JM
AIZPURUA
Y el buen facha se
transforma, se obnubila, por su mente pasan de Don Pelayo a Don Francisco en
grandeza sin igual. Es que ser español tiene muchos cojones.
En el fondo es eso;
cuestión testicular en la que la razón no tiene cabida. Se es o no se es, pero
no se cuestiona, ni se razona, bajo pena de expulsión del rebaño.
Pero algunos
salimos díscolos y después de leer y pensar: vemos cositas. Porque ¿qué hacían
en las Cortes españolas del Caudillo aquellos negros y aquellos moros con chilabas
que salían en las fotografías del franquismo?
Veamos despacito: Cuando
Don Francisco da el Golpe de Estado militar, el Estado republicano español
(¿España?) estaba compuesto de los territorios peninsulares y las provincias de
“ultramar” de Riff, Sidi Ifni, Sahara, Guinea y Archipiélago Canario.
Atrás quedaron los
desastres de las españolísimas Cuba y Filipinas, grandes tetas de la mamonería
hispana. Y Annual.
Tras los 40 años de
conducción magistral del Caudillo, guía espiritual de Occidente que se unió al
fascismo internacional del Eje de Hitler contra los Aliados europeos y repudió
la política nefasta de Europa y la ONU, su reino quedó disminuido a los territorios
peninsulares con dos ciudades africanas y el archipiélago canario. Era otra
nueva geografía española.
La Constitución 78,
arranca con un nuevo Estado (¿España?) en el que aparecen Comunidades Autónomas,
las dos ciudades africanas y el archipiélago.
Con Euzkadi
ardiendo en sus calles y fábricas, la concesión de la territorialidad se hace
imprescindible para el nuevo Estado que tiene ya un acuerdo con Cataluña. Pero
en vez de resolver esa cuestión nacional incuestionable, con el lema “café para
todos” se comete la gran estupidez de crear artificialmente “Comunidades” de
tanta entidad histórica como la infinita Cantabria o la potente Murcia, dejando
fuera al históricamente insignificante reino de León.
No creo que se
pueda ofrecer otra fórmula mejor para no contentar a nadie. De aquellos polvos
vienen estos lodos.
El españolismo
cañí, quedó cercenado, pero el facha histórico, inasequible al desaliento y al
pensamiento, siguió montado en su sueño sin acertar a ver el eterno devenir y
la deriva de aquel Imperio mermado que un día tuvo poder y oro, pero que hoy
malvive en una UE en la que ni siquiera es un elemento principal.
¿No será que esta
España 78 nada tiene que ver con el Imperio? A mí me lo parece.
¿Y Canarias?
El enfoque
provincialista español, godo, le niega su carácter colonial, africano, su
idiosincrasia nacional y archipelágica, y su socialización europeísta, todo lo
cual le confiere una especificidad que es una afrenta considerarla como una más
de las Comunidades Autónomas españolas peninsulares sin admitir su esencia
diferenciada.
Canarias es tan
española como Sahara, y lo es porque les interesa por ahora y cuando no; tendrá
su mismo destino.
La UE, con su
“ultraperiferia” es la esperanza del canario. Sus dirigentes con mayor
sensibilidad democrática y descolonizadora pueden encauzar el destino de las
islas con un desarrollo humano y social acorde con Europa. El tridente neogodo
carece de voluntad redentora para Canarias y niega su colonización.
Pensando un poco se
ven rayos de esperanza y el camino adecuado. Cuando al fin hagan un Estado
Plurinacional, Canarias tendrá mucho que decir y mucho que reclamar.
¡Ah! Y pensando se
entiende la gente.
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