BESO NEGRO A TRES BANDAS
DAVID TORRES
Moreno y Marín han
tardado un mes en repetir la secuencia del beso en la boca entre Michael Caine
y Christopher Reeve en La trampa de la muerte, una intrigante película de
enredo criminal donde tenían que ocultar a todo el mundo su condición de
homosexuales. Caine cuenta en Mi vida y yo (libro de memorias fabuloso donde
los haya) que antes del rodaje Reeve y él acordaron llevar la actuación hasta
el límite, pero con los labios sellados con pegamento y la advertencia previa
de que a ninguno de ellos se les ocurriera asomar ni siquiera la puntita de la
lengua. “Fue el beso con las bocas más cerradas de la historia del cine”,
asegura Caine. Marín y Moreno le han dado una vuelta de tuerca a la dificultad
extrema de la escena introduciendo un tercero en discordia, el ex juez Serrano
de Vox, y además cambiando el beso en la boca por un beso negro.
Verdaderamente, las
últimas declaraciones de Serrano (“Se da ayuda a cien maltratadas cuando sólo
tres son reales”) parecen extraídas del fondo de un culo. Mejor no preguntarse
cuál, porque tampoco es que haya mucha diferencia entre los tres tenores de la
chirigota. La principal, quizá, es que únicamente los homínidos de Vox se
atreven a decir en público lo que piensan. El partido de Abascal ha dado voz y
voto a una inmensa minoría franquista, machista y retrógrada que ha aprovechado
para salir del armario. Hacen bien en recogerse bajo una denominación en latín,
porque todo su ideario y buena parte de su programa podría venir redactado en
latín medieval con sangre de cabra recién sacrificada.
Por ejemplo, entre
las 19 propuestas de Vox para investir a Moreno como presidente de la Junta de
Andalucía se encuentran el desmantelamiento del estado autonómico, la expulsión
inmediata de 52.000 inmigrantes, la creación de una consejería de Familia con
un plan integral de aumento de la natalidad, la oferta de cambiar la
celebración del Día de Andalucía al 2 de enero para conmemorar el final de la
Reconquista, una ley de protección de la tauromaquia, otra ley de Protección de
la Cultura Popular que incluya al flamenco en la categoría de folklore, la
derogación de la ley de igualdad y no discriminación de personas LGTBI y la
derogación de la ley de igualdad de género. Lo extraño es que no hayan pedido
el traslado de la capital de Madrid a Puerto Hurraco o a Atapuerca.
Desde que
aparecieron allá en Gibraltar, disputando la soberanía del Peñón a los monos,
los correligionarios de Vox han saltado a la palestra como Jean Reno y
Christian Clavier en Los visitantes no nacieron ayer, aquella lamentable
comedia francesa donde dos energúmenos medievales aterrizaban en nuestra época
emprendiéndola a mandobles contra automóviles, cabinas de teléfono y cualquier
otro objeto que les resultara raro. He intentado ver el bodrio entero en varias
ocasiones pero me ocurre igual que con el programa de Vox, que no hay quien se
lo trague. Me lo he tropezado en televisión por el principio, por el medio y
por el final y nunca he podido pasar de dos minutos tras un ataque de vergüenza
ajena. No había más que el equívoco de un par de mostrencos fuera de época,
espantados ante cualquier signo de progreso
No hay comentarios:
Publicar un comentario