonos extranjeros sionistas.
Lo mencionado, se
da en una lucha por la sobrevivencia, el derecho a la autodeterminación y la
resistencia palestina, frente a 72 años de ocupación y colonización de su
tierra. Una agresión donde el sionismo, hace oídos sordos a los llamados de
gobiernos, organismos internacionales, líderes políticos, para detener su
política de usurpación. Prepara sus tropas de ocupación, pues bien sabe que el
pueblo palestino, sus hombres y mujeres no aceptaran una nueva anexión de su
territorio, a esta entidad nacida en forma falsaria, que esgrime una historia
ficticia y que pretende en esta construcción de mitos, hacer aparecer a la
víctima como victimario y al agresor como agredido. Israel es agresor,
victimario, racista, alejado de toda esa imagen de aparecer como aquel modelito
democrático que pretende vender.
Israel ya no es la
víctima de una ideología ya extinta, que le ha servido para usufructuar durante
siete décadas de beneficios económicos, políticos y de una crisis de conciencia
de países como Alemania, que ha entregado ya 120 mil millones de dólares (al
igual que Suiza) para reparar los crímenes del nacionalsocialismo, que según
datos proporcionados por la investigación del analista Norman Finkelstein (cuyo
padre y madre, de creencia judía, fueron prisioneros den campos de
concentración del Tercer Reich) en su libro “La Industria del Holocausto” en un
80% destinó esos fondos de reparación, para fortalecer instituciones sionistas
y no para las víctimas.
Los medios
israelíes intensifican su campaña, minimizando falsamente los alcances de la
decisión del régimen cívico-militar sionista de anexionar los territorios
palestinos de Cisjordania, en específico los asentamientos que rodean Al Quds,
tras la nunca respetada línea verde surgida tras la guerra del año 1967 y el
territorio del Valle del Jordán. El objetivo está destinado a apaciguar las
denuncias internacionales, que incluyen incluso a sectores que habitualmente
habían guardado obsequioso silencio frente a los continuos atropellos a los
derechos humanos del pueblo palestino y el proceso de ocupación y colonización
llevado a cabo por el sionismo desde mayo del año 1948 a la fecha.
Incluyo en esos
sectores mencionados, a la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos Michelle Bachelet quien declaró que “La anexión es ilegal.
Punto final. La idea de la anexión es ilegal así se trate del 30 % o del 5 % de
Cisjordania”. Bachelet solicitó a israel que escuche las voces que reclaman
detener este plan violatorio de las leyes internacionales, incluso desde sus
propios ex funcionarios y generales “así como a numerosas voces en el mundo de
no seguir por esta vía peligrosa”
Medios televisivos
como el canal 12 de la televisión israelí consignan, que el Ministro de Defensa
Benny Gantz sólo llevará la anexión al punto de acuerdo establecido con su
socio y primer ministro Benjamín Netanyahu, si se cuenta con el respaldo y
coordinación internacional, en forma especial con el régimen egipcio y la
Monarquía jordana. Si ello no es así, Gantz solicitará frenar esta etapa de
anexión del 305 y limitarse sólo a concretar la con un par de asentamientos en
Al Quds.
Por ello por lo que
se le encargó al jefe del Mossad, Yossi Cohen, visitar a algunos países árabes
para tratar de conocer cuál sería su reacción frente a la idea de concretar la
anexión de una parte importante de Cisjordania. Hace unos días estuvo en
Jordania, en su capital Amman donde se entrevistó con autoridades de esta
monarquía árabe, a quienes entregó un mensaje de Netanyahu, signando que la
anexión se limitaría a algunos asentamientos, posiblemente los enclaves
sionistas en Maale Adumim, Gush Etzion; Neve Yaakov, Gilo, entre otros y que
rodean la palestina Al Quds (Jerusalén), Jordania, ha advertido que suspenderá
los acuerdos establecidos en el tratado de paz del año 1994 “Si Israel anexiona
partes de Cisjordania, conduciría a un gran conflicto con el Reino Hachemita de
Jordania".
En septiembre del
año 2019, en la campaña a la primera magistratura de un acorralado Benjamín
Netanyahu (acusado por fraude, abuso de confianza y corrupción) el líder
ultraderechista consiguió apoyo a su objetivo declarado de anexar tanto el
Valle del Jordán como los territorios palestinos ubicados al norte del Mar
Muerto. Sólo mencionó esas dos zonas. Tras comprobar que su idea no despertó
mucho ruido en el ámbito internacional, comenzó a hablar de anexar los
asentamientos, principalmente aquellos que rodean Al Quds. Su ambición creció
al mismo nivel que su patrimonio personal por hechos de corrupción.
En un artículo
publicado por Tovah Lazaroff en Jerusalen Post, esta analista sostiene que
“sólo tras la promesa de Trump y su yerno Jared Kushner de apoyar la
intensificación del dominio sionista en Cisjordania, al amparo del llamado
“Acuerdo del siglo” (N.A que en verdad debe ser denominada La imposición del
siglo) Benjamín Netanyahu comenzó a hablar de usurpar el 30% de Cisjordania en lo
que se conoce como la zona C, surgida de los acuerdos de Oslo, y que representa
en esencia el 50% de ella. Medida que incluso ha generado cierto reparo en
algunos sectores opositores a la coalición de gobierno y en medios como
Haaretz, que ven con temor un alzamiento palestino, que cuente con la
solidaridad de las sociedades del mundo, permitiendo iniciar una verdadera
política de sanciones contra una entidad violatoria del derecho internacional.
Para los sectores
extremistas de Israel, acérrimos defensores del control total de palestina la
manera de luchar contra las opiniones críticas a este proceso usurpador pasa
por seguir con su narrativa falsaria. Así lo expresa, por ejemplo, Alex
Traitman director gerente y jefe de la oficina de Jerusalén del Jewish News
Syndicate para quien “muchos de los críticos de hoy día específicamente
denominan como “anexión” implica falsamente que Israel cruzará un punto de no
retorno y se hará cargo de una propiedad a la que no posee derechos y que
actualmente no controla. Sin embargo, lo que Israel está a punto de realizar es
alterar su propia estructura de gobierno y aplicar formalmente la ley israelí a
los 400.000 ciudadanos judíos que ya habitan en las tierras estratégicas que el
propio estado judío ha controlado durante décadas” A confesión de parte relevo
de pruebas se suele argumentar jurídicamente y no sólo son 650 mil judíos en
tierras palestinas, sino que Traitman además reconoce que se trata de tierras
estratégicas, bajo el concepto de tierras controladas, lo que implica dominio,
ocupación, colonización.
El gobierno israelí
ha continuado a marcha forzada el plan de anexión trazado, desoyendo todas las
voces que alertan de una nueva intifada, un levantamiento legítimo y necesario
del pueblo palestino frente a estas acciones definidas por la Organización de
las Naciones Unidas (ONU) como violatorias del derecho internacional. Michael
Lynk, Relator especial de la ONU para los derechos humanos en Palestina, hizo
un llamado a la UE a utilizar su "peso económico, la experiencia y
asistencia diplomática, su comercio e inversiones para impedir los planes
israelíes. Esto, porque la anexión prevista para julio causará un notable
empeoramiento de la situación con los DDHH en el territorio palestino ocupado y
en la vida cotidiana de millones de palestinos. La comunidad internacional, y,
en particular, la Unión Europea, deben tomar medidas conjuntas, para garantizar
que se castigue una violación tan grave del derecho internacional”
Según afirmaciones
de Lynk, dada a medios de prensa “Las Naciones Unidas han declarado que los
asentamientos israelíes son la fuente de profundas violaciones de los derechos
humanos y del derecho humanitario contra la población palestina protegida en
Cisjordania (…) Actualmente, Israel ha anexado de facto partes significativas
de Cisjordania, y las consecuencias adversas para los derechos humanos son
evidentes”. Lynk, un profundo conocedor de la ocupación y colonización sionista
de Palestina ha detallado que el plan de anexión de Israel “significará la
confiscación y enajenación de tierras, la violencia generada por los colonos
israelíes, la implementación de leyes discriminatorias, apropiación de los
recursos naturales y la demolición de viviendas. Todo ello causará la
explotación laboral, los desalojos forzosos, el desplazamiento de la población
palestina y, sobre todo, la negación del derecho a la autodeterminación”.
Resuena con fuerza,
igualmente, la advertencia del coordinador especial de las Naciones Unidas para
el proceso de paz en Oriente Medio, Nickolay Mladenov quien afirmó que “la
anexión podría enfrentarse con ira, radicalización y violencia, enviando un
mensaje peligroso con respecto a la inutilidad de las negociaciones en la
búsqueda de la paz. Nunca el riesgo de escalada había estado acompañado de un
horizonte político tan distante, una situación económica tan frágil y una
región tan volátil”
Resulta evidente,
que estas acciones israelíes traerán la lógica y esperable reacción de
resistencia de la población palestina, lo que incrementa la alerta al conjunto
de países de la región. La activación de las milicias, movimientos y
organizaciones de lucha palestinas, tanto en gaza como en Cisjordania. Las
ambiciones de la ocupación israelí sobre palestina no detendrán su paso, ni sus
acciones en Cisjordania, sino que afectan al conjunto de la región,
considerando la ocupación de los Altos del Golán Sirio, la tensión existente
con El Líbano y el Movimiento de Resistencia Islámica de ese país (Hezbola) con
las fuerzas al Hashad al Shabi de Irak y en general con el Eje de la
Resistencia, que se sitúa ya en las fronteras de la Palestina histórica y con
miles de misiles apuntando al corazón de los territorios de la Palestina
histórica.
Estamos a pocas
horas para constatar si el sionismo seguirá con su decisión de robar más
territorio palestino. Usurpar lo que no le pertenece, continuar con su
expansión del supremacista concepto de Erezt Israel, aunque su Hasbara, sus
medios, su maquinaria propagandística trate de desvirtuar sus proyectos de
expansión a costa de los derechos y la vida de millones de palestinos. Estamos
a pocas horas para dimensionar si algo de cierto hay en las posturas de
denuncia e indignación de la Liga árabe, de la Unión Europea y la Organización
de las Naciones Unidas ¿se atreverán a sancionar a un Israel que comete estos
ilícitos enmarcados como crímenes de guerra y de lesa humanidad? ¿Será posible
unir los esfuerzos internacionales para castigar al mayor criminal del siglo
XXI como es el régimen nacionalsionista de Israel?
Israel con este
proyecto de usurpación encenderá al chispazo para una explosión de
proporciones, todo ello en un marco mundial afectado por la pandemia del Covid
19, las tensiones sociales en Estados Unidos, principal aliado de Israel, la
crisis económica internacional y la decisión transversal del pueblo palestino
de enfrentar unidos esta nueva amenaza. Aquellos que creemos en la justicia, en
la autodeterminación de los pueblos, en el respeto del derecho internacional
esperamos con ansias, que si esta agresión sionista llega a concretarse, exista
una respuesta, en todos los frentes, de tal intensidad que obligue al régimen
falsario israelí buscar a viva voz la intervención de la ONU, tal como sucedió
en la guerra de los 33 días en el año 2006 contra Hezbola. Esto, teniendo en
cuenta que el único idioma que entiende el sionismo es el de la fuerza.
La esperanza es que
una derrota del sionismo en el campo militar, su aislamiento internacional, una
política de sanciones al amparo del capítulo VII de la Carta de las Naciones
Unidas, sea una realidad y podamos pensar en un siglo XXI con la eliminación
del régimen y el juicio de aquellos que profesan esta ideología criminal y han
cometido crímenes de lesa humanidad. Una idea y una necesidad, para bien de
Palestina, Asia occidental y el mundo en general.
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